El etíope Abebe Bikila fue el primer atleta de África que obtiene medalla dorada. Fue en los Juegos de Roma 1960. Detrás de esta gesta hubo una historia de reparación simbólica contra el colonialismo.
Cada 23 de junio se celebra este día, recordando la fundación del Comité Olímpico Internacional en 1894. ¿Qué es esta institución? Recordamos algunos momentos memorables de la historia olímpica.
Todos los años cuando llega el 23 de junio se celebra el Día Olímpico Internacional 6 recordar la fecha en la que se fundó en París el Comité Olímpico Internacional en 1894. A fines del siglo XIX el paradigma del deporte estaba muy asociado a los principios del higienismo y tuvo un desarrollo acorde a la consolidación de los Estados-nación. Fue un aristócrata francés, el barón Pierre de Coubertin, el que impulsó la organización de los Juegos Olímpicos modernos sobre la base del mito de recuperar el espíritu de los antiguos Juegos Olímpicos de la Grecia clásica, como una forma de colaborar en la construcción de una identidad de la cultura occidental (léase, europea en particular) como continuación de esa herencia helénica “civilizada”. Tiene carácter de mito porque como demuestran en un estudio muy interesante los antropólogos Niko Besnier, Susan Brownell y Thomas Carter (Antropología del Deporte. Emociones, poder y negocio en el mundo contemporáneo, editado por Siglo XXI) en realidad el concepto de deporte tal como lo conocemos hoy -basado en parámetros de competencia con ganadores y perdedores- nace en la época victoriana, como expresión del Imperio británico de aquel siglo XIX.
En otras civilizaciones humanas, las prácticas que podríamos considerar “deportivas” (porque ni siquiera existía el término deporte, que aparece también en el siglo XIX) se realizaban bajo otros criterios: por lo general eran prácticas rituales, a veces asociadas a una especie de diplomacia entre pueblos (con lo cual ganar podía tomarse como una humillación al otro y se optaba por evitar la competencia), o en algunos casos eran demostraciones para exaltar valores estéticos como la virilidad, por ejemplo.
En el caso de Grecia, los Juegos Olímpicos nacen en el siglo VIII a.C., como una especie de “continuación de la diplomacia por otros medios” entre las ciudades-estado, en una época en la que el intercambio con Oriente era fundamental (especialmente a través del Mar Mediterráneo). En el siglo XIX se hace una recuperación en clave de mito de una “Grecia Occidental civilizada” frente a un “mundo bárbaro”, lo que expresaba cierto prejuicio europeísta.
Volviendo a la era moderna, no descubrimos nada si resaltamos que con el correr del tiempo el COI expresó en general los intereses políticos de las principales potencias del mundo, por ejemplo, al designar a Barcelona como sede en 1992 para “celebrar” los 500 años del “descubrimiento” de América.
Más allá de esto, aprovechemos la fecha para recordar algunos hitos del deporte olímpico. Comenzando por lo más cercano en el tiempo, deberíamos destacar las marcas récord del jamaiquino Usain Bolt, un poco más atrás la conmoción que provocó el caso de dóping del velocista canadiense Ben Johnson en 1988 (problemática que hacia adelante pasará a estar mucho más presente en el atletismo mundial). Inolvidable la postal que dejó para siempre México ´68 con los atletas Tommie Smith y John Carlos en el podio recreando el gesto del black power, levantando el puño por los derechos civiles de la población afroamericana; un nombre propio en esta historia es sin duda el de la rumana Nadia Comaneci que con apenas 14 años de edad asombró al mundo en los Juegos de Montreal 1976 logrando el primer 10 de la historia olímpica como calificación, lo que a la vez escondía la profunda exigencia (o más bien presión y explotación) a la que estuvo sometida.
Yendo a principios del siglo XX, las medallas doradas en fútbol conseguidas por Uruguay en París 1924 y en Ámsterdam 1928, logros que la Federación Uruguaya consiguió que la FIFA se los reconozca con el mismo estatus que un Mundial. Del Uruguay campeón del ´24 nació el “gol olímpico”, que marcó Onzari de la Selección Argentina en un amistoso contra ese equipo campeón de un córner directo, de un tiro de esquina (algo nunca antes visto).
Pero entre todos los hitos que fue dejando más de un siglo de deporte olímpico, elegimos destacar un episodio histórico ocurrido en la maratón de Roma 1960: fue la primera medalla de oro ganada por un atleta africano, un etíope que además corrió descalzo porque tenía un problema en los pies y no podía usar calzado para correr. Para poner en contexto: a principios del siglo XX, Etiopía era la única nación de África que nunca había sido colonizada, pero en 1936 Etiopía fue invadida y ocupada por la Italia de Mussolini hasta 1941. Durante esa ocupación, las tropas de Mussolini saquearon símbolos de valor histórico y cultural como el Obelisco de Aksum, una pieza de mucho valor arqueológico. Lo trasladaron a Roma y fue instalado en la ciudad capital de Italia. Cuando en 1960 Abebe Bikila, este atleta etíope descalzo, pasó en su recorrido de la maratón por el lugar en el que se había emplazado el Obelisco de Aksum en Roma, cuenta la leyenda que fue el momento en el que aceleró y superó a un atleta marroquí que hasta el momento encabezaba la competencia. Bikila quedó a la cabeza y no perdió la delantera hasta completar los 42 km de maratón. Se consagró ganador y obtuvo la medalla de oro alcanzando la meta en el Arco de Constantino, justamente el lugar desde el cual salieron las tropas fascistas para invadir Etiopía en 1936. El deporte a veces tiene esa fuerza simbólica tan potente, suceden destellos de justicia poética: un hombre de Etiopía nada menos que en Roma logró ser el primer atleta de aquella África negra en ganar una medalla olímpica dorada. Con ese hito de Abebe Bikila nos quedamos en este Día Olímpico Internacional.