Estas obras inconsultas se están produciendo alrededor del camino Bruno Zabala, que conduce al club Regatas, y forma parte de un plan sistemático de avanzar sobre áreas protegidas. La obra constaría de la ampliación de una calle que se está construyendo. Pasaría de 6 metros a 15 de ancho, destruyendo gran parte del bosque nativo.
Además todos estos proyectos se llevan adelante sin hacer partícipes a los vecinos y vecinas que reclaman ver el proyecto y saber en qué consiste la obra.
“Hace un tiempo un grupo de vecinos pidió la construcción de una bicicenda y de una plaza en el barrio. Y el viernes nos encontramos con máquinas que empezaron a sacar tierra del costado a partir de la entrada 6 y camino regatas. El viernes entubaron una zanja, quedó ahí, y el sábado bien temprano empezaron a desmontar. Avanzaron a una velocidad impresionante.”
Así nos contaba Natalí, una de las vecinas, y nos remarcaba que la construcción fue inconsulta y se enteraron en qué constaba en el mismo momento que avanzaban: “Ahí nos enteramos que querían hacer una calle, dijeron que era doble fila. No encontramos ningún papel que presente cuál es el proyecto de obra, no hay nada consultado. Avanzaron de una, de un día para el otro”.
Vecinas y vecinos le acercaron al intendente una nota con 70 firmas y hablaron con Mario Secco. La nota expresaba una “profunda disconformidad y preocupación con la continuidad del ensanchamiento del camino Bruno Zabala”.
Pero en el transcurso del mediodía arrancaron de nuevo con el desmonte, lo que provocó la movilización. El intendente no solo desoyó a los vecinos, sino que dijo una cosa e hizo otra.
Argentina está dentro de los 10 países que mas desmonta a nivel mundial. En ese marco Ensenada cuenta con una de las peores condiciones en cuanto a calidad ambiental, donde uno de los parámetros son los espacios verdes y protección de reservas.
“Dicen que quieren abrir una calle hasta el río santiago, pero no sabemos nada. No hay un proyecto de obra, no hay consulta con la comunidad, avanzan sobre la naturaleza y sobre el monte, sobre los animales y la flora nativa y no lo vamos a permitir. Es la naturaleza la que tenemos que cuidar. No se puede tocar. Está protegido por una ley provincial”.
El reclamo de los vecinos y una convocatoria a continuar la lucha
Lo que surgió a partir del reclamo es también la manera de conseguir frenar esta destrucción del municipio, y por eso llaman a la comunidad a unirse, y exigen la participación de todos y todas para tomar estas decisiones que se deciden puertas adentro. Hay ejemplos de organización en la zona, como los vecinos que se organizan en Ni un Árbol Menos contra la destrucción del arbolado público, o la tradicional asamblea de vecinos contaminados contra Copetro.
“Tenemos que conseguir la forma de que frenen la obra y de que haya una discusión en la comunidad, que se hable todo de la manera que corresponda. Ahora estamos poniendo el cuerpo y estamos buscando asesoramiento, estamos buscando gente que tenga experiencia en este tipo de movidas, que esté organizada y que nos dé las bases para seguir organizándonos nosotros, pero ahora lo más urgente es que frenen las topadoras y las máquinas, porque el desmonte avanza y en tres días esto lo terminan”
Es necesario unir fuerzas ante este avance de las topadoras contra el bosque nativo, donde se pierde gran biodiversidad, se destruyen hábitats naturales donde viven animales y vegetación nativa.
No es novedad que Mario Secco lleve adelante este tipo de acciones, que van contra la biodiversidad en una de las ciudades más contaminadas del país, lo que hace aún más necesaria la protección de estos espacios. Es la misma política que tiene Juntos por el cambio en La Plata con la destrucción y privatización de espacios verdes. Enmarcado en un plan extractivista a nivel nacional ambos lados de la grieta se ponen de acuerdo para impulsar negocios a costa de la naturaleza.
|