La sequía ha puesto en alerta a las patronales agrarias, que vienen reclamando a los distintos niveles de gobierno -y con éxito- todo tipo de compensaciones económicas: desde leyes de emergencia, moratorias, subsidios y dólar diferencial para los exportadores.
Desde el inicio del año, los dueños del azúcar anticipaban una zafra catastrófica, con caídas de hasta el 50% de la producción y de los rindes culturales de la caña. Nada de esto ocurrió. El propio Alvaro Simón Padrós, ministro de Desarrollo Productivo, informó que “la incidencia de la sequía, principalmente en el este de la provincia, no afectó en los términos que uno pensaba al crecimiento normal del cañaveral”. De acuerdo a las imágenes satelitales la superficie neta cosechable total con caña de azúcar en la zafra 2023 será incluso mayor (9.010 ha más) que la de 2022.
Catalina Rocchia Ferro (Cía. Azucarera Los Balcanes), asegura que “la zafra viene complicada”, pero ya no por la sequía sino por la lluvia: “Nos llovió la semana pasada y nos obligó a parar; ahora volvió a llover y hemos parado nuevamente”. Además se quejó del rendimiento que, estima, oscilará entre el 5-6%.
Pero es justamente esta caída en los rendimientos una parte de la explicación del salto espeluznante (402%) en los precios del azúcar, que pasó de 3.650 pesos en mayo de 2022 a 18.325 pesos en mayo de 2023. La caída en el rendimiento de la caña no afecta a los grandes productores, que acumulan grandes stocks en galpones desparramados por toda la provincia. Al contrario, es una enorme oportunidad de negocios.
En medio de la negociación paritaria con la FOTIA, que reclama un aumento del 130% en un solo pago, la vocera del grupo empresario aseguró que “no se puede afrontar los aumentos como ellos lo reclaman”. Recordemos que un obrero en la categoría inicial está cobrando 113.000 pesos por mes, muy por debajo de la Canasta Básica que delimita la pobreza según el Indec (203.000 pesos).
Ganancias estimadas para la zafra 2023
La Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC), un ente autárquico dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo, publicó su informe sobre “Gastos de producción y margen bruto del cultivo de caña de azúcar”, comparando las zafras 2022 y la expectativas para 2023. De acuerdo al reporte, para este año se espera que el margen bruto de ganancias para el cultivo de caña oscile entre las 22 y las 39 bolsas de azúcar por hectárea, para el tipo de manejo de cañaveral más eficiente.
Medido en cantidades, el margen bruto se ubicará en niveles similares a los de la zafra 2022, cuando el margen osciló entre las 21 y 38 bolsas de azúcar por hectárea (un promedio de 33 bolsas/ha para toda la zafra). Pero medido en moneda corriente, a los precios de mayo, las ganancias brutas pegarian un salto monumental: de 76.650 pesos por 403.150 pesos por hectárea cultivada, suponiendo el rendimiento más bajo.
Un importante detalle que surge del análisis de costos en el informe: medido en bolsas de azúcar, e incluso cotizando la bolsa a 10.850 pesos -muy por debajo del precio actual-, los costos dan más bajos en 2023 que en 2022, por lo que se puede inferir que el margen bruto de ganancia puede ser incluso mayor. En la zafra 2022, el costo de producción por hectárea se cubría con 27 bolsas de azúcar. Para este año, el costo de producción se cubriría con apenas 21 bolsas de azúcar. Si se calculara el costo de producción con el precio actual del azúcar, seguramente serían incluso menos bolsas y el margen bruto aún mayor.
Si tomamos el rendimiento más alto, de 39 bolsas por hectárea, la ganancia pasaria de 138.700 pesos a 714.675 pesos por hectárea cultivada con caña, esto es un salto de 415% en las ganancias esperadas para este año.
La superficie neta cosechable total con caña de azúcar para Tucumán en la zafra 2023 fue estimada en 278.410 ha, es decir que la ganancia bruta para el conjunto del sector, suponiendo un rinde promedio equivalente al de 2022 y a los precios actuales, rondará los 170.000 millones de pesos.
Se estima que hay unos 10.000 trabajadores registrados en la industria azucarera de Tucumán. Si el salario de todos ellos subiera a un promedio de 250.000 en mano, con una zafra de 6 meses, el costo salarial aproximado (incluyendo cargas sociales) rondaría casi los 20.0000 millones de pesos. Es decir, llevar el salario a 250.000 pesos en mano le costaría a las patronales apenas un 12% de las ganancias brutas estimadas para este año.
En los últimos 8 años, el salario real de los trabajadores azucareros cayó un 40%. En ese mismo período, los precios del azúcar aumentaron un 324% por encima de la inflación. El reclamo de la FOTIA por un aumento del 130% en un solo pago apenas llevaría el salario inicial a un nivel cercano a los 250.000 pesos, valores que apenas superan la canasta de pobreza. Los trabajadores, que son quienes producen la riqueza, se merecen mucho más que vivir al límite de la pobreza.
Con los actuales niveles de inflación, los salarios rápidamente quedarían pulverizados. Para abril de 2024, la Canasta Básica podría ubicarse por encima de los 400.000 pesos. Por eso es necesario pelear por la indexación mensual de los salarios. Pero además, se espera una zafra más corta, por eso las patronales insisten con las cuotas y avanzan con la precarización laboral a través de empresas tercerizadoras.
Solo la unidad de los trabajadores permanente y temporarios, de planta y tercerizados, y la coordinación entre todos los ingenios, puede paralizar la producción y hacer pesar la fuerza de los trabajadores azucareros de la provincia y con asambleas de base impedir que las burocracias firmen cualquier acuerdo a espaldas de los trabajadores.
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