El negocio inmobiliario ha intentado reiteradamente adentrarse en las islas, las agrupaciones de isleños lo han venido reteniendo. Sin embargo la empresa Macrisa recomenzó la destrucción frenada años atrás. Desde LID reproducimos el comunicado de la red isleña de ornanizaciones socioambientales.
El emprendimiento inmobiliario en el Arroyo Guayracá continúa las obras a pesar de tener causas penales e intimaciones judiciales y no contar con ninguna habilitación.
En 2017 se logró frenar el negocio ilegal que pretendía la empresa DESARROLLOS NÁUTICOS GUAYRACA S.A. Pero ahora lo continúa la empresa MACRISA. Las denuncias persistentes de las organizaciones y vecinos/as de islas movilizaron los medios legales llegando a las clausuras e intimaciones que hicieron que los dueños desistieran.
En 2016 comenzaron la destrucción del centro de isla realizando canales de 10 metros de ancho, 2 de profundidad y terraplenes de 3 metros. Los daños a las 27 hectáreas que antes eran humedal inundable en el centro de isla no sólo no fueron reparados, sino que desde 2019 hasta la fecha continúan profundizándose con una nueva empresa: MACRISA SA., cuyo dueño y ejecutor de las obras es Carlos Mancinelli.
El proyecto se encuentra en la unión de los canales Guayraca 1 y 2 , a 400 metros del río Luján y a 2000 metros del canal Arias, en Tigre. La obra se apoya en un plano de catastro de 1950 donde hay 150 parcelas, “calles públicas” y una reserva fiscal. Aquello trazado como camino está siendo canalizado, infringiendo normativas de hidráulica y leyes ambientales.
Luego de ser paralizadas las obras, el humedal comenzó progresivamente a recuperarse. Volvía la flora y la fauna nativa, cuando otra vez sufrió la embestida de las retroexcavadoras. Modelos anfibios que trabajan 24 hs sin ningún tipo de autorización ni estudio de impacto ambiental.
Ahora se promociona como Barrio Náutico Guayracá. Lo difunden en redes sociales con total impunidad, y publicitan “vení a vivir con la naturaleza” cuando están destruyéndola. Para concretarlo ya han desmontado, excavado el suelo para crear canales y han rellenado los bañados inundables, armando terraplenes de 3 metros de altura. De este modo la función de filtrado y retención de agua que cumple el centro de isla queda estropeada.
“El emprendimiendo no se va inundar pero va provocar que los terrenos lindantes se inunden muy rápidamente. Ya que el agua va ingresar por el fondo de los terrenos donde no hay diques ni contención. Están modificando el régimen hidrológico de toda la zona” Denuncian los habitantes del lugar.
En el Delta rigen dos ordenanzas que prohíben este tipo de emprendimientos: La ordenanza 3343/13 Plan de manejo integral del Delta de Tigre que establece los principios de “transparencia hidráulica” e “inundabilidad”.
Y la Ordenanza 3693/19 que establece: “se prohíbe la realización de urbanizaciones como barrios cerrados, barrios náuticos, clubes de campo, countries, marinas y similares”.
Al día de hoy, 9 de julio de 2023, las máquinas siguen destruyendo el humedal.
Carlos Mancinelli, dueño de Macrisa SA., es el actor responsable material.
El municipio y la provincia de Buenos Aires son responsables de permitir esta destrucción, contando con leyes y procedimientos para frenarla.
RIOS. RED ISLEÑA DE ORGANIZACIONES SOCIOAMBIENTALES.
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