26 ex presidentes de América Latina, incluyendo los 6 expresidentes vivos de Costa Rica, han firmado un documento llamando la atención respecto del deterioro en la libertad de prensa en el país. El presidente Chaves los trató de anti patriotas.
Prensa canalla es el adjetivo para la prensa que cuestiona elementalmente los informes que Chaves y su equipo deben dar, también de manera elemental, pues están dirigiendo el país. Es público que defendemos la libertad de prensa en Costa Rica en la medida en que nos permite dar a conocer las posiciones de una izquierda de la clase trabajadora y el socialismo de inspiración marxista. Pero el presidente está yendo más allá del derecho a mentir del cual han gozado desde 1948 las empresas privadas de prensa nacional, está efectivamente deteriorando las condiciones democráticas para la elaboración de un discurso crítico riguroso, propiamente político, en el sentido de que impide que las consignas políticas coherentes se apliquen para resolver los problemas que afectan al país, a través de una reducción argumentativa significativa respecto de las tradiciones del país.
Tampoco es como que Rodrigo Arias, del PLN y cabeza del parlamento, Fabricio Alvarado de la derecha religiosa, Eli Feinzag liberal o Ariel Barrantes, del Frente Amplio, le ofrecen a Chaves alguna competencia retórica significativa, por lo cual en la batalla de ideas frente al público costarricense se siguen imponiendo las matonadas de Chaves, que además podría fortalecerse más en la medida en que las elecciones estadounidenses van a posicionar que Trump nuevamente está en condiciones de ser presidente de los Estados Unidos.
Los ataques retóricos y punitivos con que Chaves ha enfrentado las movilizaciones de los sindicatos nacionales en defensa de la seguridad social y contra la jornada de las 12 horas están en este sentido en plena continuidad con las posiciones gritonas e insultantes del expresidente Alvarado. Dan cuenta de la manera en que el capital está explotando más el trabajo en el país, en una tendencia cuya consecuencia no es solo la mayor atomización del trabajo y sus consecuencias cognitivas, emocionales y políticas. Sobre el efecto en la conciencia de la clase trabajadora de este ataque continuo vale la pena notar que existen importantes conatos de conciencia más crítica en las filas de la clase trabajadora del país, tanto en los puntos de organización sindical como entre las filas desorganizadas de trabajadores y trabajadoras de la empresa privada.
Sin duda alguna ningún sindicato del país ha estado a la altura de la situación desde la huelga contra el ajuste del FMI del 2018 y la pandemia, y las propias burocracias sindicales han deteriorado las condiciones democráticas al interior de los sindicatos, que tiene también consecuencias desmoralizadoras que le sirven a Chaves para implementar su política. Pero así como no fue Alvarado, ni lo será tampoco Villalta, no es Chaves quien debe resolver los problemas de la clase trabajadora con su propia burocracia sindical. Los ataques de Chaves y sus seguidores contra Albino Vargas y la ANEP deben ser rechazados a través de la movilización y la huelga.
El presidente Chaves, aparentemente sin prueba distinguible a mano, ha ido a Europa a decir que en Costa Rica el 20% de la población que habita el país es migrante. Lo cual es aparentemente falso. La migración nicaragüense es característica desde el desvío definitivo, la derrota, de la revolución. Según datos de la ONU el país acoge un 8% de su población en migración, lo cual efectivamente lo convierte en el país con más acogida de migrantes por población nacional de América Latina, seguido por Argentina, Chile, etc. países que están por debajo de 5% de acogida. Entonces la posición oficial del gobierno es denunciar en foros internacionales a migrantes que no tienen medios de vida y preparar una radicalización de la xenofobia costarricense contra los migrantes nicaragüenses, para desviar la atención de los problemas sociales reales (como el gran alza en homicidios) y la responsabilidad de los políticos cuyas orientaciones han hecho posible esa realidad.
En el recuento de afrentas, no se puede dejar pasar los ataques que Chaves ha realizado contra las
movilizaciones estudiantiles de secundaria y universitarias. El vaciamiento político de los organismos de trabajadores y estudiantes, que en este momento no cuentan con ninguna corriente independiente a las rectorías, como el SINDEU, SITUN, la FEUCR o la FEUNA, es lo que permite al bukelillo costarricense las provocaciones reaccionarias contra estudiantes que, ante todo, están defendiendo su derecho a estudiar.
La nulidad del gobierno de Chaves en su política al campo, que no ha tenido ningún efecto de mejora en general. La desidia judicial ante el asesinato de líderes indígenas y ante los femicidios. Son elementos que profundizan aún más la ruptura entre representantes y representados. Frente a problemas democráticos de este tipo el gobierno es un gran cero a la izquierda.
Además no podemos olvidar las provocaciones contra las mujeres, que en la última cosa nueva de la coyuntura ha sido tomada por los fieles sirvientes del dios capital, los señores encubridores perversos, por la jerarquía de la Iglesia Católica, que en ocasión de la nueva celebración religiosa nacional del país, el 2 de agosto, han atacado el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y las responsabiliza del deterioro de la familia nuclear católica, cómo si el deterioro de una institución milenaria -y caduca, que transita sus últimos periodos- fuese responsabilidad de alguien que decide no ser madre. Más bien es al contrario. Es el deterioro de la institución familiar lo que causa (de manera justa) que las jóvenes no quieran consagrar su vida al matrimonio, o sea al dominio patriarcal.
Ciertamente son malas noticias para una institución, también milenaria y caduca, que ha convertido el matrimonio en una consagración con Dios. 500 años, desde la revolución copernicana, que la Iglesia Católica sistemáticamente se coloca contra el avance cultural más general. Si a esto se le suma el abuso sexual de niños en todo el mundo, el asesinato de niños indígenas en Canadá, el abuso de monjas en diversos lugares del mundo, pues no queda otra que reconocer que la Iglesia Católica ha cavado bien su propia tumba. Que se pongan del lado de Chaves, contra las supuestas ideologías que dañan la familia, no hace sino dar cuenta del rol rastrero de la burocracia eclesial costarricense y de su crisis, que por lo demás es parte de la crisis de hegemonía que vive el país.
Deterioro sistemático de las condiciones democráticas es la consecuencia de la política de ajuste del FMI, llevado adelante por Carlos Alvarado (y con Patricia Mora en ese gobierno) y que Rodrigo Chaves ha supervisado y ha ejecutado. Para aplicar esta política de mayor explotación de los músculos y cerebros que trabajan, la burguesía nacional no dudó en hacer un frente único de mentiras contra el trabajo y el salario, mismo frente que ha buscado deteriorar los derechos democráticos de la clase trabajadora y con ello consiguen, por el carácter de clase del Estado, deteriorar los derechos democráticos como un todo, a la par que niegan derechos democráticos elementales a las mujeres de manera burda y contra toda perspectiva de progreso democrático. Este frente incluye a La Nación, a Liberación Nacional, a las Autoridades Universitarias, a las burocracias sindicales y estudiantiles, a las iglesias y a los liberales. Ahora recogen, en forma de crisis política y social, lo que han sembrado. Ustedes son los secuaces de Chaves. |
