En este momento se tendría que estar llevando adelante un paro en las grandes acerías del país. Así lo había anunciado la UOM. Sería lo lógico. Las empresas siguen pateando la paritaria después de varias semanas de negociación.
Sin embargo, siguen saliendo tubos a lo loco. Por el mismo salario. Es que la Cámara del Acero, liderada por Paolo Rocca, no quiere ceder al justo reclamo obrero. Recordemos que hace pocos días se firmó un acuerdo con la mayoría de las ramas que implica un aumento de 42,5%, más un bono para el día del metalúrgico. Y aún así los salarios siguen atrasados.
Estamos hablando de 15 mil obreros de las plantas de Techint en Haedo, Ensenada, Canning, Florencio Varela, San Nicolás y Campana; de Acindar en Villa Constitución, Rosario, San Nicolás, Villa Mercedes y La Matanza; entre otras.
El propio Abel Furlán, secretario general de la UOM, se quejó. “Rocca viene haciendo lo que quiere. Dispensó a la gente del trabajo por tener la acería parada en Campana; en San Nicolás les viene pagando miseria a los contratistas al igual que en la planta de Villa Constitución” (Ámbito Financiero). Sorprende que el dirigente del gremio reconozca que los empresarios “hacen lo que quieren”. Reconoce así su propia tibieza para con el “jefe” de las patronales del sector. En las plantas donde mandan Furlán (Siderca) y su adjunto Brunelli (Siderar San Nicolás), efectivamente, el martes 18 de julio no hubo huelga como en el resto de las metalúrgicas de todo el país. Pero la bronca de sus trabajadores, sobretodo luego de ver la fuerza de la masiva movilización en Retiro, impuso que el paro del jueves y viernes se cumpliera.
Pero además es un reconocimiento de la precarización que se vive en el sector. No solo en los talleres pymes de La Matanza, sino en los monstruos del acero que exportan en dólares. Esta semana hubo un accidente grave en Acindar que contamos acá, así como la discriminación que sufren muchos trabajadores.
En los grandes medios se lee este conflicto como una disputa política de los Rocca con la nueva conducción de la UOM. ¿No será que la intransigencia patronal en realidad es un intento de seguir aumentando la explotación y la precarización, hoy desafiada por la bronca que viene de abajo? La Izquierda Diario se juega por esta última opción.
Lo cierto es que cuando la negociación fracasaba y las partes estaban liberadas, llegó la conciliación obligatoria de Kelly Olmos, ministra de Trabajo de Nación. Era lo que pedían los negociadores empresarios. Es que las últimas medidas, aunque desvirtuadas por la patronal, habrían hecho caer un 5% la producción de acero. Ahí quedó claro lo que puede lograr la fuerza obrera si se despliega en vez de contenerla.
Para este miércoles estaba previsto un paro de 72 horas en toda la rama 21. No iban a salir tubos ni nada que fabriquen esos 15 mil siderúrgicos. Quedó en pausa.
La conciliación regirá por 5 días, si la UOM decide acatarlo como todo indica. Si quiere que el gremio le gane la pulseada a Techint, como dice Furlán, tendría que convocar asambleas en todas las plantas. Solo desde ahí van a surgir las ideas y la fuerza para torcerle el brazo a los dueños del acero. |