El Consejo Constitucional, compuesto por 22 consejeros del Partido Republicano, 11 de Chile Vamos, 16 oficialistas y un escaño de pueblo mapuche, comenzó a funcionar este miércoles 7 de junio. E inmediatamente las imágenes de esta ceremonia marcaron la enorme distancia entre el proceso y la realidad y necesidades de la gran mayoría trabajadora del país.
En el ex Congreso se reunieron los 50 miembros electos junto con los miembros designados por los partidos tradicionales en la Comisión de Expertos, que seguirán participando en las discusiones, además de autoridades como Gabriel Boric, los presidentes del Senado y la Cámara de Diputados y otros.
Pero una de las imágenes que más dio vuelta en redes sociales fue la del día de ayer jueves 8 de junio, donde se veía a los consejeros constitucionales siendo atendidos por garzones que le servían directamente en sus puestos café y otros bebestibles.
Si a esto le sumamos el hecho de que recibirán un salario de $3.784.200 mensuales fijado en UTM y sin contar las asignaciones, muestra la enorme distancia de ese órgano con la realidad de los trabajadores del país y los sectores populares, en un momento donde la inflación sigue siendo un problema cotidiano para las familias trabajadoras, el aumento del salario mínimo es totalmente insuficiente e incluso el consumo de alimentos y ropa a disminuido notoriamente según los datos del último Imacec.
Nada bueno saldrá para el pueblo trabajador de este proceso constitucional. Ya el anteproyecto de borrador constitucional que emanó de la Comisión de Expertos demostró ser en lo fundamental una clara continuidad del Chile neoliberal, manteniendo sus pilares como el saqueo de los recursos naturales, el negocio de los privados con las necesidades más básicas de las familias como salud, educación, vivienda, además de que se propone un sistema político aún más anti democrático y restrictivo para beneficiar a los partidos tradicionales y excluir más fácilmente a nuevas voces o a independientes.
Y ahora ese borrador pasa a manos del Consejo Constitucional dominado por la extrema derecha del Partido Republicano y la derecha de Chile Vamos, que sólo profundizarán esa línea como ya han anunciado fortaleciendo aspectos represivos o asegurando un capítulo especial para las Fuerzas Armadas y de Orden.
Este proceso es antidemocrático desde su origen, porque fue diseñado con una Comisión de Expertos designada, porque el Consejo fue electo con un sistema electoral que beneficiaba a los partidos tradicionales y a la derecha, porque tiene un Comité Técnico de Admisibilidad de salida y porque no puede salirse de los 12 bordes constitucionales que definieron en común acuerdo el gobierno y la oposición.
Pero además es anti obrero y anti popular, porque busca relegitimar el Chile de los 30 años, ese Chile de la precarización laboral, de bajos salarios, de saqueo del medioambiente, de pensiones de hambre y tanto más.
Por su parte, el oficialismo está empujando a un chantaje político, al peor del malmenorismo, con la idea de “defender el ante proyecto de Constitución” que nació de la Comisión de Expertos, contra las modificaciones que haga la derecha.
No podemos aceptarlo. Hay que enfrentar el proceso constitucional de conjunto. Para eso es necesario reimpulsar el camino de la organización y la movilización, defendiendo los ejemplos de lucha que actualmente existen como la de los pescadores artesanales y comunidades educativas de la Bahía de Quintero, de los estudiantes secundarios y de los profesores por el pago de la deuda histórica.
Sólo buscando la coordinación de esos sectores y ampliando esos ejemplos, exigiendo que las dirigencias sindicales rompan su tregua con este gobierno y movilicen y organicen activamente a sus bases podremos instalar las demandas de los sectores populares y trabajadores, y avanzar a potenciar una verdadera fuerza que permita enfrentar este proceso de conjunto, a la vez que defendemos las banderas de una verdadera Asamblea Constituyente Libre y Soberana. |