La realidad que republicanos quiere tapar
Los niños y adolescentes de este país sufren y están expuestos a violencia sexual, abusos sexuales, embarazos adolescentes y a enfermedades de transmisión sexual. Esto no es un invento de los grupos de disidencia sexual o de los colectivos feministas. Es algo estudiado por diversos organismos públicos y privados.
La violencia sexual contra niñas y niños es una realidad alarmante en este país. La generalidad de los abusos se produce en contexto intrafamiliar. Según el informe “Cifra negra de violencia sexual contra Niñas, Niños y adolescentes: ocultamiento social de una tragedia” entre el 70 y el 80% de los casos no son denunciados. Entregar todo poder de decisión exclusivamente a las familias contribuye en la mayoría de los casos a la impunidad. El lugar que debería ser un espacio seguro no lo es. Hasta la fecha y tras una década de escándalos de pedofilia y abuso sexual a menores la Iglesia Católica suma más de 310 casos de este tipo y más de 150 investigaciones en Fiscalía. Y los casos incluye obispos y cardenales las jerarquías más altas. 42 pastores de Iglesias Evangélicas han sido investigados por delitos similares: el 60% fueron fueron condenados. Lo que dice ser un espacio seguro no lo es.
Según datos de la ONG Amnistía Internacional: Chile es el país con mayor tasa de aumento de personas contagiadas con VIH en Latinoamérica. Según datos del Ministerio de Salud más de 10 mil niñas menores de 15 años de edad han tenido hijos en la última década. Más de 55% de la población juvenil indica que la entrega de información sobre sexualidad en los establecimientos educacionales es nula o de baja frecuencia.
Cuando el Partido Republicano dice que son las familias las que deberían formar en sexualidad a los niños y adolescentes oculta intencionadamente la violencia contra este segmento de la población. Con demagogia dicen que los funcionarios de educación jamás serán capaces de tratar temas de sexualidad.
Educación sexual integral
En Chile hay un gran vacío sobre Educación Sexual. No hay formación en educación sexual para los docentes. Según datos del INJUV El 83% de los jóvenes accede a información de sexualidad a través de sus redes sociales. El 71% de estos niños y adolescentes lo hace por medio de páginas de Internet. Es decir los niños y adolescentes indagan por cuenta propia cómo cuidarse, cómo establecer relaciones sexo afectivas sanas y las consecuencias saltan a la vista.
A su vez los funcionarios tampoco poseen las herramientas para educar en este sentido. Casi el 55% de los funcionarios y profesores de establecimientos públicos no se sienten capacitados para ofrecer clases de educación sexual y más del 40% no cree tener preparación para hablar de enfermedades de transmisión sexual. El Informe Anual de Derechos Humanos de la Diversidad sexual y de género” hacia 2029 784 estudiantes se han visto vulnerados en sus derechos en establecimientos educacionales por casos de homofobia y transfobia.
La educación sexual es un derecho básico negado. Es necesario que el Estado de Chile asegure Educación Sexual Integral en todos los establecimientos. En forma temprana, científicamente precisa, gradual y acorde cada edad y etapa de desarrollo, y basada en derechos humanos y reproductivos.
Y para instalarse tanto el estudiante como el maestro deben ser educados. Para esto también los estudiantes deben ser considerados como sujetos autónomos y sujetos políticos: es decir que puedan decidir por cuál tipo de sistema educacional desean.
El Partido Republicano plantea absolutamente todo lo contrario: que los niños no son sujetos autónomos respecto a su sexualidad y que los funcionarios de educación son incapaces de formar en sexualidad integral. Y no es casual tampoco que el espíritu de su política sea la restricción de la democracia en todo ámbito de la sociedad.
Transformemos la escuela transformando la sociedad
Una Educación Sexual desde una perspectiva integral y científica, aún cuando fuera implementada en serio (y no como el proyecto de Ley de Camila Rojas que no transforma nada estructural), no puede en sí misma acabar con la opresión hacia los niños y adolescentes. Junto con una transformación estructural del sistema educacional (unificando los establecimientos públicos en un sistema nacional, poniendo fin al subsidio a privados, aumentando el financiamiento para más profesionales y funcionarios de educación, un plan de formación en educación sexual como describimos arriba) se debe transformar también la sociedad.
Chile es el laboratorio del capitalismo neoliberal en donde los trabajadores y los estudiantes somos una mercancia. Somos objeto de los empresarios o de los adultos. Esta división social conlleva la normalización de opresiones y explotaciones de todo tipo que naturalizan y promueven los partidos de ultra derecha como los Republicanos. Se debe poner fin a esto: permitiendo que los trabajadores y niños de la sociedad seamos sujetos autónomos y políticos. Un punto clave para una transformación social es que los establecimientos educacionales sean dirigidos y controlados por las comunidades incluyendo la voz y el voto de los estudiantes. Co-gobiernos triestamentales o control comunitario como se teorizó durante las movilizaciones del 2011. | 
