Este viernes, las declaraciones de Daniel Andrade y la prisión preventiva de Diego Ancalao, fueron un golpe duro, que muestra una de las crisis más importantes que viene viviendo el gobierno de Apruebo Dignidad, en especial la coalición del Frente Amplio.

La derecha ha venido aprovechando políticamente esta situación, con todo, y es que de fondo se juegan la negociación de la reforma tributaria, donde buscan a cualquier costo mantener intactas las ganancias de los grandes empresarios. Esto lo hacen, tanto para estar en un mejor pie en las próximas elecciones, pero también buscando instalar un sentido común, donde “todos roban”, a propósito de los numerosos casos de corrupción que tiene la derecha al interior de sus filas, siendo la UDI uno de los partidos más corruptos en el país.

¿Cómo llegó a esto el Frente Amplio?

El programa general del Frente Amplio, es un programa que busca reformar el sistema capitalista, el cual se encuentra en una profunda crisis. Para esto mantienen una política de conciliación con los grandes empresarios y partidos tradicionales.

Uno de sus errores parte por confiar en que la derecha aprobara su proyecto de reforma tributaria u otras reformas. Pero no solo esto, sino que para que se puedan aprobar por parte de la derecha, el programa del gobierno viene acotando mucho más, cediendo gran parte de la reforma tributaria a los grandes empresarios, quienes vienen en una fuerte ofensiva contra el gobierno, para evitar pagar mayores impuestos. El problema radica en cómo enfrentamos a estos poderes, y es que lejos de buscar fortalecer la unidad, la organización y la lucha contra los grandes empresarios, el gobierno se limita a los resultados que resulten de sus negociaciones en el parlamento. Esto tiene un doble objetivo, por un lado no quiere romper con el empresariado, pero tampoco quieren que las y los trabajadores, junto a los sectores más golpeados por la crisis, se conviertan en sujetos que peleen por mejores condiciones de vida.

Lo que se hace trizas, es la ficción que buscaba instalar el Frente Amplio, que buscaba mostrar que la administración del estado se debe subordinar a no tocar las ganancias empresariales de quienes tienen el poder en Chile. Para lo único que sirvió esta ficción, es para que la derecha pasará a la ofensiva.

Los casos de dinero en lo que se ve envuelto el Frente Amplio, no solo responden al tipo de política de las ONGs, que fue la principal línea de muchos gobiernos durante los 80-90 con el objetivo de cooptar movimientos sociales integrándose a los márgenes del Estado. Lo que hay de fondo, es que si un programa político solo busca administrar los negocios de los grandes empresarios y su estado, está condenado a situaciones como las que acontecen en el caso fundaciones.

Para el Estado capitalista, la corrupción es parte de lo que lo hace “existir” y los casos en Chile muestran esto con total claridad. Todas las instituciones del Estado se han visto envueltas en casos de corrupción: Las fuerzas represivas, el sistema judicial, el parlamento y sobre todo los millones no declarados en paraísos fiscales por los dueños de Chile, pero también por políticos como Jose Antonio Kast, todos evasores de impuestos con tal de que sus ganancias sigan aumentando.

Estas “nuevas” alternativas políticas, ya mostraron su fracaso en Europa, como Syriza en Grecia y Podemos en España, que solo consiguieron con sus programas, abrirle el paso a la derecha y la ultraderecha, afianzando el poder de los capitalistsa. Tal cual sucede acá en Chile, en Europa estas coaliciones de lo que llamamos el neoreformismo, tiene como una de sus características en ser oxigenadoras de partidos neoliberales en crisis, tanto como lo es el PSOE en España como lo ha sido el PS y el PPD en Chile, luego que Boric otorgará importantes ministerios a estos partidos que han sido parte de los 30 años de profundo neoliberalismo en Chile.

Hay que pelear por otra perspectiva

Hay que pelear por poner en pie una izquierda que no se proponga administrar los negocios de este Estado y las migajas que ofrece. Una izquierda que no se adapte a las mismas prácticas de la derecha, sino que busque pelear para transformarlo todo, apostando a desarrollar la máxima fuerza movilizadora y la organización de las y los trabajadores junto al pueblo. Que no busque jugar su juego, sino acabar con el juego y sus reglas que diariamente golpean nuestras vidas.