Fotografía: Punky Fernández
El sábado por la tarde en zona este, a orillas del río Arenales, fue hallado el cuerpo de una joven menor de edad, que habría sido violada y estrangulada. Aún no ha sido reconocida. Asimismo, el domingo por la tarde en el barrio Portezuelo Sur una mujer murió apuñalada por quién sería su pareja, un hombre mayor. Dos casos que resuenan en las cabezas de las miles de mujeres que el 3 de Junio salieron a las calles a gritar Ni una Menos.
Tras la movilización del 3J cinco femicidios salieron a luz en la provincia: el de Gabriela Zurita y Yolanda Mamaní, que acaecieron a solo días de la movilización; el de la joven Yesica Estrada de la localidad de Orán y estos dos nuevos casos. Cabe preguntarse cuántos quedarán ocultos, en una provincia donde en promedio se registra un femicidio cada 17 días, y unas veintiséis llamadas por día denunciando la violencia cotidiana.
En Salta, la bronca ante cada nuevo caso se expresa en la calle con pintadas y siluetazos. El 3J fue un punto de inflexión ya que encontró a diez mil personas movilizadas. Con un mensaje muy claro: ¡Ni una Menos! Causa indignación, entonces, que ante cada nuevo caso se cuestione el uso del femicidio como término adecuado para rotular el asesinato sistemático de mujeres sólo por ser mujeres. Estas cinco mujeres fueron asesinadas por su condición de mujer y eso es femicidio, el último eslabón de una gran cadena de violencia hacia las mujeres.
La situación en la que viven millones de mujeres en el país y la provincia es gravísima. A un año del DNU de Urtubey, que fue una respuesta tardía del gobierno provincial, se siguen destinando sólo $11 pesos por cada mujer salteña entre capacitaciones, botones anti-pánicos y hogares de protección. Estas políticas tardías resultan insuficientes, tanto para aquellas mujeres que sobreviven a la violencia machista como para quienes pidieron auxilio y nunca llegó. Los hechos de la realidad desmantelan la hipocresía de las medidas de Urtubey: la igualdad ante la ley no es igualdad ante la vida.
Vuelve a quedar en claro la necesidad de un Plan Integral de emergencia contra la violencia de género, como el que presentó en el Congreso Nacional el candidato a presidente por el FIT, Nicolás del Caño. Desde la agrupación de mujeres Pan y Rosas viajarán al 30º Encuentro Nacional de Mujeres en Mar del Plata con la propuesta de debatir y difundir el Plan Integral. Confiando en la fuerza de las mujeres y su movilización independiente junto a la clase trabajadora, los jóvenes, los estudiantes y el pueblo pobre para conquistar todos los derechos. |