"El ministerio de Economía informa que, al 30 de abril, el saldo total pagado al FMI desde que asumió el Gobierno en diciembre de 2019 alcanza los USD 33.453 millones, considerando capital e intereses." Los datos surgen de un informe de Jefatura de Gabinete a la Cámara de Diputados ante una pregunta de los Diputados del PTS-Frente de Izquierda respecto a cuál fue el monto total de los pagos al Fondo Monetario Internacional.
Asimismo, agregaron que "Entre 2022 y 2023, se realizaron pagos al organismo por USD 27.090 millones, incluyendo capital e intereses, correspondiendo USD 18.365 millones a 2022 y USD 8.725 millones a 2023." Es decir, la mayor parte de los pagos (80%) se realizaron en el último año y medio, a medida que el Fondo fue realizando los desembolsos tras el acuerdo de Facilidades Extendidas (marzo 2022), para cancelar el préstamo stand by, que tuvo condición que el Gobierno implementara el ajuste fiscal y externo, con revisiones trimestrales y un monitoreo permanente por el organismo.
Pero a pesar de todos los pagos realizados, habrá FMI para rato si el sendero es seguir reconociendo la deuda fraudulenta tomada bajo el macrismo. "El saldo total adeudado al 30 de abril alcanza los USD 43.583 millones. El mismo devenga intereses a una tasa variable, compuesta por la tasa básica del FMI más los sobrecargos. Los intereses se pagan trimestralmente", agrega la respuesta del Jefe de Gabinete en su informe a la Cámara de Diputados.
Es decir, se le sigue debiendo al FMI casi lo mismo que se le debía al finalizar el gobierno de Macri, pero con un agravamiento de la crisis económica y social tras el ajuste aplicado por el Gobierno y el FMI.
El que calla otorga, y el que no enfrenta, también
La Auditoría General de la Nación (AGN) finalmente publicó su informe a fines de mayo en donde confirma la ilegalidad del préstamo que el Fondo le otorgó a Macri en 2018. Se destacaron "relevantes incumplimientos normativos, como la falta de autorización del endeudamiento, la omisión en la aplicación de los procesos específicos para préstamos multilaterales, la inexistencia del dictamen del BCRA sobre el impacto de la operación en la balanza de pagos y la firma del Acuerdo por parte de funcionarios sin facultades legales para hacerlo". Además, expuso que se pagaron millones en "comisiones" durante el macrismo.
Era sabido que el préstamo fue totalmente fraudulento y a espaldas de las mayorías sociales. Pero el Frente de Todos no dudo en orientar igualmente sus años de gestión a renegociarlo y terminó firmando un nuevo acuerdo con el FMI, ahora sí, haciendolo pasar por el Congreso. Punto para el organismo: le otorgó más legitimidad del régimen político a una deuda odiosa.
El kirchnerismo hizo todo lo posible para ofrecer “gobernabilidad” al régimen del Fondo. Así permitieron que diputados que les respondían fueran sustituidos de la Comisión que votó el dictamen a ser tratado en el Congreso, por otros que sí apoyaban lo acordado con el Fondo. Se llamaron al silencio hasta que se votó el acuerdo.
En la actualidad el Fondo interviene, “toma el timón de la economía argentina, impone su programa económico y se dispara otra vez el proceso inflacionario sin control en la Argentina” (como expresó la vicepresidenta Cristina Fernández en un posteo en su web). En su discurso de este jueves en Santa Cruz, Crisitina planteó que "advirtió de las consecuencias con el Fondo", intentando despegarse de su responsabilidad en el Gobierno.
La coalición de gobierno no propone terminar con este acuerdo, defiende las gestiones de "Sergio" (que es Massa) y ahora la vicepresidenta volvió a llamar a la oposición de derecha, a la misma que critica como el "cuco" que puede gobernar los próximos cuatro años, un acuerdo nacional para "renegociar" nuevamente con el FMI. Misma estrategia fallida del ex-ministro Martín Guzmán, que asimismo se mostró fallido en la experiencia de Grecia: la idea de que puede negociarse con el FMI desde una "posición de fuerza" y soberana, sin plantear el desarrollo de la movilización para enfrentar realmente sus planes de ajuste y de saqueo de los bienes comunes naturales (litio, petróleo, agronegocio, etc).
La deuda con el FMI tiene consecuencias
El cogobierno con el Fondo tiene consecuencias y recaen sobre las mayorías populares, mientras una minoría de empresarios y especuladores financieros siguió amasando fortunas.
Ajuste fiscal: Durante el primer cuatrimestre del año 2023 se recortó en jubilaciones, AUH, políticas alimentarias continuaron como detalló un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso.. Un informe elaborado por Claudio Lozano y el equipo del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) a un año del acuerdo con el FMI detalla asimismo que el gasto público cayó en 2022 1,1% en términos reales, “con especial reflejo sobre las jubilaciones y pensiones que perdieron 6,9% por aplicación de la fórmula de movilidad jubilatoria en un contexto de inflación acelerada", también la AUH perdió 8,7 % en términos reales.
Pobreza: El primer año del acuerdo con el FMI vino de la mano de un salto en la pobreza. El documento de Lozano señala que “los últimos datos disponibles daban cuenta que durante el 2022 más de 2 millones de personas cayeron bajo la línea de pobreza y 152 mil se sumaron al conjunto de indigentes. Así, la pobreza cerró el año con un aumento de 4,1 puntos porcentuales (del 36,5% al 40,6% en el 4to trimestre)”.
Transferencia de ingresos al gran capital: Desde que volvió el Fondo al país hubo una transferencia de U$S 87.800 millones del trabajo al capital, al tipo de cambio oficial (período 2018-2022), y en 2021 y 2022 se registraron las mayores transferencias de ingresos según publicaron en un trabajo de Flacso Eduardo Basualdo y Pablo Manzanelli.
Desaceleración económica: El ajuste fiscal, la caída del poder adquisitivo de los salarios e ingresos y con ello, del consumo, los pagos de deuda, la suba de tasas de interés, entre otras recetas del Fondo, implicaron una caída de la actividad económica, que este año se agravó profundamente por la sequía que retrajo las exportaciones.
Terminar con la deuda eterna y la dependencia
El desconocimiento soberano de la deuda, como propone el Frente de Izquierda Unidad, es una medida esencial para terminar con la decadencia a la que somete la clase capitalista a las mayorías populares, junto a otras medidas de soberanía nacional y en defensa de los recursos tales como la nacionalización de la banca y el comercio exterior.
A contramano de la cultura de la resignación, este camino propone conquistar una sociedad organizada y planificada según las necesidades sociales y no según las ganancias de una minoría.
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