La segunda sección electoral contiene el polo productivo e industrial más importante en el norte de la provincia de Buenos Aires. Es claramente un puesto estratégico en el poder político, cuenta con industrias y parques industriales con miles de obreros y su principal fuente de salida exportadora por la hidrovía del Paraná. Es por esto, no solo de su importancia desde el punto de vista económico, sino también político.
Históricamente, los lanzamientos de campaña electoral se impulsan desde los pagos de San Nicolás, la ciudad del "acuerdo". A la hora de contar con poder, este aspecto se tiene muy en cuenta.
Los legisladores provinciales son claramente representantes de grupos económicos o garantías de estabilización y control político. El peronismo históricamente se ha ocupado y preocupado de esto. En las últimas elecciones, recurrió a un alfil muy importante, además de serlo para Paolo Rocca, ya que desde la privatización ha sido una garantía de producción con convenios flexibilizados y bajos salarios. Nos referimos al secretario general de la UOM, Naldo Brunelli. Él no solo tiene cobertura en lo sindical, sino también en lo político, debido a la importancia que tiene en lo productivo y el peso que representan las patronales de la zona. Tal es así que el actual gobernador Axel Kicillof formó parte del directorio de TERNIUM Siderar al inicio como funcionario del gobierno de Cristina Kirchner y tendió lazos muy fuertes con la UOM, participando activamente en los dos últimos congresos nacionales.
Parece ser que en estas próximas elecciones la apuesta va en otro sentido. Sergio Berni, el ex cara pintada, juega otro rol no menos importante y se vuelve clave. La crisis económica y política que atraviesa estas elecciones marca una urgencia por los tiempos de profundización del ajuste y la crisis de representatividad de los partidos patronales. Las decisiones estarán puestas en garantizar con medidas que apunten al control social, con más represión y quitas de derechos.
En este sentido, tomando la experiencia entre el PJ y la UCR en Jujuy y el silencio cómplice de Sergio Massa, se perfila que lo que tienen preparado para el conjunto de los explotados es preocupante. Es por esto que la etapa requiere otro tipo de ofensiva desde el régimen político, con el FMI imponiendo su candidato y pisando los talones con sabor a medio poco y el fantasma de una tajada mayor con devaluación.
Otorgarle poder político a un represor en un polo estratégico e industrial con una fuerte composición obrera es el norte al que se dirige el próximo gobierno. Con una candidatura como primer senador provincial esta vez a Sergio Berni, actual Ministro de Seguridad del gobierno de Axel Kicillof. Berni tiene en su prontuario la represión a trabajadores en la Panamericana con Gendarmes Caranchos y ex represores infiltrados. Es caracterizado por puestas en escena que hicieron enfurecer a trabajadores de UTA. Es el mismo que llevó adelante la represión y desalojo de familias en Guernica, quemando viviendas y con topadoras llevándose las esperanzas de poder tener un pedazo de tierra para las familias, prevaleciendo el proyecto de canchas de golf.
Ha cumplido a pie de puntillas cada uno de sus deberes, mientras recaen sobre sus espaldas la garantía de aplicar medidas represivas durante la pandemia. Con una policía provincial envalentonada, salía de cacería llevándose la vida de jóvenes trabajadores como Ulises y Ezequiel en un barrio obrero de San Nicolás, dos verdaderos asesinatos con saña que aún se mantienen impunes mientras cada año sus madres se sumen en el dolor de los hijos que ya no están. Berni optó por hacer la gran Felipe Solá, hacerse el boludo.
En la misma San Nicolás, su Policía Bonaerense se encargó de golpear y detener a los ambientalistas que enfrentaron los avances del intendente Passaglia contra el Parque Aguiar, un área protegida. Y a pocos kilómetros, en la vecina localidad de Pérez Millán, reprimió con gases y balas de goma a los trabajadores del frigorífico Arrebeef que peleaban por salario y contra los despidos.
Debemos poder sacar estas conclusiones y pensar que históricamente el peronismo fue un partido de contención, pero si no puede por las buenas, seguramente lo hará por las malas, y a esto debemos estar preparados.
Contar con organizaciones que permitan organizar la resistencia a los planes patronales y del FMI, con el FITU, nos jugamos a poder ser una corriente de izquierda ante la derechización de la campaña electoral y la emergencia que marca el FMI. Debemos tomar en cada uno de nosotros esa tarea de preparar las mejores condiciones para enfrentar el ajuste.
La clase obrera es la única que puede contar con esa fuerza. Llamamos a que apoyen a nuestros candidatos en el Frente de Izquierda Unidad, con la precandidata a presidenta Myriam Bregman, acompañada por Nicolás del Caño, quienes estuvieron desde los inicios junto a los compañeros de Jujuy Natalia Morales y Alejandro Vilca, y los seis convencionales que renunciaron para estar junto a docentes, trabajadores estatales, mineros y estudiantes contra la reforma de la constitución impulsada por el gobierno de la UCR de Morales y el PJ de Rivarola, candidato a senador. En la segunda sección bonaerense, Berni se enfrenta a Hugo Sívori, obrero metalúrgico y representante del Frente de Izquierda Unidad. Siempre del lado opuesto, defendiendo los puestos de trabajo con los obreros de Arrebeef, combatiendo al extractivismo depredador, y junto a las familias y amigos de Ulises y Ezequiel en su lucha por justicia contra la impunidad. |