La tormenta que azota la región afecta a decenas de familias en la ciudad. Con alerta amarilla, granizo, fuertes ráfagas y 130 milímetros de agua caídos desde anoche, la ciudad amaneció con calles anegadas, familias inundadas y cortes de luz. Rápidamente grupos de WhatsApp de vecinos, clubes barriales, casas culturales, y escuelas se pusieron a disposición de organizar la solidaridad abriendo espacios para evacuados y juntar donaciones. |
El servicio meteorológico anuncia que, pese a que la tormenta amainó, las lluvias continuarán leves pero persistentes hasta entrada la tarde. El desborde del arroyo Maldonado en la zona de El Carmen preocupa a las y los vecinos, y las palabras del Titular de Defensa Civil Roberto Scafati que sostuvo que «toda el agua de La Plata llegará a Berisso» empeora la situación. Esto sucede en medio de disputas electorales, mientras todas las fuerzas mayoritarias destinan fortunas en sus campañas, mientras poco hacen desde Juntos por el Cambio y Unión por la Patria (ex FPV) por mejorar la vida en los barrios, y “La Libertad Avanza” promete echar a suerte la vida de millones en manos del mercado, en este caso, las corporaciones constructoras e inmobiliarias.
Federico Surila, candidato por el Frente de Izquierda especificó: "El temporal desnuda la precariedad de la vida en las barriadas populares de Berisso, la realidad contradice los discursos de campaña de los que nos han gobernado. La lluvia es natural, la precariedad y el desastre no. Ante la desidia del Estado, los laburantes nos organizamos para ser solidarios con nuestra clase. Responsables los de arriba, solidarios los de abajo." Y en relación a las medidas a tomar resaltó la urgencia de "un plan de obras públicas y viviendas populares. Dieciocho asentamientos precarios esperan hace años soluciones que no llegan, hay que invertir las prioridades y dar respuestas concretas a las necesidades de la gran mayoría trabajadora."
La Plata, Berisso y Ensenada vuelven a sufrir la tormenta, a diez años exactos de aquel 2013, a 10 años de un crimen social que continúa en la impunidad. Diez años son al menos dos intendencias y gobernaciones provinciales que fueron de distinto signo político, y sin embargo la desidia sigue siendo la misma. Como misma es la angustia de vecinos y vecinas cada vez que llueve fuerte y comienzan a cubrirse las calles de la ciudad, una ciudad que no tiene cloacas pero tiene impuestos, que tiene humedales pero quieren venderlos.
Mientras tanto, diversas escuelas, centros culturales, clubes y grupos de vecinos abren puertas, organizan colectas y ponen sus manos para organizar la solidaridad desde abajo, del otro lado de los partidos patronales, como contrapartida a la desidia de una clase social que poco entiende de necesidades de la vida de las y los laburantes ocupados y desocupados, que poco entiende de memoria y organizar la solidaridad.
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