Los datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) mostraron que, entre enero y mayo de este año durante el gobierno de la 4T, se ejerció un gasto de 240,027 millones de pesos en la función salud, lo que representó una caída de 10.8% en comparación con el año anterior.
Enero a mayo representó sólo el 11% de los más de 2.1 billones de pesos que se ejercieron, es decir, que se sigue invirtiendo menos de la mitad del mínimo recomendado por la OMS (Organización Mundial de la Salud).
El gasto público se define como el dinero que el gobierno gasta en la compra de bienes y prestaciones de servicios, pueden ser desde educativo, de salud, protección social y defensa. El derecho a la salud es una de las grandes necesidades para la clase trabajadora y el pueblo pobre, pero representa muy poco del presupuesto que se ejerce, quedando muy por debajo de otros gastos como, por ejemplo, el que se destina para la militarización, la Guardia Nacional y los Mega Proyectos.
A principios del 2023, se observó que el gasto funcional en salud se encuentra en su menor nivel en más de una década. Los datos de Hacienda mostraron que van tres años consecutivos en donde el gasto en salud se reduce, por lo que de enero a mayo alcanzó su menor nivel desde el 2010 cuando, en el mismo periodo, se gastaron 223,655 millones de pesos.
Médicos y expertos de la salud expresan que aún con la pandemia del Covid-19 no se ha impulsado el gasto en salud, por lo que se sigue invirtiendo menos de la mitad del mínimo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Lo que lamentablemente mermó en la vida y la salud de las familias pobres y trabajadoras.
Deterioro del sector salud
Desafortunadamente esta crisis en salud la padecemos directamente los más pobres, los que no cuentan con afiliación al seguro de salud y de quienes somos afiliados a distintas dependencias, podemos observar y sufrir las deficiencias de los sistemas de salud.
El desmantelamiento de los servicios de salud no es novedad, este lleva décadas atrás presentando deficiencias. Es decir, es una política que comenzó durante el neoliberalismo, en un momento en el que las conquistas de derechos de la clase trabajadora obtenidos tiempos atrás, han sido atacados.
Los problemas son falta de acceso a la salud, escases de medicamentos, falta de personal médico y especialistas, aparatos de estudio, sistemas de control y registro de seguimiento de enfermedades, hospitales, trámites burocráticos entre otros.
Para poder recibir atención médica implica un alto costo para el pobre o trabajadorxs, violentándose así el derecho a la salud. Es importante resaltar que a veces muchas familias no cuentan con los recursos económicos para recibir atención médica, conduciéndose a la necesidad de endeudarse miles de familias pobres para tener acceso a la salud, todo resultando una tortura física y psicológica ante la gravedad de la enfermedad.
Desgraciadamente todo esto abre campo hacia la privatización de la salud y a la injerencia de las empresas privadas que salen favorecidas y toman ventaja de esta situación.
La salud publica para la clase trabajadora
El Estado debe garantizar este derecho, es por ello que la clase trabajadora y los más pobres debemos exigir más presupuesto para la salud, educación y de otras necesidades básicas para la población.
Para que se destine más presupuesto a la salud y esta mejore, se requiere dejar de pagar la deuda externa, dejar de invertir en la militarización del país para que con esos recursos se inviertan en la salud pública ya que es más indispensable para el pueblo pobre y trabajador. A la par, es necesario cobrar impuestos progresivos a los grandes empresarios para cubrir las demandas de salud.
Esta reducción del gasto en salud y la subrogación de servicios a empresas privadas ha traído consecuencias para la población. Estas empresas privadas con tal de reducir costos y aumentar ganancias, realizan trabajos de mala calidad poniendo en riesgo la salud de los pacientes y la clase trabajadora que se atiende en los servicios de salud pública, un ejemplo de esto es la tragedia en Campeche.
Por ello, es necesaria mayor inversión y que sean empresas del Estado y no de privados quienes den los servicios, favoreciendo a las y los trabajadores y que estos también cuenten con plenos derechos laborales.
Para todo esto es importante rodearnos de varios sectores de la clase trabajadora y poner al frente al sector salud para dar esta pelea juntos y conquistar esta demanda tan elemental para la población. |