La casa de la familia Sena ubicada en Santa María de Oro 1460 de Resistencia. Es la casa histórica de Saúl Acuña, padre de Marcela que fue un reconocido abogado y militante de derechos humanos de Chaco.
Según análisis de ADN, las manchas en el piso, un colchón y una cama eran de sangre de la esposa de César Sena. La psicóloga de la víctima declaró que su pareja y Marcela Acuña, su suegra, ejercían violencia contra ella. Chaco encabeza la lista de provincias con mayor tasa de femicidios.
Este jueves se conoció la noticia de que la sangre hallada en la casa de la familia de Emerenciano Sena y Marcela Acuña se corresponde con el ADN de Cecilia Strzyzowski, según la pericia realizada en el Instituto de Medicina y Ciencias Forenses (IMCiF) de Chaco. Las muestras hemáticas se extrajeron del piso de la casa, de un colchón y una cama (que luego la familia “donó”).
El estudio genético hecho en el Laboratorio de Biología Molecular del IMCiF concluyó que cuatro muestras levantadas de la casa de los Sena coinciden “en más de un 99,99 %” con el linaje materno de la mujer de 28 años. Se trata de manchas de sangre encontradas en el piso de una de las habitaciones de la casa, en el elástico de madera de la cama y en “recortes de tela” de un colchón.
El informe pericial ya fue incorporado al expediente por el Equipo Fiscal Especial (EFE), integrado por Jorge Cáceres Olivera, Jorge Gómez y Nelia Velázquez, y se realizó mediante el cotejo con una muestra de sangre extraída a Gloria Romero, la madre de Cecilia.
“La probabilidad del vínculo de maternidad de Romero Gloria Carina respecto de la mujer aportante del material genético femenino hallado en porciones de cuatro (4) hisopos con muestra obtenida del piso de la habitación N° 3 con reacción quimolimuniscente al reactivo Blue Starforensic, en porciones de dos (2) hisopos con muestra obtenida de parrilla de madera de la cama y en recortes de la tela de colchón sector 1 y 2, sector 3, es superior al 99,99 %”, indica la pericia según transcripción de la Agencia Télam.
Vale decir que la habitación en la que se hallaron las manchas de sangre está en la casa a la que Cecilia ingresó la mañana del 2 de junio y de la que, al menos hasta donde se sabe, no salió con vida. Y también que tanto la cama como el colchón donde se encontró parte de esas manchas, días después de la desaparición de la mujer los Sena decidieron “donarlos” a una mujer que vive en el Barrio Emerenciano de la ciudad de Resistencia.
Por su parte, este jueves también se informó que la psicóloga que atendió a Strzyowski hasta mayo declaró que hubo “un episodio de violencia de género” contra ella cometido por su pareja César Sena, hoy detenido junto a sus padres y otras cuatro personas por el probable femicidio. Y agregó que en los conflictos surgidos entre la pareja participaba también Marcela Acuña, madre del esposo.
Antes de declarar, Gloria Romero relevó del secreto profesional a la psicóloga de su hija (procedimiento obligado para que la testigo pueda dar detalles de la vida de su paciente). La terapeuta declaró que atendió por primera vez a Cecilia en febrero, que tras cuatro sesiones suspendieron hasta mayo, donde tuvieron tres encuentros más. La última sesión fue el 30, antes de que, según lo relatado por la propia Strzyzowski, iniciara un viaje (a la postre inexistente) a Tierra del Fuego.
La terapeuta dijo que uno de los últimos encuentros la paciente le dijo que había pasado “algo con su suegra” y que tenía “conflicto con su pareja”, donde Acuña “estaba incluida”. Particularmente la testigo habló de un episodio de violencia de género que Strzyzowski aseguró haber sufrido de manos de su esposo. El relato coincide con otro ya volcado al expediente a partir de la declaración de un testigo de identidad reservada, que entregó capturas de pantalla de su secular con mensajes de Cecilia donde ella narra los hechos.
La psicóloga dijo que Cecilia sólo le contó de un hecho, cuando una vez “intentó bajarse de la camioneta, su pareja no la dejaba y, según lo que refirió la paciente, esta pareja la toma del cuello”. En una sesión posterior, Cecilia le dijo que había sacado un turno para ir a “terapia de pareja” con César, ya que desde hacía “dos semanas lo notaba un poco raro, más bien nervioso y con ansiedad”. Cecilia también le dijo que su esposo, que “tenía todo el control de la relación”, había decidido “un viaje a Ushuaia” a partir de “un ofrecimiento” de Marcela Acuña.
Otra novedad en la causa es que Gustavo Obregón, mano derecha de la familia Sena y uno de los cuatro detenidos por “encubrimiento agravado” del femicidio, acaba de pedir su traslado “a un lugar de detención distinto y acorde a mejores condiciones humanas”. Se trata del imputado que al declarar “marcó” el lecho del Río Tragadero (en cercanías de la “chanchería” familiar) en el que se encontraron restos óseos de una persona adulta y un dije con forma de cruz que la madre de Cecilia reconoció como propiedad de su hija. La abogada de Obregón pidió, además, “protección a él y a su entorno familiar” al haber quedado sobreexpuesto con esa declaración.
En un comienzo la causa judicial fue caratulada como desaparición de persona, pero a poco de declarar familiares y testigos y de realizarse las primeras averiguaciones cambió a "presunto femicidio". En ese marco, a un mes y medio de la desaparición de Strzyzowski, todavía el caso no se esclareció, pese a que las pruebas se siguen acumulando y hay tres fiscales dedicados full time al caso. Aún la familia se sigue preguntando ¿qué pasó con Cecilia?
Como se sabe, mientras el gobernador Jorge Capitanich intenta despegarse del estrechísimo vínculo personal, político y económico que tiene con la familia Sena, y mientras la oposición de derecha y sus aliados mediáticos se montan sobre el caso para hacer demagogia con fines electorales, Chaco sigue siendo la provincia con mayor tasa de femicidios sobre el total de la población, con 3,8 femicidios cada 100 habitantes, mientras el promedio nacional es 0,9, según un informe de la organización MuMaLá.
En su columna publicada en este diarioAndrea D’Atri, fundadora de la Agrupación Pan y Rosas y precandidata a legisladora porteña por el PTS en el Frente de Izquierda Unidad, afirma que “la violencia contra las mujeres es una marca estructural de la sociedad capitalista patriarcal en la que vivimos”, pero que el hecho de que “esa violencia termine en un femicidio, es algo que en muchísimos casos podría evitarse. Cada vez que perdemos a una amiga, una vecina, una hija, sale a la luz que la víctima había hecho varias denuncias a la Policía, había recurrido al Poder Judicial para que se tomen medidas o había alertado del peligro que corría su vida. Por eso decimos que enfrentamos la violencia machista con nuestra organización, nuestra lucha y la movilización. Pero el Estado también es responsable de tengamos que contar un femicidio cada 30 horas en Argentina”.
“Por justicia para Cecilia y para todas las mujeres víctimas de la violencia machista volvemos a decir: Ni una menos, vivas nos queremos. Si tocan a una, nos organizamos miles”, sentencia D’Atri.
Para sumar voces y visibilidad al pedido de justicia, Gloria Romero convocó para este domingo a una movilización en la Ciudad de Buenos Aires. Será a las 18:00 horas frente a la Casa del Chaco, en la Avenida Callao 322.