En la nota de Los Andes, el juez declara “El día que se dicta el fallo yo tenía que buscar un documento a una cuadra de Tribunales y 40 forajidos, porque eso eran, me persiguieron para lincharme. Estas mismas personas están manejando el escrache en la universidad para poner en peligro mi salud y mi físico. Por eso la licencia”. Acá, una respuesta a su cinismo.
En primer lugar, plantear que Uliarte se sigue manejando con total impunidad. Primero acusando de “zurditos progres” a los estudiantes y ahora de forajidos, siendo que cientos se movilizaron honestamente y con mucha indignación después de su escandaloso fallo en el caso de Soledad Olivera. El principal defensor de verdaderos forajidos, que son quienes cometen delitos femicidas, homofóbicos y de tortura en la dictadura militar, es él.
Uliarte está con licencia porque le tiene “fobia al ámbito universitario”. Fobia al movimiento estudiantil organizado, que pelea para que docentes que tienen lazos con la dictadura estén fuera de la UNCuyo, que comienza a cuestionar al régimen universitario y a hacerles frente a estos personajes nefastos.
En la nota que publica Los Andes, Uliarte dice “La decana (de Ciencias Políticas) no garantiza mi integridad porque está atrás de esto y me quiere pedir el juicio académico. No hay ninguna prueba. Mi legajo personal es intachable”. Acá hay que detenernos. La decana Claudia García, que era parte la gestión anterior de Graciela Cousinet como Secretaria Académica, la ex decana Cousinet (hoy en la Secretaría de Bienestar), las anteriores gestiones de la facultad radicales y peronistas, como también de la Universidad con Somoza y ahora con Pizzi, hace 30 años que garantizan “su integridad”. Porque hay pruebas suficientes de intervención de mesas, y de desprestigio dentro de las aulas por estudiantes, que ya habían hecho expresos sus reclamos y que las autoridades hicieron oídos sordos. Y también porque nunca cuestionaron su rol como defensor de policías torturadores y dejaron su legajo tachable, intachable. Uliarte es docente titular efectivo desde 1986. Con su público prontuario, hasta el día de hoy lo sostienen. ¿Hasta cuándo? Recién ahora, con la presión del movimiento estudiantil organizado, comienzan un juicio académico. Si no tienen pruebas, es porque no las buscaron y porque las que habían las perdieron (sí, “se perdieron”) y ahora quieren que los estudiantes nos pongamos a buscar denuncias, con una clara intención de desarticular la organización.
Las autoridades universitarias, saben quiénes son. Si no los echan, es porque su voluntad política es mantenerlos en sus lugares tal cual están. Porque es Valerio en Derecho, es López de Trabajo Social (echó a una estudiante por ir a cursar con su hijo, negándole el derecho a la educación pública), y es Cueto que hoy es decano de Filosofía y Letras y que cuando nos movilizamos al Consejo Superior, el miércoles pasado, nos dijo frente al rector y las autoridades en tono amenazante “si se atreven, enfréntenme en un juicio académico”. Saben que si tocan a Uliarte, se destapa la olla y se empieza a ver lo podrido que está el régimen, donde son las camarillas enquistadas quienes permiten que siga habiendo machismo, misoginia y vestigios de la dictadura.
Uliarte en la misma nota sostiene “Hasta el día que dicté la sentencia nunca tuve un cuestionamiento de nada. Después me empezaron a acusar de homofóbico, de acosador”. Claro, eso mismo decimos: el régimen nunca lo cuestionó, sino el movimiento estudiantil cuando se puso de pie. Ese movimiento estudiantil al que él se refiere como “40 inadaptados, que no presenciaron el debate ni conocen los fundamentos del fallo, creen saber más que tres jueces”. Lo que sabemos es que las leyes están hechas para su clase. Que son tres jueces que permiten que nos maten, nos secuestren, nos violen y todo queda impune.
Por su parte, Víctor Ibáñez, coordinador de Asuntos Jurídicos de la UNCuyo, explicó: "El pedido que hicieron (los estudiantes) es que se separe a estos profesores (Uliarte y Valerio) de las cátedras que dictan. Aclaramos que nosotros en esta gestión de Pizzi cumplimos con la constitución, las leyes y ordenanzas. La UNCuyo sólo puede resolver cuestionamientos o denuncias que estén relacionados exclusivamente con el desempeño de cualquier persona en el ámbito universitario. Tenemos muy claro que no podemos violar nuestras propias normas”. Queda clara la voluntad política de no mover un pelo para que se vayan de la universidad. Sobran las palabras. La constitución, las leyes y ordenanzas, Sus normas.
No depositamos un ápice de confianza en las autoridades universitarias ni en la justicia. ¿Hasta cuándo las autoridades lo van a sostener? Queda claro que debemos profundizar la auto-organización en la Comisión de Mujeres, exigiendo al centro de estudiantes y la federación que organicen estudiantes de manera independiente, multiplicando desde cada curso nuestras fuerzas y siendo cientos de estudiantes y docentes en todas las facultades de la UNCuyo que se propongan echarlo.
Pan y Rosas, independencia política de las autoridades y el rol de las agrupaciones del régimen.
Desde Pan y Rosas, planteamos la independencia de las autoridades, porque cada una de ellas responde a algún partido tradicional (PJ, UCR-PRO). En este sentido vemos como sus agrupaciones estudiantiles, que dirigen los centros de estudiantes y la Federación Universitaria de Cuyo, no quieren luchar contra la violencia hacia la mujer, por la educación que queremos, o para barrer los vestigios de la dictadura porque no son independientes de las autoridades, sino que responden a las mismas. Esto lo vemos con la Franja Morada (UCR-PRO)que es una defensora acérrima del decanato y el rectorado, y Mayoría Estudiantil (La Walsh, La Cámpora, AUN) que dirigiendo el Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (CECPyS), no organizan a un solo estudiante. Estas agrupaciones no participaron de la Asamblea Interfacultades donde se votó un plan de lucha para que se vaya Uliarte omitiendo la exigencia de que como conducciones del CECPyS y la FUC se pusieran a la cabeza de poner nuestros espacios de organización estudiantil al servicio de la movilización y la lucha por nuestros derechos.
Cuando las autoridades en el Consejo Directivo discutían la representación del tribunal para el juicio académico, inmediatamente peronistas y radicales se pusieron de acuerdo en que sea un miembro del CECPyS quien represente al claustro estudiantil. Es que a peronistas y radicales, les conviene desarticular toda organización, reunirse todos entre cuatro paredes y seguir manteniendo el status quo de la UNCuyo. Qué diferente sería si la izquierda, con independencia política dirigiera estos espacios de auto-organización estudiantil, apostando a la movilización y sin depositar confianza en las autoridades del régimen.
Es necesario construir un movimiento estudiantil independiente, que sin ataduras, conquiste nuestras reivindicaciones. El conjunto de los estudiantes tiene que debatir qué rol queremos que cumpla la universidad, qué profesionales tiene que formar y al servicio de qué clase.
Ahora tenemos el afán de echar a Uliarte, pero también nos proponemos forjar este movimiento estudiantil que, a partir del cuestionamiento a un profesor haga una crítica mayor al conjunto del régimen universitario. |