“La semana pasada, con $1.000 compraba medio paquete de yerba y uno de azúcar. Esta semana con esos mismos $1.000 comprás solo una de las dos cosas. Y así con casi todo. O sea, con la misma plata, compré la mitad de lo que compraba antes”. La que habla es Ana que vive sola con dos sus hijos. “Hasta el mes pasado, con mi sueldo llegaba hasta mitad de mes y me ayudaba mi familia. Ahora ni a eso voy a poder llegar”.
La devaluación del lunes pasado aplicada por Massa, pactada con el FMI, impactó al instante en el precio de los alimentos. En apenas 3 días, el incremento llega en algunos casos al 40%, dependiendo de los productos, marcas y zonas del país, Entre lo que más aumentó tenemos: pollo (hasta 40%), aceites (20%), arroz (25%), yerbas, bebidas y carnes (15%).
“El viernes compré una oferta de 2 kilos de carne picada por $3.200, hoy esa oferta está en $5.200”, dice Leonor que así como entró a la carnicería, salió. “No compré nada”. Luis, tiene una pequeña carnicería de barrio y cuenta que los aumentos más fuertes se dan en los cortes más económicos y en el pollo. “Las alitas de pollo hasta ayer salían $ 600 los 3 kilos, hoy salen $1.000 y en 4 horas se me terminaron todas. La gente busca lo más barato porque es casi lo único que puede comprar”.
Si pasamos por la verdulería, las cosas no están mejor. “El kilo de pimiento está a $ 1.500 y la palta a $ 2.500. El kilo de banana pasó de $400 a $900 de la semana pasada a hoy. Ya recibí dos aumentos en esta semana y la semana que viene nos avisaron que van a aumentar otra vez”, dice Rosa, empleada de una verdulería.
“Hay cosas que directamente no las encontrás o cuesta mucho encontrarlas. Por ejemplo, el arroz. Tenés que recorrer mucho para encontrarlo y cuando lo encontrás, sale $1.000 o más”, se queja Patricia.
"Todo se mueve, menos nuestros sueldos"
“Todo se mueve para arriba, menos nuestros sueldos”. El salto devaluatorio del 22% del lunes por la mañana acelera la pulverización de los salarios, haberes jubilatorios e ingresos por planes sociales y asignaciones. Según varias consultoras, la inflación del mes de agosto podría llegar al 14 %. Sería la primera vez en 21 años que la suba de precios pase los dos dígitos en un mes. Este nuevo ataque, implementado por el ministro y candidato de Unión por la Patria es apoyado por todas las alas del oficialismo. Y también por todas las alas de Juntos por el Cambio y Milei, que luego de resutar el candidato más votado declaró que "el no tendrá problemas con el Fondo porque piensa aplicar un ajuste más duro".
El gobierno de Massa, Alberto y Cristina termina su ciclo manteniendo y profundizando todas las políticas de ajuste y deterioro de los ingresos del macrismo y haciendo todo lo que le pide el FMI. Así, le hace un favor a Milei y a Bullrich de cara a octubre, por un lado, desmintiendo que haya ningún contenido progresista en un gobierno al servicio del Fondo Monetario, y por otro lado, haciendo el trabajo sucio del ajuste ahora como reclaman los opositores que aspiran a asumir después de octubre.
Nuestros bolsillos no aguantan más, sin embargo las centrales sindicales eligen también avalar el ajuste en curso y apoyar a Massa, así como Grabois que ya transmitió, sin hacer ninguna referencia a la devaluación, que su "obligación" es apoyar a Massa.
Como siempre denunciamos desde este medio, en estos momentos de crisis queda a la luz que no todos pierden. Mientras las mayorías trabajadoras y populares tienen que afrontar aumentos tras aumento en todo (comida, alquiler, servicios, transporte), los grandes empresarios remarcan sin parar y hasta se dan el lujo de no entregar productos para poder venderlos más caros. Especulan con el hambre del pueblo.
El Frente de Izquierda Unidad es la única alternativa política nacional que se manifiesta en contra de este nuevo saqueo al bolsillo y plantea:
Aumento de emergencia de salarios, jubilaciones e ingresos por planes sociales y que se reabran ya todas las paritarias. Los salarios deben indexarse automáticamente todos los meses según el costo de la canasta alimentaria.
Asambleas y reuniones en los lugares de trabajo, exigiendo un paro general a las centrales sindicales para poder dar una respuesta en las calles a semejante nivel de ataque.
Comités de trabajadores y consumidores que garanticen un control efectivo de los precios en los lugares de producción y comercialización. Reducción de la jornada laboral para generar trabajo para todos sin reducción salarial, con plenos derechos, sin flexibilización y con salario como mínimo igual a la canasta familiar. Plata para salario, trabajo, vivienda, salud y educación pública, no para la deuda externa y el FMI.
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