El martes por la mañana, la comunidad del barrio La Loma en San Nicolás se vio sacudida por un desalojo violento que dejó a 50 familias sin hogar. En un dramático enfrentamiento, la policía ingresó al predio baldío, mientras los vecinos intentaban frenar el operativo montando barricadas. A pesar de los esfuerzos de la comunidad, los agentes utilizaron armas de fuego para llevar a cabo el desalojo, resultando en varios detenidos y heridos leves.
Este episodio pone de manifiesto una crisis mucho más profunda: el alarmante déficit habitacional que afecta a San Nicolás. Mientras el negocio inmobiliario presiona para la construcción de torres de lujo, como las que se erigen en la costanera nueva, el costo ambiental y social se hace cada vez más evidente. El plan PROCREAR, presentado como una solución, se ha revelado como insuficiente en la práctica. En una década, apenas se entregaron 714 viviendas, con 306 en ejecución y 455 lotes con servicios para construir casas. Esta cifra está muy lejos de satisfacer las necesidades de la comunidad.
En medio de esta crisis, la mayor parte del arco político nicoleño ha optado por el silencio cómplice. Sin embargo, el Frente de Izquierda de San Nicolás ha alzado la voz. Hugo Sívori, candidato a senador provincial, ha destacado la relación entre el déficit habitacional y el negocio inmobiliario, advirtiendo que la situación empeorará debido al ajuste en curso y la perspectiva de un próximo gobierno más a la derecha al servicio del FMI, ya sea con Massa, Milei o Bullrich. También denunció la responsabilidad del gobernador Kicillof y su ministro Berni, quienes han dirigido varios desalojos violentos con la Policía Bonaerense, incluido el notorio caso de Guernica. Sin ir más lejos, la semana pasada fue el turno de más de 200 familias que fueron desalojadas en Ciudad Evita (La Matanza).
Rocío Franco, candidata a concejal, ha enfatizado la vulnerabilidad de las mujeres y los niños en esta crisis, quienes están pagando el precio más alto. Franco también señala la responsabilidad del intendente Passaglia, que prioriza los intereses del negocio inmobiliario por encima de las necesidades de la población. Además, desde el Partido de Trabajadores Socialistas y el Frente de izquierda proponen una solución integral: un plan de construcción de viviendas populares, bajo el control de trabajadores y vecinos, financiado mediante un impuesto a la especulación inmobiliaria. El Frente de Izquierda exige romper con el FMI y desconocer la deuda externa para destinar esos recursos a satisfacer las necesidades del pueblo trabajador. |
