Un informe de la Universidad de Zúrich ha documentado 1.002 casos de abusos sexuales, en su mayoría a menores, en la Iglesia católica suiza desde mediados del siglo XX, y las autoras del estudio indicaron que serían sólo "la punta del iceberg", ya que muchos no fueron denunciados o las pruebas fueron destruidas.
El informe, primero sobre abusos en la Iglesia que se lleva a cabo en el país centroeuropeo (donde un tercio de la población es católica y un 20 % protestante), fue presentado este martes en la Universidad de Zúrich.
El estudio de archivos eclesiales, dirigido por las historiadoras Monika Fommann y Marietta Meier, reveló 921 víctimas, de las que al menos tres cuartas partes fueron menores de edad (en un 12 % de los incidentes no se especifica la edad de la persona que sufrió los abusos).
El estudio también contabiliza 510 autores de estos abusos, en su mayoría cometidos en actividades pastorales con los feligreses tales como confesiones, clases de religión o actividades con grupos infantiles y juveniles.
Otro entorno donde se cometieron numerosos abusos fue el de formación y ayuda social, por lo que al menos un 30 % de los abusos se cometieron en domicilios, escuelas, internados católicos y otros establecimientos similares.
Sólo un 2 % de los casos confirmados se produjeron en órdenes religiosas y comunidades similares, indicó el estudio.
Las autoras de la investigación indicaron que muchos otros casos de abusos podrían hallarse si se logra acceso a archivos aún no estudiados en comunidades religiosas, instancias diocesanas y escuelas católicas, entre otras fuentes.
Al menos en dos diócesis suizas se ha podido probar la destrucción de documentos, lo que podría haber eliminado pruebas sobre otros abusos.
La conferencia episcopal de Suiza admitió el pasado fin de semana que había iniciado una investigación sobre presunta ocultación de casos de abusos sexuales, a raíz de una carta dirigida al nuncio apostólico en Suiza, Martin Krebs, en la que se denunciaba la existencia de estos casos y su negligente gestión.
La combinación de destrucción de documentos por parte de las instituciones religiosas como así también el largo período estudiado, que abarca 70 años, permitirá que gran parte de los responsables permanezcan impunes.
Ante la escandalosa multiplicación de denuncias sobre pedofilia y abusos por parte de la Iglesia católica en todo el mundo, la jerarquía eclesiástica ha venido ensayando algunas disculpas y activado investigaciones internas con el objetivo de mantener impune a toda la institución. Miles de abusadores siguen hoy sin ser acusados y son parte de la política de la Iglesia que busca en primer lugar acallar a las víctimas, destruir pruebas y finalmente transferir a los abusadores. Esta es una práctica regular, sistémica e institucionalizada por la que terminan premiando a los abusadores con su reasignación a un nuevo destino para evitar la denuncia y expulsión. |