En 2022, el gobierno de López Obrador salió a presumir la reforma del artículo 76 de la Ley Federal del Trabajo (LFT), con la que aumentó a 12 los días de vacaciones para los trabajadores, sin embargo, este periodo sigue muy por detrás de los periodos vacacionales de toda América Latina, ya no se diga de otros países de la OCDE.
Mientras en Brasil o Cuba las vacaciones son de 30 días anuales desde hace décadas, la medida en México aun queda a dos días de distancia de los 14 días que gozan en Argentina, a tres días de los 15 días que se gozan en Venezuela y a ocho de los 20 días que gozan en Uruguay.
Pero esto no solo fue lentitud legislativa, sino, una política consiente, debido a la subordinación de México al imperialismo y los requerimientos productivos del ensamblaje y maquila que operan en el país, las cuales para maximizar sus ganancias mantienen de los salarios más bajos en sus respetivas ramas productivas y las jornadas laborales más extenuantes.
Solo 30% de los trabajadores tendrán algunos días de descanso este verano
A pesar de la reforma, la realidad es que la gran mayoría de los trabajadores del país o no pueden o no van a tomar descanso en estos días, lo que ejemplifica que la realidad laboral del país sigue sin mejorar de manera generalizada
Solamente el 3% de los trabajadores va a tomar vacaciones de dos semanas, mientras que cerca del 40% pedirán, pero no tiene asegurados, entre tres y cinco días. Dentro de los centros de trabajo los descansos siguen y seguirán siendo mínimos, porque como ha sucedido siempre, una cosa es la legislación y otra las prácticas patronales de explotación, casi siempre ilegales.
Pues incluso de este 30% de personas que descasarán en este periodo vacacional, la realidad es que el 59% de estas personas no se van a poder desconectar completamente, el 24% por “decisión propia”, el resto porque simplemente en su trabajo no se lo permiten.
Mientras esto sucede, en México las grandes transnacionales no dejan de invertir millones de dólares, como es el caso de Tesla o Amazon, porque saben que sus ganancias seguirán siendo mayores que en otros países.
Para que la realidad laboral cambie, no basta tal o cual decreto, es necesario que las y los trabajadores nos organicemos en nuestros centros de trabajo, para imponer a las patronales días de descanso que correspondan con las enormes ganancias que obtienen de nuestra labor.
Y para ello no solo necesitaremos sindicatos democráticos, sino, que tenemos que tomar partido y crear una organización política propia, independiente de la derecha que atenta contra nuestros derechos y del gobierno que utiliza nuestras necesidades como botín electoral.
Conseguir más descansos para vivir, recrearnos, estar con nuestra familia, es una pelea por un mundo sin opresión ni explotación. |