La semana pasada la policía francesa, más específicamente de la localidad de Nanterre, asesinó a tiros a un joven de 17 años descendiente arabe, que manejaba sin documentos y que intentó sortear un control policial.
Lo cual provocó la furia de los suburbios parisinos, que hasta el viernes reportaba un saldo de al menos 250 policias heridos, 880 detenidos, casi 500 edificios públicos atacados y más de 2.000 vehículos incendiados.
Este caso nos remonta a la situación sufrida por David Toro, la primera víctima de la ley de gatillo fácil en Chile, aprobada y promovida tanto por los partidos de gobierno como de oposición en Chile. Caso que todo el régimen ha buscado que pase al olvido, aprovechándose de que no despertó una respuesta de repudio a nivel de masas. Cuestión que si viene pasando en Francia y que ha puesto en aprietos al ya debilitado gobierno de Macron.
El vocero del gobierno frances Olivier Veran, hizo un llamado a "no generalizar" hacia toda la policia lo ocurrido con el asesinato del joven de origen arabe “Nahem”. Sin embargo esto es pura demagogia, ya que hasta la ONu, que como sabemos es un organismo internacional de la burguesía que muchas veces ha justificado o ha hecho vista gorda a masacres provocadas por las potencias mundiales, viene diciendo que hay señales de racismo en la policía Gala.
El portavoz de Macron incluso plantea que hay que dejar en manos de la justicia francesa los casos de violencia y abuso policial. Pero si no hubiese sido por las jornadas de protesta de la juventud de los barrios periféricos de París, el gobierno no le hubiera prestado mayor atención.
Sin embargo esta fuerza no es suficiente para enfrentar la arremetida represiva del estado Francés y lograr que el caso de Nahel no quede en la impunidad. Para poder dar una batalla hasta el final, hay que sacar lecciones que ayuden a fortalecer las experiencias de lucha.
La necesaria unidad de las y los trabajdores y la juventud
El gobierno de Macron venía buscando aleccionar a la juventud que salió a la calle junto a los trabajadores, por eso endureció los controles y la presencia policial en las periferias. En el fondo dió luz verde para el actuar represivo y criminal de las policias, ¿el resultado? el asesinato de un joven de 17 años hijo de trabajadores inmigrantes.
Este es el trasfondo político, que permite hacer el ejercicio inverso que está pidiendo el ministro francés, es decir, generalizar una situación que están buscando particularizar en la responsabilidad individual de un agente. Que no se intente tapar el sol con un dedo, el gobierno de Macron y el Estado Francés son responsables.
Por eso, al igual que en Chile es necesario y fundamental hermanar la lucha contra la represión policial con la lucha contra la precariedad laboral, los bajos sueldos, el desempleo y la odiada reforma de pensiones, que sacó a la calle a millones de trabajadores y trabajadoras en toda Francia. |