La crisis económica y social pegó un salto con la devaluación que hizo Sergio Massa a pedido del FMI, que quiere más ajuste todavía. La medida impactó inmediatamente en precios (sobre todo en alimentos), al punto que llegaron a producirse algunos saqueos la semana pasada.
“No conozco lo que es la carne y mis hijos tampoco por la situación económica que estamos viviendo".
"La incertidumbre de ir al súper y no saber con qué te vas a encontrar".
"No podemos comer en carne en un país que es productor de carne".
"Ya nos olvidamos de comer un asado o salir a comer"
"Carne, golosinas para los chicos, yogurt y frutas ya no puede comprar".
"Comes o compras ropa"
"Estamos siendo muy desfavorecidos los trabajadores".
"Los ajustes siempre los sufre el pobre".
Estas son algunas de las respuestas que encontramos en la calle cuándo salimos con nuestro móvil a reflejar cómo están viviendo la crisis actual las mayorías trabajadoras y populares.
Los testimonios demuestran la gravedad de la crisis que atravesamos y la total insuficiencia de las medidas anunciadas por el Gobierno que además dejan afuera a millones, como los trabajadores informales y desocupados.
Ante esta panorama, la política de Milei y Bullrich es también obedecer los planes del FMI y hasta decir que están a favor de un mayor recorte Y la de las centrales sindicales, dejar pasar el ajuste y apoyar al Gobierno y su ministro como lo acaban de hacer con un comunicado.
Desde la izquierda y sectores combativos vienen exigiendo paro y plan de lucha las centrales sindicales y organizaciones sociales porque son necesarias medidas elementales como:
Aumento de emergencia para salarios, jubilaciones y programas sociales que cubran la canasta familiar y se actualicen con la inflación.
Ingreso de Emergencia para trabajadores informales y monotributistas de categorías más bajas.
Expropiación de las grandes alimenticias que especulan con el hambre del pueblo.
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