El candidato a presidente de Unión por la Patria y la actual vicepresidenta se mostraron juntos a menos de 48 horas de haber cerrado las candidaturas. Fue en un acto por la recuperación del avión Skyvan PA-51 utilizado para los vuelos de la muerte durante la última dictadura. Polémica lavada de cara: Massa es conocido por haber propuesto hace pocos años sacar a las Fuerzas Armadas a la calle y por encabezar un plan de ajuste contrario a los Derechos Humanos. Los vuelos de la muerte no se entienden sin el rol de Estados Unidos, amigos de Massa. Pases de factura de CFK a Alberto Fernández.
La vicepresidenta Cristina Kirchner y el ministro de Economía y precandidato presidencial, Sergio Massa, encabezaron en la tarde de este lunes un acto por la recuperación del avión Skyvan PA-51, utilizado para los “vuelos de la muerte” durante la última dictadura cívico-militar”, que será emplazado en la ESMA.
A menos de 48 horas de haber cerrado las candidaturas del peronismo hacia las elecciones nacionales de agosto y octubre, se trató de la primera aparición pública de los dos dirigentes del ex Frente de Todos de cara a la campaña electoral y luego de días de mucha tensión e internas en el peronismo.
En ese sentido, el acto tuvo dos registros. Por un lado, la presencia de Massa en el acto es un salto más en el apoyo por parte del kirchnerismo al hombre de Tigre y un factor de malestar en distintos referentes de Derechos Humanos por el uso político-electoral de un tema muy sensible. Si durante el último tiempo el kirchnerismo venía apoyando sin críticas el duro plan de ajuste que aplica el actual ministro de Economía de la mano del FMI, con consecuencias sociales que están a la vista, lo de este lunes significó también una lavada de cara al candidato a presidente, que en un tiempo no tan lejano supo hacer campañas de mano dura, punitivistas y hasta propuso sacar a las Fuerzas Armadas a la calle.
Massa siempre fue un cultor de la mano dura, contraria a las más elementales libertades democráticas. Inspirado en íconos reaccionarios como el ex alcalde neoyorquino Rudolph Giuliani, durante su intendencia en Tigre aplicó medidas represivas (luego “exportadas” a otros municipios) que dejaron un tendal de muertos, heridos y presos en causas armadas a manos de la Policía.
No está de más recordar este escandaloso video de campaña de 2015, que debería indignar a cualquier progresista:
Más aún, la dictadura militar argentina y los mismos vuelos de la muerte son imposibles de entender sin el rol de Estados Unidos en nuestro país y en toda la región. Eso hace más escandalosa aún la presencia de Massa en el acto: un reconocido amigo de la Embajada yanqui en Buenos Aires que hoy negocia con el FMI y el establishment norteamericano nuevos planes de ajuste y sometimiento de nuestro país.
Detrás del Plan Cóndor, el golpe del '76 y sus vuelos de la muerte, estuvieron el Comando Sur de EEUU, el FMI y varias multinacionales, como denuncia Walsh en la Carta Abierta. Ni olvido ni perdón.
Pese a esta realidad, el ministro de Economía intentó mostrarse como alguien comprometido con la lucha histórica contra la impunidad y señaló que la compra del avión había sido su manera de "poner un granito de arena" en esa pelea: "Para una generación criada en democracia no hay nada más importante que crecer revalorando la memoria y la justicia". A su turno, la vicepresidenta insistió en resaltar su labor en el tema y colaborar en esa tarea.
Por otro lado, el acto tuvo un segundo registro cuando en su discurso, Cristina Kirchner contó como había sido la interna peronista. Allí ofreció una explicación a su militancia y simpatizantes sobre la verdadera novela de intrigas, operaciones y polémicas que vivió el espacio durante los últimos días. Una versión de lo que fue la discusión que apuntó a revertir la desmoralización que quedó en buena parte el kirchnerismo por haber bajado a "Wado" De Pedro y por haber quedado fuera de la fórmula presidencial, entregando la cabeza a un ajustador serial como Massa, luego del fracaso del Frente de Todos que CFK misma creó. "Quiero dirigirme a los militantes, deben haber visto con sorpresa el cierre de listas. cómo no va a haber sorpresa si durante un año nos estuvieron batiendo el parche con las PASO y con la democratización del peronismo", comenzó diciendo. Y continuó: "Sinceramente, yo sostenía que era necesario construir una lista de unidad, pero el Presidente de la Nación y de nuestro partido se embanderó con la idea de hacer una PASO". En ese momento, la vicepresidenta remarcó que no solo había que tener "comprensión de texto" sino también "comprensión de contexto" y señaló que los gobernadores también pugnaron por una lista de unidad "que tenía que tener el consenso del presidente de la Nación y del peronismo".
Lo que siguió fue la continuidad de la interna a cielo abierto, de manera inesperada. Con dardos venenosos hacia Alberto Fernández y hacia la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, justificó el acuerdo de la fórmula Massa-Rossi, elogió a "Wado" de Pedro por aceptar bajarse pese a haberse lanzado 24 horas antes y le volvió a hablar directamente a su militancia: "Es importante terminar con las operaciones políticas que tanto han envenenado a la militancia, que terminan leyendo el diario en lugar de salir a la calle. ¡Dejen de leer los diarios y salgan a la calle a ver qué pasa con la gente!¡Esto es lo que tienen que hacer!".
El llamado apunta a algo que fue extensamente debatido a lo largo de las últimas horas por distintos analistas: es muy difícil encarar una elección sin motivación y sin convencimiento por parte de los propios. Y precisamente a eso apuntó Cristina, sabiendo que la elección de un candidato conservador y derechista como Massa -teniendo como antecedente la elección de Scioli en 2015 y de Alberto Fernández en 2019- no es un factor que moralice ni entusiasme a nadie que reivindique las banderas del progresismo o de los intereses "nacionales" y "populares", como está a la vista. Y una muestra de que la "unidad" que CFK tanto reivindica ha sido siempre a costa de darle mayor centralidad y poder a los sectores más conservadores del PJ.
Ya sobre el final, la vicepresidenta aseguró: "Qué quilombo que tienen estos, dirán. Pero el orden está en los cementerios. La política es conducir también el desorden y tratar de ordenar de la mejor manera posible para convertir a la política en un insutrmento de cambio y transformación, y si todavía no podes transformar, por lo menos de tranquilizar".
Conociendo el currículum de Massa e incluso repasando su trayectoria reciente en los últimos meses, más bien resulta evidente que no se trata de alguien que piense a la política como un instrumento transformador sino de alguien que permanentemente busca tranquilizar y garantizar estabilidad a los sectores más concentrados del establishment económico. La reacción de los "mercados" de este lunes, con una importante suba de los bonos y las acciones argentinas en la bolsa, son una muestra de ello.