En la Ciudad de México se realizó esta movilización en el marco del creciente poder que da el gobierno de López Obrador al Ejército, una institución represiva responsable de masacres, desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales, como el reciente caso en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Con la participación de distintas organizaciones políticas y sociales, destacó la denuncia de las agresiones paramilitares en Chiapas contra simpatizantes del EZLN, así como la exigencia de liberación para Kenia Hernández, presa política de la 4T.
El Comité 68 encabezó esta marcha que exigió verdad y justicia ante estos crímenes de Estado. El Movimiento de las y los Trabajadores Socialistas y la Agrupación Juvenil Anticapitalista participaron del contingente denunciando la continuidad de la militarización iniciada por el panista Felipe Calderón que se mantiene hasta la actualidad.