La conferencia presidencial de hoy tocó diversos temas, entre ellos la situación del tren maya y una posible reunión con consejeros del INE, pero hubo dos que llamaron especialmente la atención.

En primer lugar, la respuesta que dio a la senadora Xóchitl Gálvez, pues el presidente recomendó a los opositores que tengan su propia mañanera en la que inviten a Santiago Creel, Marko Cortés y Claudio X. González.

Recordó que cuando era jefe de Gobierno del extinto Distrito Federal, el PAN empezó a realizar su propia mañanera, pero dijo “no aguantaron”.

“La señora Xóchitl es tenaz, puede que mantenga la conferencia más tiempo. Además es aspirante a candidata, es todo lo que está buscando. Sería ueno que diera sus conferencias, pero que no venga aquí a querer utilizar este foro que es para querer informar”, comentó.

Cuestionó que su mañanera fuera un espacio donde se les hiciera la campaña a los conservadores. Además señaló que lo que se está buscando es que se les otorgue el amparo, y ante su negativa, se le señale por incumplir y no respetar el Estado de derecho. En ese sentido, dijo que “se reserva el derecho de admisión”.

Sin duda “la mañanera” ha servido al presidente para mantener la agenda de los temas, dar respuesta a la derecha y mantener una comunicación, invitando a medios y periodistas afines que aplauden lo que se comenta y pocas veces van más allá de preguntas a modo.

Otro tema que fue importante en la mañanera, es la que llamó el presidente una “crisis de seguridad en Chiapas”. AMLO se pronunció en torno a los desplazamientos en el estado de Chiapas, en donde aceptó la presencia de delincuencia organizada que ha logrado tener reconocimiento y apoyo de los pobladores.

Esto en el marco de que la las comunidades y voceros zapatistas vienen denunciando la represión promovida o solapada por el gobierno federal en alianza con el gobierno estatal.

El presidente dijo que su gobierno está actuando y que hay presencia de la Guardia Nacional en apoyo al gobierno del gobernador Rutilio Escandón. Indicó que lo que ocurre en Chiapas es como lo del huachicol, que quienes roban el combustible y para contar con el apoyo de comunidades, se les deja “algo”.

Incluso planteó que en Chiapas, se van buscando crear bases de apoyo y que si hay pistas clandestinas, aviones aterrizan con cocaína es necesario actuar rápido porque las comunidades impiden el decomiso.

Mientras el zapatismo denuncia muerte y represión en sus bases de apoyo y está impulsando una campaña para frenar los ataques (hoy por ejemplo habrá una marcha en la CDMX), el presidente solo atina decir que hay crimen organizado en el estado y que por ello actúa la guardia nacional.

Sin duda, una muestra más de que el interés del gobierno está en mantener los negocios del gran capital en Chiapas y en todo México, sin importar si esto ataca comunidades indígenas o expolia nuestros recursos naturales.