A casi un mes de la desaparición de Cecilia y rodeado de una cohorte de funcionarios, el gobernador kirchnerista de Chaco se desligó de todo compromiso político y económico con Emerenciano Sena y Marcela Acuña. Dijo que el caso es aberrante y que él sufre “mucho” por esto. Con poca convicción se defendió: “Lo que hacemos es claro y transparente”.
Este martes por la noche, con la presencia de decenas de funcionarios del Frente Chaqueño (intendentes, ministros, secretarios, diputados nacionales y provinciales, senadores) el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, dio una conferencia de prensa para hablar del caso de Cecilia Strzyzowski. O, mejor dicho, para intentar esquivar cualquier tipo de salpicadura sobre su persona en relación al poder y la impunidad alcanzados en los últimos años por Emerenciano Sena y Marcela Acuña, hoy detenidos como máximos sospechosos, junto a su hijo César, del femicidio de la esposa de éste último.
Capitanich se dedicó por más de cuarenta minutos a desglosar una serie de argumentos con los que intenta demostrar que su relación con los Sena no implicó nunca una cobertura a los negociados y al enriquecimiento de la familia de dirigentes sociales. Algo que, más allá de sus intenciones, es parte de la denuncia social en las masivas marchas que se vienen realizando en Resistencia y otras ciudades de la provincia a partir de la convocatoria de la familia de Cecilia.
El gobernador dijo que “todos los chaqueños y chaqueñas” están “con una sola bandera: justicia para Cecilia”. Y señaló que en el caso “hay un debido proceso” donde prima “el respeto a la víctima. Siempre vamos a estar del lado de la víctima, esa es la función que le corresponde al Estado”, sentenció. Y agregó que él quiere “que la Justicia investigue libremente, que se haga lo que tenga que hacer y que los o las responsables paguen con todo el peso de la ley. Este es un hecho que verdaderamente conmueve”.
Intentando despegarse de las acusaciones que Gloria Romero viene haciendo sobre su gobierno, Capitanich dijo: “La madre de Cecilia tiene todo mi apoyo para que efectivamente el hecho se esclarezca, quiero decirle que estoy dispuesto a recibirla en el momento en que quiera, pero no he querido establecer esto en el marco de una politización, quiero decirle que me consterna su dolor”.
También desmintió que haya tenido una conversación telefónica con Emerenciano Sena luego de la desaparición de Strzyzowski. “Falso de falsedad absoluta, por favor dejen de mentir, tengo familia y me afecta sensiblemente el corazón. No se pueden inventar cosas, no se pueden seguir inventando falsas noticias, no se puede agredir como se agredió”, manifestó con gesto de enojo.
Para él, “pretender vincular al gobernador de la provincia con un hecho de estas características es verdaderamente un ataque siniestro que nunca he podido observar en la historia argentina”. Parece olvidarse de muchos casos del pasado donde la relación vidriosa entre mandatarios y crímenes quedó más que en evidencia. Dos de esos gobernantes fueron Carlos Menem y Eduardo Duhalde, de los que Capitanich supo ser ardiente militante.
En otro momento de su conferencia de prensa, el exjefe de gabinete de Cristina Fernández de Kirchner negó que su gestión haya transferido $ 140 millones a la Fundación Saúl Acuña (centro de recaudación de los Sena que lleva el nombre del padre de Marcela, un fallecido abogado defensor de derechos humanos). “Ninguna de estas transferencias ocurrieron, a excepción de un caso concreto que es la transferencia con Convenio de Salud para el tema pago de honorarios a profesionales, de $ 825 mil. Pero lo de los $ 140 millones es todo inventado, porque todas estas transferencias que se publicaron, en realidad no responden a ese tipo de cuestiones”, aseguró.
“La verdad es que lo que nosotros hacemos es claro y transparente, no hay ninguna transferencia que no sea regulada y perfectamente circunscripta”, dijo embroncado.
Como si no hubiera una larga historia relacionada a las cooptaciones de dirigentes sociales por parte de los gobiernos peronistas, Capitanich dijo que “todo el tiempo han intentado plantear feudalismo, corrupción y asociación ilegal por movimientos sociales: falso, desmentida absoluta de este tipo de cuestiones”. Y con eso, cree, asunto terminado.
Eso sí, al mismo tiempo aprovechó para pasarle factura al exgobernador radical y actual candidato a intendente de Resistencia, Roy Nikisch. Fue respecto a la entrega del predio de 28 hectáreas de Campo Rossi, ubicado en las afueras de Resistencia y donde se sospecha que los Sena habrían descartado el cuerpo de Strzyzowski. “El campo lo otorgó a través de un dictamen Roy Nikisch. ¿Esto es un delito? No, pero la vinculación es con Roy Nikisch y con otros gobiernos que viven en esta ciudad y viven en esta provincia”, afirmó.
Sobre ese punto, Capitanich se solidarizó con Aída Ayala, histórica dirigente radical y de Juntos por el Cambio, exintendenta de Resistencia, exfuncionaria de Mauricio Macri y recientemente exprecandidata a intendenta que perdió en la PASO con Nikish. Ella también fue vinculada a Sena y Acuña. “La solidaridad la tengo también con Aída Ayala, injuriada todo el tiempo”, afirmó Capitanich en relación a la mención de Ayala en la otra causa judicial, en el fuero federal, abierta tras la desaparición de Cecilia. Se trata de un expediente donde se investiga “lavado de dinero y evasión fiscal” por parte de la familia de los dirigentes sociales.
“Intentaron decir que había impunidad y que no se había hecho nada hasta que los medios de Buenos Aires llegaron”, agregó Capitanich sobre caso de la mujer desaparecida. “Le quiero decir al pueblo del Chaco y al pueblo argentino que siete detenidos fueron inmediatamente abordados en el debido proceso, probablemente con la prisión preventiva e irán a juicio por jurados. ¿Qué mayor control social que ese? Ninguno. Falso el tema de la impunidad”, se autoexculpó.
Sobre el proceso electoral en curso en la provincia, el líder del Frente Chaqueño dijo que hay “ataques sistemáticos todo el tiempo pretendiendo mentir sobre una cuestión, todo el tiempo se planteó que tenía que suspender las elecciones y lo que planteé es el mantenimiento del 18 junio, cuando en nuestra provincia jamás hubo una interrupción y eso es porque acá las entidades funcionan”. Vale recordar que en esas PASO participaron Emerenciano Sena y Marcela Acuña en una de las listas de ese espacio político patronal, uno como precandidato a diputado y la otra a intendenta de Resistencia.
De paso, acusó sin dar nombres a quienes no respetaron “la veda electoral” e “hicieron todo el tiempo un ataque sistemático” hacia su persona, “se ha llegado a hablar desde la intervención federal hasta cualquier otra cosa”. Quien había exigido al gobierno nacional la intervención de la provincia fue la propia madre de Cecilia a través de un video que se viralizó pocos días antes de las PASO del domingo 18.
Finalmente Capitanich reiteró su pedido de justicia para Cecilia. “Quiero hablarles desde el dolor, yo sufro mucho esto, con el dolor que significa el caso de Cecilia, quiero que la Justicia investigue libremente y que los responsables paguen con todo el peso de la ley, es un hecho aberrante, conmueve y por eso quiero trasmitirlo”, sentenció.
Más allá de la tardía y espasmódica conferencia de prensa del Gobernador y su cohorte de funcionarios, es evidente que sería muy difícil dimensionar la sensación de impunidad que habrán sentido Sena, Acuña, su hijo y cuatro miembros de su entorno (hoy detenidos como máximos sospechosos) al momento de asesinar y desaparecer a Cecilia Strzyzowski sin comprender la añeja relación de esos dirigentes sociales con las propias huestes de Capitanich.
Oportunistamente, desde la oposición de derecha se subieron al caso para limar en medio de la campaña electoral a Capitanich. Así llegaron, sin muchos fundamentos, a adjudicarle por poco una complicidad directa en el crimen. Pero más allá de ese uso político, Capitanich no puede desentenderse de haber colaborado con ganas a esa impunidad eterna que los Sena creyeron haber conseguido.
Y lo que no pueden desconocer Capitanich ni sus acólitos es que Chaco sigue siendo la provincia con mayor tasa de femicidios por habitante del país. Algo que va inexorablemente atado a los niveles de impunidad de la que gozan los femicidas. Según el informe de la organización Mumalá, en lo que va de 2023, se perpetraron ocho femicidios. Son menos que en la Provincia de Buenos Aires (95) o en Córdoba (22), pero son muchísimos si se comparan con la población. Chaco tiene 3,8 femicidios por cada 100 mil habitantes cuando el promedio nacional es 0,9. De eso, Capitanich no dijo ni una palabra en su conferencia de prensa.
