Del tabú de la menstruación a la invisibilización del costo de la gestión menstrual. ¿Por qué no se elimina el IVA de toallitas y tampones? ¿Por qué no se distribuyen de forma gratuita? Columna de cultura de El Círculo Rojo (jueves a las 22 a 24 en Radio Con Vos FM 89.9).
· El 28 de mayo fue el Día de Acción por la Salud de las Mujeres. En 1987, la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe propuso la fecha para abordar la dimensión de género de la salud, las causas múltiples de enfermedades que afectan especialmente a las mujeres, así como la salud sexual y reproductiva. Desde 2014, también es el día de la menstruación.
· La menstruación es un acontecimiento fisiológico pero no tiene el mismo rango que la digestión o la regulación de la temperatura corporal.
Sangre azul y cosas caras
· El tabú es tan grande que hasta hace algunos años el color universal del sangrado menstrual era azul en los medios de comunicación porque su color natural se considera desagradable.
· Los tabúes tienen consecuencias en la salud pero también invisibilizan problemas sociales. Según el informe “Diagnóstico sobre uso y percepción de insumos de gestión menstrual”, en Argentina hay más de 12 millones de personas que menstrúan.
· Menstruar es caro e inevitable. No es posible suspenderlo o menstruar menos días para recortar gastos. El 75% usa productos de gestión menstrual descartables (60% usa toallitas, 15% usa tampones).
· El informe Costo Menstruar 2023 calculó en marzo que comprar los productos necesarios costaba 20.440 anuales. Con una inflación del 100%, en diciembre costará 40.880. Cuanto más bajos sean los ingresos de tu hogar, este costo representa una porción más grande. Por eso afecta desproporcionadamente a las mujeres y adolescentes pobres.
· La menstruación impacta en el ausentismo escolar (35%), limita actividades recreativas (50%) y laborales (22%). Hay personas que sufren dolores y complicaciones relacionadas, pero lo que genera la desigualdad es no tener la plata necesaria para comprar los productos de gestión menstrual.
Desigualdad, reclamos y discursos
· Por eso es parte de las demandas del movimiento feminista. Existen campañas e iniciativas. Una es Menstruacción, su coordinadora Agostina Mileo de Ecofeminita participó en 2022 del debate sobre la necesidad de una ley nacional de gestión menstrual.
Tres aspectos clave de esta campaña:
· Distribución gratuita en escuelas, cárceles y otros espacios comunitarios.
· Quita del IVA (impuesto al valor agregado) de los productos de gestión menstrual por ser productos de primera necesidad.
· Promover la investigación porque no hay suficiente información sobre el impacto en la salud ni en el ambiente de estos productos.
· El lunes 29 el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad presentó el programa MenstruAR que, según la página del ministerio, “jerarquiza y consolida la Línea de Gestión Menstrual, creada en marzo de 2022”.
· En las redes sociales no tardaron en aparecer comentarios reaccionarios sobre este programa, como sobre cualquier denuncia, programa o derecho relacionado con las mujeres y personas LGBT. Como hacen las derechas en muchos países, culpan al movimiento feminista y LGBT de todos los males.
· Es una trampa. Porque la inflación, los salarios bajos y que haya 40 % de informalidad no es culpa de políticas públicas que a lo sumo pueden funcionar como paliativos de desigualdades sociales.
· Pero hay una trampa más grande que es pensar que es mejor no hacer críticas porque eso fortalece a la derecha. Pero, ¿no gana terreno la derecha con el contraste entre la agenda con perspectiva de género y las necesidades de la mayoría? ¿No merece alguna observación crítica el uso de discursos feministas mientras se reproducen las desigualdades? Ninguna de las leyes que garantizan derechos conquistados se consiguieron bajando la voz o eligiendo entre poco y nada.
· El problema no es que exista un programa como MenstruAR (como dice la derecha), el problema es que es insuficiente. Según el ministerio de Mujeres, desde marzo de 2022 “se entregaron más de 10.000 copas menstruales”. Considerando la última cifra publicada de mujeres y personas que menstrúan, 12 millones, la entrega de diez mil copas menstruales en un año y medio, ¿por qué deberíamos aceptar que es suficiente?
· Hay países donde los productos de gestión menstrual descartables se distribuyen de forma gratuita, como en Francia (para estudiantes) y en Escocia, mientras Irlanda eliminó los impuestos sobre estos productos. En ninguno de esos países gobiernan organizaciones feministas.
· No hay leyes ni programas que terminen con el patriarcado, eso corre por cuenta nuestra, pero sí se pueden exigir políticas básicas que eliminen desigualdades y si son insuficientes, está bien criticarlas. No está escrito en ninguna parte que tengamos que conformarnos con poco.