La crisis de las pensiones es un problema que se arrastra desde hace años, los datos están sobre la mesa y ya es conocido que el giro de las AFP no es entregar pensiones sino defender y engordar el mercado de capitales que sirve para que las grandes empresas y bancos puedan acceder a préstamos baratos para financiar sus inversiones.

Por eso desde el 2016 la demanda de terminar con las AFP fue cobrando fuerza y la Coordinadora Nacional No+AFP logró instalar esta demanda como una consigna de sentido común.

Pero luego de la rebelión del 2019, cuando parecía que caería uno de los pilares del Chile neoliberal, la Convención Constitucional primero y ahora el Consejo Constitucional, debaten el tema para apuntalar y asegurar el modelo de capitalización individual como el único posible.

Mientras el gobierno, que había llegado con el compromiso de acabar con el modelo de las AFP, ahora pareciera ser su paladín moderado. Luego de ingresar su reforma, ni siquiera ha sido capaz de defender el fin de las AFP. Han convocado a un gran acuerdo con los grandes gremios empresariales y la derecha. Ha quedado claro que esta reforma cada vez tiene más de refuerzo de los pilares neoliberales y menos de sistema de seguridad social.

La situación de los jubilados no resiste más tiempo, según datos oficiales, la jubilación autofinanciada (PAFE) de pensionados entre el 2007 y 2021 tiene una mediana de miserables $64.216 pesos, que además segrega por género, teniendo una media de $30.685 pesos para las mujeres y $137.310 pesos para los hombres.

El Pilar solidario tampoco alcanza para resolver el problema como plantea la derecha. Según la superintendencia de pensiones, la PGU + PAFE en el 23% de los casos no alcanza para superar la línea de la pobreza y en el 73% de los casos, pensión pagada está bajo el salario mínimo, de conjunto estos datos muestran el fracaso del modelo de capitalización individual que se suma a la precaria estructura laboral que existe en el país, que se basa en sueldos bajos, poca formalización y mucha rotación.

El gobierno ha respondido con un proyecto que busca otorgar legitimidad al modelo, avanzando a un sistema mixto, donde el pilar principal se base la contribución individual y agregue un segmento colectivo que sea cercano el 6% de cotización con base de pago por parte del empleador. Además, el gobierno plantea la creación de un gestor de fondos estatal para agregar más “competencia” porque Boric, el FA y el PC bajo la suposición que “más competencia” es mejor para los clientes. Sin embargo, actualmente ya renunciaron a la idea de una cuenta nocional y que la cotización adicional vaya a solidaridad. Ahora están negociando que 4% sea para las AFP y 2% para reparto. Pero la derecha ya dijo que no aceptará que ningún punto vaya para solidaridad.

Otro punto clave será el aumento progresivo de la PGU, que hoy se encuentra en los $206.173, hasta los $250.000 pesos, un chiste considerando el costo de la vida actual y que el gasto básico para una familia de tres personas se encuentra cercano a los $700.000 pesos.

De conjunto, la reforma es un maquillaje al sistema actual, integrando algunos elementos de “solidaridad” pero que deberán pasar por el guante de la derecha por lo que difícilmente quedarán como los planteó el gobierno, es decir, terminará siendo las migajas de las migajas.

Hay que volver a las calles

La convocatoria a movilización para este domingo 23 vuelve a poner sobre la mesa el debate de cómo enfrentar las AFP. La convocatoria de la Coordinadora NO+AFP es un paso fundamental y todas las organizaciones sindicales, sociales, estudiantiles y políticas deben adherir en impulsarla.

Pero luego de que quedara claro que el gobierno no tomará ninguna de las demandas del movimiento No+AFP (y que ni siquiera la Convención Constitucional tomó como propia), es indispensable hacer un balance crítico de la estrategia que se ha llevado hasta el momento. Hacer convocatorias “ciudadanas” reducidas al activismo, para hacer presión a las autoridades, confiando en que Apruebo Dignidad tomará nuestras demandas, nos lleva a un callejón sin salida.

Es indispensable hacer un posicionamiento claro de independencia a este gobierno, y plantear que la movilización es para hacer frente a la reforma que se cocina con los empresarios y la derecha y para enfrentar el actual proceso constituyente y un Consejo Constitucional que salvará a las ISAPRES y las AFP y las amarrará constitucionalmente. Y decir desde ya que no votaremos la constitución Kast - Boric para seguir luchando contra la constitución del 80, no avalando lo que está escribiendo este Consejo Constitucional que no es otra cosa que validar y darle una nueva sobrevida a la actual constitución.

Por otro lado la CUT y los grandes sindicatos hace tiempo dieron por perdida la batalla y se han limitado a las luchas gremiales, volviéndose agencias del gobierno, limitando las luchas y la movilización a no “moverle el piso” al gobierno o reunir firmas para las IPL del Consejo Constitucional que terminarán siendo testimoniales gracias al enorme peso de la derecha en él.

Pero hay otro camino, la clase trabajadora no puede conformarse con movilizaciones hitos para presionar al gobierno, reunir firmas para Iniciativas que no llegarán a ningún lado o esperar a ver si el gobierno se apiade de ellos y que se proponga avanzar con alguna ley que les beneficie.

Lejos de una campaña “ciudadana” hay que transformar los sindicatos en espacios de deliberación política, única forma de combatir a la derecha es desenmascarar desde los lugares de trabajo y estudio, no basta con la participación de dirigentes en las instancias de debate, es necesario preparar un movimiento en la base de los sindicatos, que se convoque a asamblea para discutir un plan de lucha para conquistar nuestras demandas, que no se limita al problema de las pensiones o las condiciones laborales, sino también hay que denunciar y movilizarse contra la avanzada de la derecha en el Consejo Constitucional que pretende institucionalizar una regresión social con el aval del oficialismo.

El Colegio de Profesores ha convocado a un paro de 48 horas el 2 y 3 de agosto. Es un paso importante. No puede quedar en lo gremial, hay que impulsar un frente sindical y social en defensa de las demandas históricas por educación pública, No+AFP, por salud pública, por el derecho al aborto legal, segur y gratuito, que sea organizado a través de asambleas abiertas en lugares de trabajo, a nivel regional y nacional. Una tarea fundamental es impulsar un plan de movilización para preparar un paro nacional por nuestras demandas históricas y un plan de urgencias sociales para hacer frente a la inflación, los bajos salarios, por un plan de viviendas financiada por el Estado y administrado por organizaciones de pobladores y sindicatos.

Es necesario que la CUT y los grandes sindicatos rompan su colaboración con el gobierno y dejen de ser agencias del ministerio del trabajo, para transformarse en organizaciones de lucha y movilización, pero este camino deberá ser dado contra los propios dirigentes que sostienen este estatus quo y son cómplices de la pasividad. Por eso debemos apostar por recuperar nuestros sindicatos y federaciones estudiantiles, impulsando corrientes clasistas y combativas en todos nuestros lugares de trabajo y estudio.

Además hay que luchar para acabar con las AFP y conquistar un sistema estatal de fondo solidario y administrado por comités de trabajadores y jubilados, que entregue ya una jubilación que no pueda ser inferior a los $650.000 pesos y que se reajuste según el IPC

Hacemos un llamado a sumarse a la convocatoria y debatir en nuestros lugares de trabajo como participar, además consideramos que este debe ser un primer paso para retomar la lucha por las pensiones desde la clase trabajadora y los sectores populares.