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La Izquierda Diario
10 de septiembre de 2023 Twitter Faceboock

Muay Thai
Sebastián "La Bestia" Calvo: "Yo no subo al ring solo, voy con mi equipo, toda lucha es colectiva"
Tomás Máscolo | @PibeTiger

Campeón argentino de Muay Thai y profesor de la práctica en su gimnasio en pleno barrio de Boedo. Su historia, sus metas y la invitación a entrenar en un espacio inclusivo para todes.

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El muay thai, arte marcial también conocido como boxeo tailandés, es un deporte de contacto y una de las disciplinas más utilizadas en las artes marciales mixtas (MMA). Muay significa "combate" o "lucha" y a quienes lo practican se les conoce como ‘nak muay’ o, si son occidentales, ‘nak muay farang’. Pero eso, ¿cómo se vive Argentina?

La escalera que antecede al gimnasio deja entrever varios títulos, algunas copas y un olor a pelea que introduce al mundo del Muay Thai. En la escena hay bolsas, y un tipo de estatura media que se da vuelta y con una sonrisa te invita a entrenar. “Arriba los vestuarios y para pisar el tatami descalzo, ponete cómodo que arrancamos”, dijo.

Esa sonrisa la lleva un campeón argentino de Muay Thai, Sebastián “la Bestia” Calvo, y explicó que él practica el deporte nacional de Tailandia. Surgió cuando el estado asiático se llamaba Siam y se encontraba en guerra con países vecinos como Birmania o Camboya. Por aquel entonces era requisito fundamental que los soldados pudieran pelear en distancias cortas. Allí fue donde se empezaron a diagramar las técnicas del arte marcial, las mujeres no estaban incluídas en esta disciplina.

El muay thai tiene su origen en otra variante tradicional, el muay boran, que data del año 200 antes de Cristo. Concebido por monjes budistas, incluye figuras, técnicas a mano abierta, luxaciones, lanzamientos y derribos. Otro de sus antecedentes es el krabi krabong, arte con armas, y es muy similar a otras prácticas como el lethwei de Birmania, el prodal de Camboya, el muay lao de Laos y el tomoy de Malasia.

Sin embargo el gimnasio que tiene la Bestia, su hermano y su amigo francés que también dan clases en el lugar es inclusivo. “Cualquiera puede usar el vestuario donde se sienta más cómodo o cómoda, acá nos respetamos, hay chicos trans entrenando, hay mujeres y nos cuidamos entre nosotros, queremos sacar lo mejor de cada uno sin que nadie se sienta mal”, explica el campeón. Continuando con la historia relata que “en los estados más importantes de Tailandia no competían mujeres, recién ahora el año pasado dejaron competir a chicas y una compañera nuestra fue la primera Argentina en subirse a un ring ahí. Hoy se les reconoce de igual a igual, antes no sucedía, de hecho cuando yo arranqué eras mujer y querías pelear y no había muchos rivales”.

Al ring yo subo con mi equipo

Sebastián empezó a los siete años a practicar Tae Kwon Do, su cuerpo refleja la disciplina que le mete y su humildad la de un verdadero maestro que intenta sacar lo mejor de cada alumno. Explica que su gimnasio tiene precios populares porque entiende la realidad del país y porque sobre todo quiere que no sea una limitación a la hora de entrenar. Con orgullo muestra el mural que tiene una calavera gigante, “este mural lo hizo un alumno, bueno en realidad la mayoría de las cosas del gimnasio las donan quienes vienen a entrenar o las compramos con mucho esfuerzo”, explica.

Cuando lo invité a recordar su pasado, se aprieta las manos, sonríe y con los ojos brillosos recuerda que su primera pelea estaba emocionado “pero también aterrado, yo empecé a pelear porque me daba miedo pelear. Una de las cosas que quise superar cuando empecé a pelear era eso, me acuerdo de los nervios de la ansiedad pero una vez que termina es un éxtasis puro”, relató.

El Muay Thai llegó en la década de 1990 al país: “Yo veía cómo luchaban y entonces busqué en internet donde estaba el gimnasio y así arranqué. Perro encomienda buscar un lugar donde se sientan cómodos, cada profesor con su librito. Acá vienen chiques que en otro gimnasio la han pasado mal, pasa mucho con las chicas porque el profe no le daban bola. Acá tenemos un excelente grupo humano, queremos que se sientan cómodos, sin que sientan vergüenza”, contó.

Desde ya que desde los noventa hasta ahora las cosas cambiaron, marea verde incluída. Este gimnasio no solamente está aggiornado a la realidad inclusiva sino económica y tiene un sentimiento colectivo para pensar el entrenamiento como también la superación personal.

"La batalla es con uno mismo siempre, yo puedo correr 10 km y no me canso y otro no puede hacerlo pero tiene otros atributos. No hay que compararse, cada uno tiene su ritmo. Fomentamos mucho el equipo, porque es un deporte individual pero vos tenés un equipo atrás, yo al ring no subo sólo tengo mi esquina, mi preparador físico, mis compañeros, tener ese sentido de pertenencia ellos no te dejan caer", afirma el campeón.

Cuando se preguntó sobre la violencia y los sentidos comunes que están sobre este tipo de deporte, respondió que “una cosa es entrenar y otra cosa es cagarte a trompadas en la calle por una pelea entre autos. Yo empecé a entrenar porque me daba miedo pelear. Pero también sé que el miedo es como el fuego, si puedes controlarlo te puede salvar la vida, si se te va de las manos destruye todo”. Agregó que en su gimnasio hay competidores pero también van alumnes que sufren bullying o que han tenido situaciones donde quieren aprender a defenderse. Un espacio abierto, hay diversidsd los vestuarios se usan de forma mixta".

Su sensibilidad y humildad permite que todos estén cómodos, se puedan ir superando así mismo en medio de un ambiente donde la disciplina y competencia son para dar lo mejor de sí y no en un sentido meritocrático.

“Yo empecé a dar clases porque tuve un accidente en la fábrica donde laburaba y me ofrecieron cubrir un turno. Al principio me ponía nervioso y así fui aprendiendo. Hoy por hoy no haría otra cosa”, recuerda. Pero no todo es color de rosa, “no me gusta cortar peso, pero es parte de la competencia para mí. Cuando uno compite el tema de mantenerse en la categoría es lo más difícil”, contó.

Uno de sus alumnos dijo que el Muay Thai le enseñó a conocerse "hice cosas impensadas, uno tiene que vivirlo, y así entenderlo. Elijo enternar en Calavera porque les alumnes que van te ayudan, te exigen, te acompañan, el esfuerzo que vos haces ahí no es algo individual sino colectivo". Juan practica hace varios años y afirma que sus profesores "saben de mucha técnica y unos maesttros en su arte, Ale, Seba, el Franchu, todos".

Suena la campana en septiembre

Este mes Sebastián vuelve a subirse al ring. “Mi próxima pelea es el 17 de septiembre en la cancha de Atlanta en Humboldt al 500 y me vengo preparando muy bien, entreno doble turno de lunes a sábado. Me siento fuerte y preparado, yo me vengo preparando hace más de tres meses y mis objetivos son más a largo plazo. Si gano paso a segunda ronda, son tres peleas por el título y es por eliminación directa. Este es el primer paso, estoy apuntando más a fondo”, dijo.

Sebastián invitó a entrenar y la primer clase es gratuita. Podes seguir a Calavera Muay Thai en redes sociales.

 
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