Si no fuera por la terrible realidad que esconden los CIEs tras sus paredes, las declaraciones del alcalde de Algeciras, el "popular" José Ignacio Landaluce, parecerían una broma de mal gusto. Y es que Europa levanta en Algeciras el mayor centro de internamiento de extranjeros en su frontera sur, es decir, el Estado español.
Un complejo que quieren dotar con "pistas deportivas, piscinas y bibliotecas", con el objetivo de que no recuerde a una cárcel. Con este objetivo en mente, el alcalde de la población andaluza, ha definido a este centro de internamiento como el más "social y más humanizado" de los que haya, buscando ser ejemplo para los futuros CIEs que se tengan que construir.
El proyecto está progresando en un terreno de 20.000 metros cuadrados propiedad del ayuntamiento, el cual fue cedido al Ministerio del Interior durante el mandato de Mariano Rajoy. El alcalde explica que una vez finalizado el centro, se requerirán 300 empleos para ponerlo en marcha. El alcalde está convencido de los beneficios de esta instalación moderna, tanto para el centro como para la ciudad en general.
Todas las referencias a esta cárcel que va a privar de libertar a miles y miles de personas migrantes son despreciables mire por donde se mire: "que no parezca una cárcel", "el complejo más humanizado", "el centro más social"... Sin olvidar que muchas y muchos migrantes acabarán encerrados ahí por no contar con papeles, es decir, un delito administrativo.
Huir de su país, arriesgar la vida para escapar de la hambruna, las guerras y los efectos del cambio climático, aspectos donde los países capitalistas tienen una responsabilidad central, tiene como resultado acabar encerrado en una cárcel, el verdadero nombre de un CIE.
Este nuevo centro, estratégicamente ubicado y financiado por la Unión Europea a través de Frontex, costará 23 millones de euros y podrá albergar a 500 extranjeros no comunitarios en proceso de expulsión.
Esto vuelve a demostrar el rol reaccionario y racista que el Estado español juega en la defensa de la Europa fortaleza, que se suma al asesinato de migrantes en las playas de Ceuta, desplegando al Ejército para reprimir o dejando morir a miles en las playas del mediterráneo.
Unas políticas que nada tienen que envidiar a las que plantea la derecha o la ultraderecha en el Estado español. ¿Qué más podrían hacer PP y Vox que seguir persiguiendo a migrantes, encarcelarlos, matarlos en la arena o condenarlos a su suerte en el Mediterráneo? No parece que haya mucho más margen para hacer políticas más racistas.
Este tipo de políticas del "gobierno progresista" de lo único que sirven es de instaurar un sentido común cada vez más a la derecha, en este caso, cada vez más racista. En sus apariciones mediáticas, el hemiciclo derecho y el hemiciclo izquierdo hacen su juego discursivo para diferenciarse. Pero en el caso de la migración y el racismo institucional, poca discusión hay, porque las políticas poco se diferencian.
Esta forma de hacer política es la que realmente abre el paso a la derecha, la que permite que las consignas racistas (pero también xenófobas, machistas, etc) calen cada vez más profundo. Una derechización que como hemos visto ya en estos 4 años no la van a combatir ni el PSOE ni el nuevo proyecto de Sumar, que de hecho, sus integrantes, han sido participes de estas políticas. |