Tengo estos principios y sino tengo otros. La definición parece corresponderle a Groucho Marx. Aplica, sin embargo, para los dirigentes de una parte sustantiva de los partidos políticos patronales. En Argentina y a escala internacional.
Este domingo se vota en San Luis. Por primera vez en décadas, el apellido Rodríguez Saá no estará en la boleta. Alberto, actual gobernador, no intentará otra elección. Adolfo, ex mandatario, apoya a Claudio Poggi, que también estuvo al frente del Poder Ejecutivo provincial entre 2011 y 2015.
Poggi es el candidato de Cambia San Luis, el nombre de la alianza Juntos por el Cambio en la provincia. O sea, es la fuerza que, aún con múltiples fricciones, incluye en su seno a Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, además de las diversas alas del radicalismo.
Adolfo Rodríguez Saá fue, durante varios años, un aliado fundamental del peronismo en la Congreso de la Nación. Más precisamente en la Cámara de Senadores. Y no del peronismo en su conjunto, sino del kirchnerismo en particular.
Mucho más atrás en el tiempo, ocupó brevemente el cargo de Presidente, durante los tensos días que siguieron a la rebelión popular que en diciembre de 2001 derribó a Fernando de la Rúa. En ese entonces también militaba en el peronismo.
El ex gobernador vuelve a mostrar que el panquequismo político es una operaciones más comunes dentro de los partidos que representan los intereses del gran empresariado. |