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30 de julio de 2023 Twitter Faceboock

Andrea D’Atri:“Hay que dar la pelea por imponer una agenda feminista”
Ana Florin | Politóloga UBA - Estudiante de Maestría de Análisis Político Integrante del Comité Editorial del suplemento Armas de la Crítica
Ludmila Pons

Dialogamos con Andrea D’Atri, que encabeza la lista de legisladores porteños de Myriam Bregman y Nicolás del Caño por el Frente de Izquierda y los Trabajadores-Unidad. Es dirigente del PTS y fundadora de la organización feminista socialista Pan y Rosas, que se encuentra presente en doce países. Hoy se propone seguir poniendo en agenda la pelea por nuestros derechos.

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En tu campaña se hizo eje en la idea de “una feminista socialista a la Legislatura”, ¿Por qué te parece qué es importante que se escuche esa voz en la ciudad de Buenos Aires?

En primer lugar, porque esta ciudad se tiñó de violeta y de verde: vio nacer las movilizaciones enormes de mujeres en la lucha por sus derechos. Así como en otro momento los candidatos tuvieron que hablar de la violencia contra las mujeres o tuvieron que pronunciarse sobre el derecho al aborto, ahora borraron nuestras demandas de su agenda. Las conquistas de los derechos de las mujeres no terminaron con la legalizacion del aborto, ni mucho menos se terminó el patriarcado. Mientras la derecha avanza y plantea liquidar lo que hemos conquistado con nuestra lucha, al mismo tiempo un del sector oficialismo plantea que hay que resignarse y que no queda otra que votar al “menos malo”. Por eso, nosotras tenemos que dar una pelea para fortalecer esas voces que siguen planteando la necesidad de luchar por nuestros reclamos, porque si no ahí es cuando la derecha avanza.

Tenemos una agenda por la cual pelear y en ese sentido queremos expresar en mi candidatura este mensaje: seguimos peleando por Ni Una Menos, porque las mujeres somos las que cobramos los salarios más bajos, porque la mayoría de las trabajadoras lo hacemos en situación de precarización laboral.

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¿Qué podrías decir de la situación de las mujeres y la diversidad en Argentina y en la Ciudad de Buenos Aires?

En el país, los índices de femicidios siguen siendo los mismos de los últimos años. Una mujer es asesinada cada 30 horas. En un contexto de ajuste, la política del gobierno frente a esta terrible situación fue recortar el presupuesto en función de lo que determinaba el Fondo Monetario Internacional. Ajustó al Ministerio de Cultura y también al Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, y entonces los programas relacionados con la violencia hacia las mujeres fueron achicados. Y los espacios que no fueron atacados de manera directa, se vieron afectados por la inflación galopante. Imaginense que el dinero que se destinó como presupuesto ayer, hoy ya no vale lo mismo.

Después, un tema muy importante de la realidad es que la precarización laboral en el caso de las mujeres, es aún mayor. Nosotras trabajamos mayoritariamente en el sector de salud, de educación o como empleadas de casas particulares. Tenés al sector de enfermería, por ejemplo, que dieron una enorme lucha para que se las reconozca oficialmente como enfermeras y fueron reprimidas por la policía de Larreta. Que no se les reconozca su trabajo como carrera profesional significa, nada más y nada menos que cobran la mitad de un sueldo que alcanzaría para cubrir la canasta familiar. Hoy por hoy todas las enfermeras tienen pluriempleo. Yo estuve recorriendo los hospitales de la ciudad y todas te dicen que además tienen otro trabajo. Ese es uno de los reclamos centrales. La enfermería es un trabajo estresante. Es el cuidado de otros y de otras, pero con un solo trabajo no cubren ni siquiera la canasta familiar. Una enfermera con diez años de antigüedad en este momento está por debajo del índice de pobreza. Con las docentes pasa lo mismo. En Jujuy, la gran lucha del pueblo contra la reforma constituyente de Morales empezó con el paro de las maestras, porque era el salario más bajo de todo el país: $120.000 con más de 30 años de antigüedad. Para quienes recién empiezan es de $60.000, verdaderamente terrible.

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Por redes se ve que estuviste recorriendo algunos hospitales y centros de salud, ¿Qué otras problemáticas te comentan las trabajadoras y vecinas en esos lugares?

Así es. Estos días estuve en el Hospital Penna y en el CeSAC 35 de la Villa 21-24. Ahí la promotora de salud y las enfermeras nos decían que están viendo casos de tuberculosis en niños y niñas, una enfermedad que debería estar erradicada a esta altura del desarrollo técnico y de la medicina. Ellas nos decían que los problemas son la alimentación, la contaminación ambiental que hay en ese barrio y los altos niveles de desnutrición.

También nos decían que llegaron casos de adultas con tuberculosis que van a trabajar igual y no avisan que tienen esa enfermedad, porque si no se pierden el mango del día, porque por faltar te van a descontar lo mínimo que te permite subsistir. Entonces prefieren no decirlo pero es una enfermedad infecciosa.

Es una realidad terrible. Y no son los únicos problemas que enfrentamos las mujeres en materia de precarización laboral…

Tal cual, la salud es solo una problemática. Por ejemplo si miras a las trabajadoras de casas particulares, el gobierno lanzó dos veces el mismo programa, fracasó la primera vez, lo lanzó de nuevo y sigue fracasando porque es un programa para regularizar a las empleadas de casas particulares que le da ciertos beneficios a los empleadores y ellos no utilizan ese programa. Entonces las trabajadoras de casas particulares, entre el 75 y el 80% sigue trabajando de manera irregular. Es decir, sin derechos, sin vacaciones, sin aguinaldo, etc.

Esos son algunos de los problemas más graves que vemos de la situación de las mujeres. Porque los derechos que conquistamos, el derecho el aborto, el derecho al matrimonio igualitario, la ley de identidad de género, son todas conquistas que hemos logrado con nuestra movilización y con la organización. Pero no alcanzan esas conquistas para transformar radicalmente la situación material y la vida cotidiana de la mayoría de las mujeres. La mayoría tiene que trabajar para sostener a sus hijos. Un estudio reciente que salió el mes pasado de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina) plantea que el 75% de los hogares son monoparentales, es decir, que la jefa de hogar es una mujer sola que no tiene cónyuge, que está a cargo de dos o tres hijos, que tiene un trabajo precario y se endeuda para pagar alimentos, remedios o pagar servicios y expensas. Se vuelve una deuda impagable, porque si yo me tengo que endeudar este mes porque el salario no me alcanza para comprar la comida, lo básico, quiere decir que estoy pidiendo un préstamo. Compro la comida, pero el mes que viene pago el préstamo y tengo menos plata para comprar la comida y me tengo que volver a endeudar. Hay cada vez mayor cantidad de niños, niñas y adolescentes que viven en el país bajo la línea de pobreza.

¿Cuáles son las propuestas qué tenés en esta campaña?

Una de las propuestas que tomamos desde mi candidatura fue la de fortalecer los equipos de orientación escolar con un psicólogo o una psicóloga por escuela. Estamos en la Ciudad de Buenos Aires donde se concentra el 50% de los psicólogas y psicólogos que hay en todo el país. Estamos proponiendo que haya un profesional por escuela, ya que actualmente en la Ciudad los equipos de orientación escolar cuentan sólo con un un profesional cada 900 estudiantes. No puede ser que hoy no existan gabinetes escolares que puedan abordar las problemáticas que hay alrededor de los consumos, autolesiones, depresión en niños, niñas y adolescentes. Muchísimas cuestiones que podrían atenderse desde la escuela o por lo menos, empezar a prevenirse.

Y además, me parece una propuesta que podría resolver el problema de trabajo para miles de psicólogos y psicólogas que no encuentran salida laboral. También planteamos que el gobierno de la Ciudad aplique verdaderamente la Ley de Salud Mental Porteña, que está en el marco de la Ley de Salud Mental Nacional.

¿Qué quiere decir esto? Que verdaderamente se deje de priorizar los hospitales de encierro psiquiátricos y que se fortalezca la construcción y el desarrollo de centros de salud, de salud mental, de base comunitaria. Eso es un proyecto de ley que armamos con maestras, maestros, profesores y también profesionales de la salud. Nos parece que educación y salud pueden trabajar de manera mancomunada y pensar más una problemática que todos mencionan, pero frente a la cual nadie dice nada y mucho menos el gobierno de Larreta.

Después de la pandemia que vivimos, la problemática en salud mental es cada vez más aguda y sobre todo se ve en niños, niñas y adolescentes algo que antes estaba más invisibilizado o no tenía los niveles de agudeza que tiene en este momento.

Por otra parte, lo que proponemos es que se respete la Ley de Educación Sexual Integral y que al mismo tiempo seguir peleando junto con nuestros diputados nacionales en el Congreso por modificar el artículo 5 de dicha ley que permite la injerencia de la Iglesia en los contenidos de la ESI. ¿Por qué? Porque habilita que a niños, niñas y adolescentes que van a escuelas confesionales se les de otro contenido. Eso quiere decir que no tienen el mismo derecho al acceso a la Educación Sexual Integral que, como sabemos, contempla la educación en el fortalecimiento de los afectos, en el cuidado del cuerpo y la salud, en el respeto de la diversidad, en educar en la equidad de género y en el ejercicio de los derechos. En la Ciudad de Buenos Aires es fundamental fortalecer el presupuesto destinado a la Educación Sexual Integral.

También planteamos que todas las docentes y los docentes que quieran tener capacitación en ESI tengan acceso a una formación gratuita, científica, laica, que no les implique ningún gasto y que además no les quite horas de su descanso.

Otra de las cuestiones que planteamos es derogar algunas leyes de años anteriores, donde el Gobierno de la Ciudad le cede propiedades inmuebles a la Iglesia, al Arzobispado, que no están destinadas a un beneficio social, sino que las destina para algún emprendimiento propio.

Proponemos derogar esas leyes, que esos inmuebles que eran patrimonio de la Ciudad de Buenos Aires vuelvan a manos del Estado y que sirvan para convertirlos en centros de acogida para mujeres víctimas de violencia. El año pasado, en la CABA hubo 44.000 consultas que necesitaron algún tipo de intervención por parte de los dispositivos y programas sobre violencia de género, sin embargo, frente a semejante demanda la respuesta fue insuficiente. Esto nos parece que tendría que ser una prioridad.

El problema de la vivienda y los alquileres es un tema que trae mucha preocupación en la Ciudad. ¿Qué proponen sobre el tema? ¿Qué análisis hacés de la política que tiene el resto de los partidos sobre el tema?

Es un tema brutal, sobre todo porque es una ciudad donde hay el doble de casas que de gente que alquila o que necesita alquilar. Por lo tanto, el problema no es la falta de vivienda, sino el acceso a los alquileres que, como sabemos, están por las nubes.

Hay departamentos que están vacíos y se utilizan para la especulación inmobiliaria. Muchos de ellos por empresas de turismo que alquilan por día a precio dólar. Entonces esos departamentos están vacíos muchísimos días del año, pero ganan mucho más alquilandolas pocos días a turistas.

Entonces lo que nosotras planteamos es que se necesitaría crear un impuesto a las propiedades a quienes tengan viviendas que, por fuera de su casa particular, sumen más de 200 metros cuadrados. O sea, no estamos diciendo: "señor, señora, le vamos a cobrar a usted que tiene un departamentito vacío que le va a regalar a su hijo cuando se case o cuando se reciba." Lo que estamos planteando es un impuesto progresivo a partir de los 200 metros cuadrados que exceda la propiedad de tu propio hogar y que ese impuesto sirva para un fondo para ayudar a las personas más vulnerables que no tienen acceso al alquiler. Las mujeres que son jefas de hogar de hogares monoparentales, como te comentaba antes, son el sector más vulnerable socialmente.

Vemos que los barrios populares crecen cada vez más, porque hay familias que alquilaban una vivienda, que después pasaron a alquilar una pieza y hoy ya no pueden alquilarla.

Esa situación hay que atenderla. El gobierno de Larreta que tiene como candidatos a Jorge Macri o Lousteau, y ambos son grandes empresarios, favorecen los intereses de los grandes pulpos inmobiliarios y no van a hacer absolutamente nada por los sectores más afectados. Por su parte, Santoro en campaña propone aumentos semestrales y contratos de dos años. Los legisladores del bloque del cual forma parte Santoro han prestado sus votos a importantes leyes para negocios de todo tipo y color de Larreta. Es lo que hicieron en 2020 cuando se votó una ley que le otorgaba beneficios impositivos a las grandes constructoras de la Ciudad, una herramienta indispensable para los pulpos inmobiliarios que se beneficiaron de ello, con proyectos como Costa Salguero mientras no se construyen viviendas para los sectores populares y las y los trabajadores. Hace tiempo lo viene denunciando Alejandrina Barry y Patricio del Corro quien fue nuestro primer legislador y actual precandidato a diputado nacional por la Ciudad.

Yo vivo en la Comuna cuatro, en el barrio de La Boca,que junto a Barracas, Lugano, Soldati, son los barrios más castigados por la situación laboral, en su momento por la pandemia y siguen siendo afectados por la desocupación y por todos los problemas que significa vivir en esta ciudad de Buenos Aires.

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En Jujuy hace semanas se producen cortes de ruta, movilizaciones y manifestaciones de todo tipo contra la reforma constitucional de Gerardo Morales. Hace poco estuviste con Alejandrina Barry allí. ¿Qué podés contar de esa experiencia?

Lo primero que puedo contar es que las mujeres son grandes protagonistas de la lucha de Jujuy. Eso me parece que es una de las cosas más conmovedoras. Viajé para acompañar a Alejandrina Barry, que iba a levantar las denuncias y los testimonios por la violación de los derechos humanos que hubo durante la represión y de la gente que estuvo detenida. Le dije: “te quiero acompañar para ver a las mujeres protagonistas de esta lucha, las maestras, las mujeres de las comunidades indígenas que son las grandes protagonistas de los cortes de ruta y que resistieron valientemente todas las represiones que hubo hasta ahora”.

Allí estuve con Alejandro Vilca y nuestra compañera Natalia Morales, que fue convencional constituyente y que es candidata a diputada nacional por nuestra lista. La detuvo la policía, arrastrándola 200 metros por la ruta en Purmamarca. Ese día también detuvieron a nuestro compañero periodista, Lucho Aguilar, de la Izquierda Diario y a otros periodistas locales de Jujuy.

Estuvimos conversando con las mujeres que estaban garantizando en ese momento el corte en Purmamarca y creo que lo más importante, desde Jujuy a la Ciudad de Buenos Aires, es necesario recordar que el candidato nacional a presidente Horacio Rodríguez Larreta, actual Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires lleva como candidato a vicepresidente a Gerardo Morales, gobernador de Jujuy y el modelo de represión y recorte de derechos, como el de la protesta.

¿Qué es lo que intentó meter con esta reforma constitucional provincial a la que están resistiendo todavía grandes sectores de la población? Es el modelo que Larreta reivindica y también el cheto de Martín Lousteau, que supuestamente es progresista. Viene declarando reiteradamente en Twitter que su gran modelo para terminar con los piquetes en la Ciudad de Buenos Aires es el modelo de Morales que, según él, se mostró muy efectivo. Muy efectivo hasta ahora no viene siendo porque lo único que hizo fue levantar a todo el pueblo de Jujuy en contra de este modelo. ¿Por qué? Porqué intentó pasar su código de contravenciones. Esto significa que si vos haces una protesta, te cobran una multa enorme, de miles y miles de pesos o te hacen una falta contravencional pero eso no evitó que el pueblo jujeño esté hace casi dos meses en las calles.

También estuve hablando con mamás de víctimas de femicidios, por ejemplo, o mamás de chicas que desaparecieron, que en el norte de la Argentina es una zona enorme de desaparición por tráfico de mujeres para la trata. Seguro se acuerdan del caso emblemático de Marita Verón de Tucumán, el de Maria Cash, que desapareció en Salta. A mí me decían mamas como la de Iara Rueda: “sí nosotras no tenemos derecho a la protesta con esta reforma constitucional, “¿Qué hacemos por nuestras hijas? Lo único que nos garantizó que el Estado provincial se dispusiera a buscarlas fue cuando cortamos la ruta, fue cuando hicimos una marcha, fue cuando protestamos.”

El último 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, en la movilización que llegaba hacia la Plaza Central de Jujuy y que encabezaban familiares de casos de femicidios, el gobernador los esperaba con un operativo policial descomunal, como si estuviera recibiendo a un ejército enemigo. Ese es el modelo que quiere Juntos por el Cambio para la ciudad. Y ni que hablar la ultraderecha de Ramiro Marra, que va con Javier Milei.

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Queremos que nos cuentes cómo empezaste a activar políticamente y que te convocó a hacerlo.

La verdad es que cuando era muy chica, 13 años más o menos, tenía un amigo, Francisco, con el que éramos vecinos del barrio, íbamos juntos al mismo colegio. Era 1980, bajo la dictadura. Lo que empezamos a hacer con él y un grupo de estudiantes del Colegio Nacional de Buenos Aires fue reactivar la revista que existía ya previamente y que se había parado durante los primeros años de la dictadura. Tuvimos 14 compañeros desaparecidos en el colegio antes de que yo ingresara. Entonces, reactivar la revista estudiantil, que se hacía muy artesanalmente, llevó a reconstruir el un centro de estudiantes, fue algo que hicimos primero clandestinamente, hasta que empezó la democracia.

Unos años después empecé a organizarme políticamente con la izquierda. Fue a los 19 años, centralmente una de las cosas que yo recuerdo como más definitoria que dije Sí, tengo que ser una militante de izquierda. Fue en Semana Santa de 1987 cuando un sector de los militares organizaron un levantamiento. Imaginate: la democracia había empezado en el 83, todavía eran los primeros años. Estos militares que se levantaron contra el régimen democrático para negociar o para exigir al gobierno a conceder una ley de amnistía para los delitos que habían cometido durante el terrorismo de Estado.

Ese levantamiento generó muchas movilizaciones durante todos los días de Semana Santa. La gente iba a la Plaza de Mayo a apoyar la democracia. Cuando llegó el último día tuvieron negociaciones entre el gobierno y los militares, negociaciones secretas que nadie conocía. Y sin decir qué estaba pasando el presidente en ese momento, Raúl Alfonsín, sale al balcón de la Casa Rosada y dice: “Felices Pascuas. La casa está en orden” y manda a todo el mundo que se vaya a su casa. Ahí yo me di cuenta de que la única posición clara fue la de la izquierda trotskista, que plantearon un repudio a ese pacto secreto que no se sabía qué se estaba negociando y que terminó siendo… ¿Sabés qué? La Ley de Obediencia Debida. O sea, varios meses después nos enteramos que lo que se había negociado ahí era que un montón de militares iban a ser exonerados de sus delitos aberrantes porque la ley de Obediencia Debida los exculpaba por estar justamente obedeciendo órdenes, cuando eran parte de realizar practicas de tortura, asesinatos y otros crímenes. Entonces yo dije, tengo que estar con la izquierda, que es la única que no fue a la Casa Rosada a firmar el acta de defensa de esta democracia, que en realidad es una democracia para algunos y no es una democracia para las grandes mayorías trabajadoras, para las grandes mayorías explotadas que vivimos en esta sociedad. Ese fue mi bautismo de fuego, digamos claramente definitorio y a partir de ahí no dejé de militar nunca, deben ser 37 años, más o menos.

Retomando lo que charlamos al principio sobre la campaña que hiciste en Capital Federal de una Feminista Socialista a la Legislatura y habiendo escrito varios libros, artículos, dictar conferencias sobre el tema, para vos ¿Qué significa ser feminista socialista?

Ser feminista socialista es una forma de comunicar una idea. Porque en realidad soy socialista, soy socialista revolucionaria. Eso incluye la lucha contra todas las formas de opresión: contra las mujeres, contra las personas migrantes, contra la diversidad sexual, de la sexualidad en general, la opresión contra todas las minorías, la opresión étnica.

Para mí, ser socialista implica todas esas luchas. Alguien que se dice socialista, pero no contempla la lucha contra el patriarcado, la lucha feminista, la lucha contra la opresión de las mujeres, creo que tiene una visión estrecha de lo que es el socialismo. De la misma manera que pienso que alguien que se dice feminista y que lucha contra el patriarcado y contra la opresión de las mujeres, pero no tiene una perspectiva socialista de transformación radical de esta sociedad capitalista, tiene una lucha sin estrategia. Si una no se propone acabar con la explotación de la mayoría de la humanidad por una pequeña minoría de parásitos que son los propietarios de los grandes medios de producción, difícilmente pueda liberar a las mujeres solamente, dentro de este sistema donde la mayoría de las mujeres forman parte de la clase explotada, que es la mayoría de la sociedad.

Para terminar, desde tu experiencia acumulada en estos años de actividad política ¿Qué mensaje le darías al movimiento de mujeres y a la comunidad LGTBIQ+?

Hoy creo que el mensaje central tiene que pasar por no resignarse. Nos están diciendo todo el tiempo que hay que votar o apoyar un mal menor, aunque no nos guste. Que tenemos que tragar ese sapo, que no es lo que queríamos. El mensaje siempre es: “mejor malo conocido que peor por conocer.”

Todas las veces que apuntamos al mal menor o a resignarnos, el mal mayor se fortaleció, como estamos viendo actualmente. Hoy todos los candidatos de los partidos tradicionales, como Patricia Bullrich, Horacio Rodriguez Larreta, Sergio Massa, e incluso otros que son seguidores del Vaticano, apuestan al mismo proyecto de país atado al Fondo Monetario Internacional, basado centralmente en el extractivismo. Hay que apostar a otra cosa.

Estas semanas recibimos apoyo de un montón de feministas con distintas trayectorias, visiones y experiencias, que acompañan la precandidatura de Myriam Bregman, eso nos trajo mucha alegría. Ante el avance de los sectores más reaccionarios que prometen liquidar los derechos que conquistamos con nuestra lucha y, por otro lado, la promoción de la resignación y el desánimo para que nos conformemos con el mal menor, esto es un símbolo de las fuerzas que hay para no bajar los brazos.

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