El día anterior el SMATA había convocado a una reunión de emergencia en la seccional para comunicarnos lo que ya habían negociado. Sin embargo los trabajadores que siguen en planta trabajan más que antes, ya que los ritmos de producción siguen altísimos y esto agrava más las dolencias en nuestros brazos y cuerpos. Ya conocemos que viene después de las suspensiones. El 2013 lo cerramos con suspensiones y retiros voluntarios. En mayo de 2014 volvieron a suspender y luego vinieron 240 despidos ilegales, sin preventivo de crisis. La empresa contó con el apoyo del gobierno y los directivos del SMATA. Ministerios de Trabajo e Industria, Gendarmería y la patota Verde al servicio de la multinacional yanqui.
Luego vino mayor flexibilización. Perdimos descansos, la patronal obtuvo más minutos de producción generando mayores ganancias para ellos y mayor cantidad de lesiones para nosotros. Turnos rotativos y a ordenar todos los meses nuestras vidas y las de nuestras familias. Despidos de efectivos y contratados por goteo, madres y padres únicos sostenes de hogar. Efectivos con lesiones provocadas por los altos ritmos y jóvenes contratados, los más precarizados y que no consiguen estabilidad laboral, que se quedaron sin trabajo. Además la empresa vuelve al fraude laboral, los contratados ya superan los 7 meses, lo que es ilegal. En la crisis del 2001 el SMATA y Lear nos reunieron en el comedor para informarnos que la mitad quedábamos en la calle.
El SMATA hizo lo que hace siempre, como su historia lo demuestra, jugar a favor de las patronales. Ante esta situación deberían repartirse las horas de trabajo entre todas las manos disponibles sin afectar el salario y de esa manera bajarían la cantidad de compañeros lesionados ya que trabajaríamos menos. Además nos permitiría tener más tiempo para disfrutar un poco más de nuestras vidas y familias. La única manera de conseguir esto es afectando las ganancias de las patronales que la levantaron en pala y año tras año fueron flexibilizando las condiciones de trabajo. El SMATA debe convocar a asambleas en todas las fábricas del gremio para que los trabajadores podamos discutir un plan de lucha y cómo enfrentar los planes de ajuste de las patronales y sus gobiernos que planean descargar la crisis sobre nuestras espaldas, con suspensiones, despidos y mayor flexibilización laboral.
* Artículo publicado en edición impresa de LID, 17/09/2015 |
