Cómo se anunció la semana pasada, el día de hoy 21 de agosto la Junta de Gobierno publicó en la página web de la Universidad Nacional Autónoma de México los lineamientos con los que se elegirá al nuevo rector de la llamada máxima casa de estudios.
Con un documento que consta de seis puntos se da el banderazo de salida a un proceso de elección con poca legitimidad frente a la comunidad, una vez que el mismo contiene múltiples mecanismos para negar la participación de los tres sectores que conforman la comunidad universitaria: estudiantes, profesores y trabajadores no docentes.
En un burdo intento de simulación, la convocatoria establece que desde el 21 de agosto, hasta el 9 de octubre de manera presencial y hasta el 3 de noviembre por escrito, la Junta de Gobierno "escuchará" la opinión de la comunidad, claro está que solo será la opinión de unos cuantos y que esas opiniones poco importan una vez que la Junta de Gobierno tiene la facultad exclusiva de designar al rector y la supuesta consulta a la comunidad no tiene carácter vinculante, por lo que los miembros de la junta no están obligados a votar acordé a lo que pudiera expresar la comunidad universitaria.
La designación se acelera
Según se lee en la convocatoria, quienes estén interesados en ocupar el lugar que dejá el priísta Enrique Graue tendrán hasta el 4 de septiembre para registarse y será el día 12 de octubre cuando la Junta de Gobierno publicará el listado de aquellos que serán tomados en cuenta para la recta final del proceso.
A partir del 23 de octubre los candidatos serán entrevistados por los doce miembros de la junta y será después de terminar las entrevistas que el cónclave de la burocracia dorada de esta universidad decidirá quién será el nuevo rector o rectora.
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No olvidemos que la renovación de la rectoría universitaria coincide con los tiempos electorales a nivel nacional y podríamos ver una intensa disputa entre el gobierno de la 4T y los grupos de poder enquistados en la universidad, muchos de ellos vinculados a la oposición de derecha.
En ambos casos, el control de la UNAM representa una importante esfera de influencia, control político y presupuestal, sin olvidar que mientras existen disputas por arriba, ni el oficialismo y mucho menos la oposición cuestionan el carácter antidemocrático de la toma de decisiones en la UNAM ni en la elección de la rectoría.
Por otro lado, si bien es cierto que durante este sexenio el movimiento estudiantil ha sido contenido por las expectativas de cambio y las promesas de este gobierno, no podemos ocultar que la precarización de la vida y de las condiciones de estudio y trabajo dentro del sector educativo vienen gestando el descontento entre distintos sectores.
En defensa de la educación pública, democraticemos la universidad
Para transformar radicalmente la vida universitaria y defender su carácter público y gratuito hay que luchar contra su funcionamiento claramente antidemocrático, en dónde un puñado de burócratas con sueldos de diputado deciden, no solo sobre quien será el rector sino también sobre cómo se gasta el presupuesto, son quienes mantienen salarios bajísimos para la gran mayoría de profesores y atacan sistemáticamente los derechos laborales de los trabajadores, minando de esa manera el derecho a la educación de miles de estudiantes.
En las próximas semanas la comunidad universitaria estará frente a un escenario complejo, una vez más se pone sobre la mesa la necesidad de organizarnos y pelear por una universidad al servicio del pueblo pobre y trabajador y no de los intereses del gobierno y las autoridades.
Desde la Agrupación Juvenil Anticapitalista te invitamos a organizarte con nosotros y levantar juntes una gran campaña contra la antidemocracia y la lucha por la democratización de la Universidad.
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