Este lunes se vence la conciliación obligatoria en el conflicto metalúrgico. El Ministerio de Trabajo de la Nación será el ámbito donde se reunirán los dirigentes de la UOM y los empresarios de la Cámara del Acero que lidera el Grupo Techint.
Hasta ahora los pulpos siderúrgicos se vienen negando al pedido de la UOM, empujado por la bronca salarial de los metalúrgicos. Recordemos que luego de paros y marchas se logró un acuerdo con la mayoría de las cámaras patronales. Un aumento que no resuelve el atraso salarial que arrastra el sector pero mostró la fuerza de las bases y consiguió más de lo que ofrecían las empresas. Pero Techint viene “pisando” la paritaria de la rama 21, la que nuclea a más de 15 mil trabajadores de las plantas de Siderca, Ternium, Siderar, Acindar, entre otras.
A pesar de las ganancias que tienen las grandes empresas del acero, siguen empeñadas en evitar que los trabajadores y trabajadoras recuperen sus salarios reales, que han perdido frente a la inflación. Pero también quieren seguir quedándose con una parte cada vez más grande de la riqueza generada en las grandes plantas de tubos, laminados e insumos para la construcción. Muchas de las plantas trabajan para las grandes petroleras, constructoras y vienen que recibir el negocio del gasoducto Néstor Kirchner (1800 millones de dólares).
Algunos aseguran que detrás de la intransigencia empresaria también hay una pulseada entre Paolo Rocca (Techint) y la “nueva” conducción de la UOM. Pero lo cierto es que Abel Furlán (Siderca Campana) y Naldo Brunelli (Siderar San Nicolás) conocen al empresario hace mucho tiempo. No se pueden negar sus diferencias en este momento, pero parece que la preocupación empresaria apunta más a la rebeldía de las bases metalúrgicas que vienen de un paro histórico y una movilización a la sede de la empresa en Retiro.
En estos días de conciliación la conducción de la UOM no convocó a asambleas u otras medidas. Sin dudas, hubiera ayudado a “convencer” a las patronales de que si no ceden en su intransigencia van a sufrir las consecuencias. Pero además a discutir todos los reclamos de la rama, como los ataques que viene realizando Acindar, la flexibilización que avanza en Siderar o los contratos precarios en SIAT y el resto de las plantas donde la tercerización también es un sello de la “T”.
En las próximas horas se sabrá el resultado de la negociación. El Ministerio no puede seguir dictando conciliaciones obligatorias que favorecen a las empresas y la UOM tendrá que poner toda la fuerza del paro y las medidas que hagan falta si quiere defender el bolsillo obrero.
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