El consejero constitucional Luis Silva, uno de los principales jefes del ultraderechista Partido Republicano de José Antonio Kast, sinceró en el programa de entrevista de Cristian Warnken su admiración por el dictador Augusto Pinochet
En conversación con el programa de entrevista que levanta ICARE, organización de difusión de las ideas del alto empresariado en Chile, conducido por Cristian Warnken, Luis Silva del Partido Republicano de José Antonio Kast, el consejero constitucional que lo más probable sea el próximo presidente del Consejo Constitucional sinceró su opinión sobre el dictador Augusto Pinochet.
Ante la pregunta de Warnken sobre el personaje, Silva declaró: "hay un dejo de admiración por el hecho de que fue un estadista”, “fue un hombre que supo conducir el Estado, que supo rearmar un Estado que estaba hecho trizas”. Buscando instalar la falacia de los logros de la dictadura, contrarrestándola a los "excesos" que se cometieron en materia de DDHH, una estrategia clasica no solo de la ultraderecha, si no utilizada por la misma derecha que se llama "democratica", para justificar los 17 años de dictadura.
“En su tiempo a cargo del gobierno ocurrieron cosas que él no podía no conocer, que habría justificado y son atroces. Eso mancha lo que hizo por el país”. Si el hermano de Silva, el cineasta Sebastián Silva, lo llamó un "peligro nacional" cuando se entero de su asunción como consejero constitucional, hoy sus palabras se vuelven eco de quien ahora presidirá la testera del Consejo Constitucional, un pinochetista de tomo y lomo, ligado a lo peor de la historia nacional.
Pero Silva no se quedo allí, apunto a que esas mismas "cosas que ocurrieron", no aportan a comprenden lo que hizo la dictadura por el país, que “priva a los chilenos de tener una comprensión equilibrada de nuestra historia”. Lo que ya a esta altura esta demostrado no fue así, los datos son indesmentibles.
Como señalaba Fabian Puelma, el director de este medio con cifras reconocidas en el programa Sin Filtro de la semana pasada, ante la misma cantinela que repetía el otro republicano Johannes Kaiser de contraponer los "excesos" de la dictadura versus sus frutos económicos: la disminución del PIB en 14,3%, el desempleo saltando al 30%, la pobreza superando el 45%, el mismo costo de rescatar a la banca en crisis el año 82, que costo nada más y nada menos que el 35% del Producto Interno Bruto, y que llevo a la deuda publica al 86% del mismo PIB.
O como señala el economista Ricardo Ffrench-Davis, en una nota de hace algunos años, "El ingreso por habitante de Chile, en 1973, al inicio de la dictadura, era 28% del de los estadounidenses; en 1989, al final del régimen, había disminuido a 25%. Por lo tanto, Chile no se acercó al mundo desarrollado (EEUU, UE, G-7) sino que se alejó en esos 16 años.[...] En dictadura, a veces el PIB aumentó 6% anual u 8%, pero en otros cayó 14% o 17%. El mito de éxito se basa, en mucho, en considerar las recuperaciones ignorando las caídas. El promedio anual fue de solo 2,9%, y una vez ajustado por el alza de la población muestra la caída frente a los EEUU, desde 28% a 25%."
"En lo social, el salario mínimo real era menor en 1989 que veinte años antes y la brecha entre ricos y pobres se había agrandado, algo agravado en la primera mitad de la dictadura y peor aún en la segunda mitad (quintil rico con ingreso 20 veces el ingreso del quintil más pobre)."
Una táctica clásica de la derecha para defender lo indefendible, que además es usada para "dulcificar" las peores atrocidades cometidas contra la población, especialmente la población trabajadora, que fue una de los principales objetivos del golpe, y en donde recayó lo principal de la persecución política de la dictadura, donde según las cifras oficiales, tenemos más de 3000 muertos y desaparecidos, y cerca de 30 mil hombres y mujeres sometidos a los más diversos vejamenes que ese "estadista" dirigió. Con cientos de miles de exiliados politicos, y otros cientos de miles más como exiliados económicos, que aun sus familias forman colonias enormes en paises como Francia, Australia, Suecia y Venezuela, por nombrar las más conocidas.
🔴 Convencional @profesor_silva (Partido Republicano) sobre el dictador Augusto Pinochet: “Hay un dejo de admiración por el hecho de que creo que fue un estadista, (…) debe hacerse una lectura un poco más ponderada de su gobierno”. (@icare_chile) pic.twitter.com/0Wkw0dcakW