Aunque los Estados deberán negociar con el Parlamento Europeo la versión final del acuerdo, este jueves, en Luxemburgo, los ministros del interior de la mayoría de los 27 Estados miembros definieron lo que llamaron un "pacto histórico", según las palabras de la ministra sueca del interior, quien tiene a su cargo la presidencia de turno de la Unión Europea (U.E.), María Malmer.
Según este acuerdo, será cada Estado miembro quien defina a qué país serán trasladados los inmigrantes que ellos mismos rechacen, por no ser dignos de asilo. Eso sí, deberán demostrar una "conexión" con ese tercer país. A instancias del gobierno derechista italiano de Giorgia Meloni, la definición de "conexión" entre el país que niegue asilo a los inmigrante y el que los recibiría, se flexibilizó y a partir de este acuerdo solo basta con demostrar que la persona que solicita asilo, permaneció en ese otro país. El Estado Español (que cotidianamente expulsa a miles de migrantes africanos) apoyó con énfasis esa negociación. Esa nueva definición no es menor, ya que Italia, con esta nueva regla, puede transferir inmigrantes a Túnez, por ejemplo, ya que se trata de un país de tránsito para personas que migran hacia el país europeo, desde varios países del norte de África, muchos incluso son tunecinos.
Los países imperialistas europeos intentan "solucionar" la crisis migratoria con leyes que tratan a los migrantes como paquetes
Tratando de que este acuerdo se firme (incluida la norma de "conexión flexible"), Meloni hizo un viaje relámpago a Túnez este último martes para convencer a su presidente Kais Saied. Para eso, usó la extorsión (en forma de zanahoria). Se comprometió a que avance el proyecto de cable submarino de alta tensión, que une a ambos países y dependerá del financiamiento de la Unión Europea, además del préstamos pendiente del Fondo Monetario Internacional (FMI) por U$S1.900 millones.
Este jueves se supo que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, el ministro del Interior holandés Mark Rutten, junto a Meloni, viajaran en los próximos días a Túnez, para terminar de cerrar los acuerdos con el país africano.
Según la negociación firmada por los miembros de la Unión Europea, también se prevé que aquellos países que no acepten a los inmigrantes reubicados, deberán abonar una cuota (a un fondo de la U.E.) de U$S20.000 por persona.
Bulgaria, Lituania, Malta y Eslovaquia se abstuvieron de votar el acuerdo, mientras Hungría y Polonia lo rechazaron. Estos países a partir del acuerdo podrán ser considerados de "tránsito", pero también son el origen de muchos que migran hacia países centrales de Europa.
Mientras tanto Nancy Fraeser, la ministra del Interior alemana (del partido Social Demócrata), al igual que sus pares, definió el acuerdo como "histórico".
|