Uno de los pilares del programa de Boric ha sido la reforma al sistema de pensiones del país. Luego del amplio cuestionamiento que sufriera el modelo de las AFP, el gobierno ingresó su propuesta que modifica parcialmente el sistema pero sin terminar con varios de los pilares fundamentales que hacen al modelo de pensiones del país uno de los más eficientes en producir grandes movimientos de dinero para el mercado de capitales, pero bajísimas pensiones para quienes reciben sus jubilaciones a través del sistema.
El debate en la mesa técnica que cerró hace solo semanas, se ha centrado en el porcentaje de cotización extra que se sumará luego de la reforma y si este irá a reforzar la capitalización individual o una parte será destinada a un fondo común solidario.
En este contexto es que las AFP hicieron su aparición los días lunes y martes en la comisión de trabajo y seguridad social de la cámara de diputadas y diputados.
Durante su exposición y luego respuesta por escrito, los representantes de las administradoras de fondos, señalaron que ellas no son responsables de las bajas pensiones, sino que seria un efecto de la falta de información y educación sobre la importancia del “ahorro y el efecto de las lagunas en su pensión”, lo que termina siendo una desfachatez el traspasar la responsabilidad a los trabajadores de las bajas pensiones, como si fuésemos la clase trabajadora la que pueda elegir nuestros salarios para desde esa base calcular una base de ahorro.
Además señalaron, autocríticamente, que debieron ser más enfáticos “en proponer cambios a las autoridades y reguladores del sistema tanto para el mercado del trabajo como en pensiones”, o sea cotización y aumento de la edad de jubilación, claramente.
A pesar de que el gobierno ha cedido en gran medida a su intención inicial de reforma, las AFP se encuentran a la ofensiva, saben que cuentan con el respaldo de la derecha e incluso de sectores del oficialismo, que por años han defendido los intereses de un modelo cuyo objetivo no es entregar pensiones, sino administrar enormes bolsones de dinero para inyectar al mercado de capitales, que incluso Boric habló de lo importante que eran para el país, lo que las lleva a defender con uñas y dientes su actual posición.
El problema estructural del sistema
Tienen razón cuando dicen las AFP que las bajas pensiones no se explican por la sola administración del modelo, ya que una de las la razón estructurales del problema son las bajas remuneraciones que se pagan en el país y el modelo de capitalización individual.
Si se tiene en consideración que el sueldo mínimo está muy por debajo de la canasta familiar básica para una familia promedio en el país, estamos hablando de que son salarios de subsistencia, que apenas sirven para cubrir, precariamente, cosas tan básicas como la alimentación, el transporte y el pago de un arriendo y eso considerando dos ingresos por hogar.
Pretender subir la cotización o aumentar la edad de jubilación para engordar el ahorro, es cargar sobre los hombros de la clase trabajadora una responsabilidad que debería ser asumida por el conjunto de la sociedad.
El segundo problema y ligado a lo anterior es el modelo de capitalización individual, que fomenta el “sálvese quien pueda” y que en última responsabiliza al propio trabajador de no haber “ahorrado bien”, este punto es un pilar ideológico fundamental del modelo neoliberal que quebró el principio de solidaridad y fomenta los rasgos individualistas de una sociedad ligada al consumo y el desarraigo de los principios colectivos y cuidado de quienes ya no pueden trabajar.
Pero a diferencia de lo que pretenden las AFP señalando que deben existir correcciones al modelo integrando más cotización y más años de trabajo para postergar la jubilación, la clase trabajadora y los sectores populares, debemos luchar por acabar con este sistema de pensiones que solo beneficia a un puñado de empresas que utilizan los fondos previsionales como caja chica y acceso a prestamos baratos a cambio de miserables rentabilidades.
Por eso la reforma que proponer el gobierno va en sentido contrario a este objetivo, que apuntala la cotización individual pero agrega pequeños elementos de solidaridad que no llegan a alterar el sistema.
Para luchar por pensiones y una vejez digna, hay que terminar con las AFP y el modelo de capitalización individual y transitar a un sistema de estatal, de reparto y solidario, administrado por comités de trabajadores y jubilados, que garantice un piso de jubilación igual a la canasta familiar y que sea reajustable según la inflación. |