Como salido de un capítulo de Black Mirror, Marcelo Ebrard —que contiende por la candidatura a la presidencia por el Morena— presentó el Plan ANGEL (Avanzadas Normas de Geolocalización y Seguridad) como propuesta para enfrentar la inseguridad en México.
Este implica la implementación de todo un sistema de vigilancia conducido por Inteligencia Artificial que contempla: reconocimiento facial, identificador de donde se disparó un arma de fuego, detector de armas, reconocimiento morfológico de delincuentes por la forma de caminar, rastreadores de vehículos, uso de drones y cámaras inteligentes para la Guardia Nacional.
La presentación de este plan ha comenzado a dividir las opiniones en redes, algunos sectores han comenzado a cuestionar lo que esto implicaría para el futuro del país.
¿El problema es no saber donde y como operan las bandas delincuenciales?
Es bien sabido que las bandas delincuenciales operan en conjunto con cuerpos policiales y de las fuerzas armadas. Se ha denunciado en múltiples ocasiones las relaciones que estos llegan a mantener con los gobiernos, e incluso no ha sido casual que en casos de “máxima importancia” se dé de forma fácil con los responsables.
Es absurdo que, siendo el Estado quien concentra la información de cámaras, con cuerpos policiales y militares desplegados en nuestros barrios y colonias, no se sepa como opera el crimen organizado, en muchos de los casos no se trata de desconocimiento, sino de una verdadera colaboración.
En múltiples casos se ha denunciado que casualmente, las cámaras no operan o se “pierden” las grabaciones cuando se requieren para resolver casos de feminicidio, desaparición, homicidio, etc. Sin embargo, estas siempre están alertas cuando se trata de criminalizar a la juventud, o reprimir a sectores que protestan.
Criminalización, vigilancia y mayor represión
El Plan ANGEL no es una novedad, diversos gobiernos ha nivel internacional han hecho o implementado propuestas similares que intentan desplegar dispositivos que más que ser de seguridad, son de vigilancia y control a la población.
Se ha denunciado que sistemas de este tipo permiten la peligrosa búsqueda automatizada de personas se traducen en discriminación y persecución de poblaciones específicas, e incluso ya hay lugares donde esta prohibida la implementación de estos esquemas.
El reconocimiento facial funciona por el análisis de datos biométricos que, uno de los tantos problemas es que estos se desarrollan a partir de algoritmos que tienen sesgos que impactan en comunidades vulnerables, pues los sesgos de como “luce” un criminal, pone en mayor criminalización a ciertos sectores de la población que han sido perseguidas y discriminadas históricamente. De ahí lo escandaloso que suena la implementación del “reconocimiento morfológico de delincuentes por la forma de caminar”, contemplando que aun hoy, sin ese sistema de vigilancia, hay múltiples detenciones ilegales a jóvenes por “portación de cara”, revisiones ilegales simplemente por la forma de vestir, por el tono de piel o rasgos físicos.
Sumado a ello, el plan deja claro que la Guardia Nacional seguirá operando en tareas de seguridad pública, algo que ya se ha denunciado, que hasta ahora ha dejado múltiples cifras de violaciones a derechos humanos.
Por si esto no fuera ya lo suficientemente grave, pensemos que estos sistemas fácilmente pueden ser implementados específicamente para la represión, contener protestas y la persecución a activistas, luchadores y defensores. Como si no les bastara ya con los programas de espionaje, del cual vimos solo una pequeña punta del icberg con la filtración de documentos de la SEDENA.
Esto nos podría llevar a un escenario en el que “todos quienes pasemos frente a sus dispositivos somos culpables, hasta que demostremos lo contrario”. Se traduce en un mayor control por parte del Estado y sus instituciones en la vida pública.
Hasta ahora, se ha demostrado cualquier medida que pretenda “ampliar la seguridad” con mecanismos de mayor vigilancia, control y castigo, terminan generando lo contrario de lo que se busca. Y aunque Ebrard asegura que no se gastará un peso más, lo cierto es que esto requeriría financiamiento aumentando, aun más, el gasto a seguridad mientras la salud, educación y cultura tambalean por la falta de presupuesto. |