La semana pasada, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos (SCOTUS) demostró su verdadera naturaleza como institución antidemocrática que fue construida para ser un contrapeso a la democracia real. Compuesto por nueve jueces elegidos a dedo, con nombramientos vitalicios, el SCOTUS ha adoptado una agenda agresiva contra los derechos democráticos de los trabajadores y los oprimidos, demostrando que es un árbitro ilegítimo de la "justicia". Las sentencias de esta semana son una vívida expresión de ese ataque, y esta es la razón por la cual el Tribunal Supremo debe ser abolido.
Un golpe mortal a una victoria histórica del movimiento por los derechos civiles
En un duro golpe para las comunidades de color, en concreto, para la población negra y latina, el Tribunal Supremo ha anulado los programas de discriminación positiva, o “acción afirmativa” en la educación superior, que eran un conjunto de políticas contra la discriminación y la segregación conseguidas por el movimiento de derechos civiles. Con dos decisiones, una de 6-3 en el caso de la Universidad de Carolina del Norte y otra de 6-2 en el caso de Harvard, el tribunal puso fin a la discriminación positiva en la educación superior. Los programas de discriminación positiva tenían en cuenta específicamente la raza, el sexo, la etnia, la situación socioeconómica, la ubicación geográfica y los antecedentes de los estudiantes que solicitaban ingreso a la universidad, en un esfuerzo por dar a los estudiantes la oportunidad de asistir a facultades y universidades, especialmente a las de prestigio, aunque a menudo no cumplieran los "estándares" normales de admisión establecidos por esas facultades y universidades.
De este modo, los programas de acción afirmativa no son programas destinados simplemente a combatir los efectos del pasado generados por la esclavitud y la segregación racial, sino que también combaten los prejuicios y la desigualdad actuales que siguen reproduciéndose bajo el capitalismo. Estos prejuicios se reflejan incluso en los "estándares" que las universidades utilizan para seleccionar a sus estudiantes, como los promedios y las calificaciones de los exámenes.
Sin la discriminación positiva, los estudiantes negros y marrones tienen menos posibilidades de acceder a las instituciones educativas de élite y a los programas de posgrado. Por ejemplo, en California, cuando se implantó la prohibición de la discriminación positiva, se eliminó el límite de nota media en el sistema de la Universidad de California. Esto supuso una ventaja aún mayor para los estudiantes blancos acomodados frente a los estudiantes negros y marrones, ya que la única forma de obtener una nota media superior a 4,0 era asistir a cursos de preparación en institutos, AP por sus siglas en inglés (Advanced Placement), y muchos estudiantes negros y marrones asisten a escuelas segregadas y con escasos fondos que no ofrecen cursos de AP. Además, hace tiempo que se ha demostrado que los exámenes estandarizados tienen un sesgo en contra de los estudiantes negros y marrones, reflejando en el mejor de los casos la desigualdad entre las escuelas de las comunidades mayoritariamente blancas y de las comunidades mayoritariamente negras y marrones.
Rechazar la discriminación positiva en las admisiones universitarias en realidad legaliza la discriminación. Esto es especialmente cierto ya que deja intactos los programas heredados por los que muchas universidades han dado preferencia a los estudiantes cuyos padres son antiguos alumnos o donantes. Es poco probable que los estudiantes negros y marrones sean alumnos de legado de instituciones de élite cuyo alumnado fue casi totalmente blanco durante la mayor parte de su historia. Por lo tanto, esta sentencia actúa y resucita vestigios del legado de Jim Crow (en referencia a las Leyes Jim Crow que promovían la segregación racial en todas las instalaciones públicas, sistematizando un número de desventajas económicas, educativas y sociales).
Estas decisiones amenazan también las políticas de discriminación positiva de los empleadores y contratistas públicos y privados, lo que supone una nueva amenaza para los logros económicos que las comunidades negras y marrones se han conquistado desde el movimiento por los derechos civiles.
La discriminación positiva siempre fue un logro modesto pero importante, y ha sido objeto de ataques desde su creación. Se ha visto constantemente mermada y debilitada, razón por la cual no ha proporcionado más oportunidades a los estudiantes de color en la enseñanza superior. Para lograr resultados más sustanciales, no sólo necesitamos cuotas que garanticen una representación proporcional, sino también una matrícula abierta y gratuita que garantice el derecho a la universidad para todos.
Un fallo que deja a millones en la ruina financiera
El Tribunal Supremo también falló en contra del modesto programa de alivio de la deuda estudiantil de la administración Biden, que habría cancelado hasta 20.000 dólares de deuda para quienes tuvieran préstamos federales para estudiantes o recibieran una beca Pell, y ganaran menos de 125.000 dólares al año. El presidente del Tribunal Supremo, Roberts, afirmó que "antes de que un secretario de departamento... pueda alterar grandes sectores de la economía estadounidense" debe contar con la aprobación específica del Congreso para hacerlo. Cabe señalar lo explícita -y rápidamente- que actuó el Congreso al rescatar a los bancos en 2008 después de que arruinaran la economía mundial en su codiciosa búsqueda de beneficios. El Tribunal Supremo nunca habría fallado en contra de ese rescate.
La sentencia de 6-3 muestra el compromiso del Tribunal Supremo de proteger los beneficios de los capitalistas que no estaban dispuestos a absorber el coste de cancelar la deuda estudiantil, que en el caso del programa de la administración Biden habría costado 400.000 millones de dólares.
Con la inflación devaluando los salarios de la clase trabajadora, esta sentencia golpeará duramente a la gran franja de trabajadores con estudios universitarios y bajos ingresos. El sitio The Debt Collective ha publicado algunas de sus historias: la gente tendrá que saltarse comidas para pagar su deuda, pospondrán tener hijos y pospondrán la jubilación para pagar deudas masivas.
En realidad, el programa de condonación de deuda de Biden no habría "alterado" la economía lo suficiente. La universidad debería ser gratuita para todos, como las escuelas públicas primarias y secundarias.
Un profundo golpe a los derechos legales de la comunidad LGBTQ+
Con la excusa de proteger el derecho constitucional a la libertad de expresión de las personas y las empresas, el Tribunal Supremo dictaminó que determinadas empresas pueden negarse a prestar servicios en bodas entre personas del mismo sexo. Su fallo de 6-3 permite a las empresas eximirse de las leyes antidiscriminatorias en base a sus creencias religiosas o ideológicas. Incluso los jueces disidentes del Tribunal Supremo calificaron la sentencia de "licencia para discriminar". Como resultado de esta sentencia, los negocios podrían prohibir la entrada o los servicios a las personas queer. Esto no se limita a las personas queer: esto abre la puerta a la discriminación con licencia contra todos y cada uno de los sectores oprimidos de la sociedad.
Lo que resulta profundamente peligroso y reaccionario de esta decisión es el hecho de que se haya producido en paralelo a una gran reacción liderada por el ala de extrema derecha del Partido Republicano contra los derechos LGBTQ+ en general , y contra los derechos de las personas trans en particular. De hecho, el Partido Republicano pretende utilizar su ofensiva contra los derechos de las personas trans como herramienta electoral para movilizar a su base e incluso ganarse a los votantes demócratas más de centro.
La Corte Suprema no puede ser reformada - debe ser abolida
Estas sentencias reaccionarias son la continuidad de otras anteriores que prepararon el escenario para la coyuntura política actual. La plataforma de lanzamiento de esta reacción judicial es la decisión Dobbs, que efectivamente destripó el fallo Roe vs. Wade y el derecho nacional a la autonomía corporal de millones de mujeres, hombres trans y personas con útero. Esa decisión, ampliamente impopular, reveló ante millones de personas lo poco democrático que es la Corte Suprema y el papel que pretende desempeñar a la hora de imponer a la sociedad lo que considera que deben ser los derechos de las y los trabajadores y los oprimidos.
Otro fallo importante de la Corte Suprema que cimentó su ataque reaccionario contra las y los trabajadores fue la decisión de principios de junio que limitaba la protección legal de los trabajadores en huelga si esas acciones no tomaban "precauciones razonables para proteger la propiedad de su empleador de un peligro previsible, agravado e inminente debido al cese repentino del trabajo."
Lejos de ser una institución neutral que pone en jaque a las otras ramas del gobierno, la Corte Suprema es una institución política con su propia agenda reaccionaria - defender los derechos y el dominio de los capitalistas y sus esfuerzos por profundizar su explotación y opresión de los trabajadores y las comunidades de color. Recientemente, el carácter completamente corrupto de este órgano se ha hecho explícito, con miembros de la Corte como Clarence Thomas haciendo viajes altamente costosos con los grupos de presión de la derecha. A su vez, Samuel Alito, otro juez de la Corte Suprema, realizó viajes con un multimillonario (y luego tuvo intervención judicial en su caso). La esposa del juez Alito, arrendó tierras a una empresa de energía, mientras su marido anulaba las protecciones ambientales en ese territorio. (Thomas y Alito son jueces de la Corte Suprema de los Estados Unidos que fueron propuestos por el ex presidente George H. W. Bush).
El papel reaccionario de la Corte Suprema no es nuevo. Si el Tribunal ha concedido derechos, ha sido sólo cuando la lucha de clases le ha obligado a ello. Fue la organización del movimiento por los derechos civiles la que ganó el caso Brown contra Board (la Corte dictaminó que las leyes estatales de los Estados Unidos que establecen la segregación racial en las escuelas públicas son inconstitucionales), y fue el movimiento feminista y su valiente postura contra la prohibición legal del aborto la que ganó el caso Roe contra Wade. La lucha de clases y la necesidad de mantener la legitimidad es lo que ha propiciado las decisiones más progresistas del Tribunal Supremo. Sin embargo, debemos recordar que lo que la Corte da, también lo puede quitar. Por eso no podemos confiar en "reformar" la Corte Suprema votando a demócratas que puedan nombrar a jueces progresistas.
Cómo luchar contra los ataques de la derecha
Lo que se necesita es un movimiento de trabajadores y oprimidos que luchen en sus lugares de trabajo, escuelas y comunidades y que utilicen los métodos de la clase obrera -como huelgas y movilizaciones masivas- para desafiar directamente la legitimidad y el poder de la Corte Suprema de los Estados Unidos y de otras instituciones antidemocráticas del Estado capitalista. Mientras que los demócratas nos dicen que el camino a seguir está en votarles para que ocupen cargos públicos, está claro que esta es una estrategia perdedora. Después de todo, Biden es actualmente Presidente. El derecho al aborto fue anulado mientras los demócratas tenían mayoría en el Congreso y en el Poder Ejecutivo. Sólo nuestra movilización y autoorganización podrá hacer frente a estos ataques.
No sólo la clase obrera y los sectores oprimidos deben plantear la necesidad de la acción afirmativa, o discriminación positiva, sino que necesitamos abrir las admisiones y garantizar la universidad gratuita para todos. Necesitamos la eliminación total de los préstamos estudiantiles, tanto federales como privados. Necesitamos el reconocimiento total de los derechos de las personas LBGTQ+, incluido el derecho a una atención que afirme el género y el acceso a todos los servicios que las parejas heterosexuales pueden obtener. Necesitamos que el derecho al aborto legal, seguro y gratuito sea un derecho federal. También necesitamos que se reconozca y proteja legalmente el derecho de los trabajadores a luchar por mejores condiciones laborales y salariales.
Una de las mejores maneras en que la clase obrera y los sectores oprimidos pueden organizarse y luchar por sus reivindicaciones, sin tener que capitular ante los objetivos y presiones electorales del Partido Demócrata, es crear un partido propio dedicado a promover la lucha de clases. En lugar de tener una estrategia que dirija toda la energía de la clase obrera y los oprimidos a las urnas, un partido de la clase obrera dirigiría toda su energía -incluidas sus campañas electorales- a la lucha de clases, ya que sabe que el poder sólo puede alcanzarse mediante la acción colectiva de la clase obrera y los oprimidos luchando por el control directo de los recursos que genera su trabajo.
Este artículo fue publicado originalmente en Left Voice, parte de la Red Internacional de La Izquierda diario.
Traducción: Gloria Grinberg |