Los responsables de siempre
Décadas de complicidades entre empresas privadas, estatales y el municipio de Cañuelas, constituyeron un verdadero manantial de contaminación y olores putrefactos que invaden la localidad y sus alrededores.
El arroyo Cebey es la única fuente de agua que recorre nuestra ciudad y desde hace décadas las distintas empresas privadas se fueron ubicando en sus márgenes, proceso que hasta hoy sucede. Esta ubicación no es casual, los desperdicios contaminantes de los distintos procesos de producción son desechados en las aguas del arroyo, sin control del gobierno nacional, provincial y mucho menos de las autoridades del municipio cañuelense.
Desde hace más de una década, el gobierno municipal emplazó la planta de tratamiento de desechos cloacales en la calle circunvalación a orillas del Cebey. El resultado de esta política está al alcance de nuestras narices. Jesica Lavia precandidata a intendente por la ciudad denuncia que “verter el resultado del tratamiento de las aguas servidas en dicho arroyo, no es solo ser cómplices de la contaminación de sus aguas por parte de empresas privadas sino ser parte de este ecocidio. Todo vecino de esta ciudad y toda aquella persona que ha circulado por la ruta 205 en inmediaciones del cementerio local ha percibido el olor nauseabundo que el arroyo emana como consecuencia directa de la desidia de las empresas tanto públicas como privadas. Sin olvidar la colaboración de la planta de desechos cloacales que allí se encuentra y los constantes derrames de materia fecal sin tratamiento alguno que se producen con mucha frecuencia”.
Camila Fernández precandidata a consejera escolar refirió al respecto: "Más de 2.5 millones de personas -el 50 por ciento de la población de la cuenca- a la que se suman distintas industrias, no cuentan con acceso al sistema cloacal. Hace años que el club de golf del partido de Cañuelas reduce a la mitad la concentración de oxígeno al atravesar el complejo. Al estar estancada el agua pierde oxígeno, gana en carga orgánica y, cuando llueve, se vuelca al curso del arroyo. Este tipo de prácticas se vuelve un problema latente con el impulso y la especulación inmobiliaria." Y advirtió: "Los nuevos y viejos country de la zona no tienen ningún control, mucho menos planificación y estudios de impacto ambiental".
A mediados de mayo, ABSA informó daños en un caño colector de ingresos a la planta y que estaba en proceso de evaluación de daños y reparación: “En ese sentido, se ha trabajado en la excavación que permita identificar la magnitud del daño sobre la cañería y se han dispuesto los recursos (bombas de refuerzo y camiones desobstructores) para el mantenimiento de la red, y así prevenir desbordes en la vía pública”.
El informe de ACUMAR que el municipio no quiere escuchar.
“[…] Los efluentes que ocasionan el deterioro en el arroyo se originan a 7 km de distancia, aguas arriba en una zona donde se ubican dos mataderos, una tripería, una sebería y la Planta Depuradora Cloacal de ABSA.[…]
Habiéndose detectado una mancha en el arroyo que por sus características se concluyó que se trataba de un sobrenadante de aceite aparentemente mineral de origen desconocido e inusual en la zona que se consideró urgente retirar.[…]”
Como verdaderos negacionistas del cambio climático el plan preventivo, para el gobierno municipal de Marisa Fassi y el área municipal de medio ambiente, contiene por un lado ignorar los estudios de ACUMAR -que trabajadorxs a pie pueden dar cuenta, sin los estudios de ACUMAR, con solo caminar por el centro de Cañuelas- y por otro, bombas y camiones sin controles ni sanciones para los recurrentes contaminadores seriales. El plan es seguir mirando para el costado cuando empresas privadas derraman sustancias contaminantes.
Esta cadena de complicidades da como resultado la contaminación del arroyo, afectando la flora y la fauna local y las aguas subterráneas a potabilizar; que además llegan a muy pocos hogares a través del servicio de agua corriente. ¿Qué queda para aquellos que no tenemos agua corriente? Napas contaminadas, agua servidas, enfermedades gástricas y de todo tipo.
Algo huele mal en Cañuelas y son sus gobiernos.
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