El estero de Chac es un caudal natural que funciona como salida de la Laguna de Bacalar, de vital importancia para la conexión del ecosistema y para la vida de los pescadores de la zona, además de actuar como abastecimiento de agua dulce de la región.
Entre en jueves y viernes de la semana pasada, se dio a conocer evidencias del ecocidio que se estaba perpetrando en el estero de Chac en el estado de Quintana Roo, donde la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), ordenó rellenar el cuerpo de agua con 5 mil toneladas de material pétreo, para hacer pasar la traza del Tren Maya.
Ante el daño al ecosistema, pobladores y organizaciones ambientalistas rechazaron las obras en el estero, a lo que la Sedena explicó que esto se debió a un "error por parte de sus trabajadores", además de que continúan estudiando la zona para saber por donde puede pasar el megaproyecto.
Durante el fin de semana, retiraron los tubos que iban a actuar como desague del paso de agua, sin embargo continúa el daño al ecosistema, según señala la bióloga María Luisa Villareal, quien documentó el ecocidio en la zona, además de denunciar las irregularidades con las que la Sedena continúa imponiendo el megaproyecto.
Ante esto, el Ayuntamiento de Bacalar también emitió un exhorto a las autoridades encargadas del Tren Maya para que realicen estudios y eviten afectar el sistema lagunar de Bacalar. "Aunque el área de construcción pertenece al municipio de Othón P. Blanco, el Ayuntamiento de Bacalar no ha dejado de asumir su responsabilidad en la protección de los ecosistemas y cuerpos de agua del sur de Quintana Roo", admitieron.
Sin embargo, pese a las advertencias de científicos y comunidades, el megaproyecto del Tren Maya avanza en su construcción sin estudios de impacto ambiental, en una de las regiones con más biodiversidad del país, en lo que varios expertos han coincidido en llamarlo un proyecto ecocida.
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