La Exposición Internacional del Automóvil es una de las exposiciones más famosas de las grandes empresas automovilísticas mundiales, con sede en Múnich, cuyo lema fue "la movilidad del futuro". El diario digital alemán, Klasse Gegen Klasse -integrante de la Red Internacional La Izquierda Diario-, entrevistó a Lou Schmitz, vocero de “No Future for IAA”, la alianza de activistas que realizaron una contra exposición contra las ganancias empresarias, con eje en plantear las necesidades de las mayorías populares.
Activistas sociales y contra el cambio climático se manifestaron contra la exposición Internacional del Automóvil (IAA por sus siglas en alemán), que se hizo del 5 al 10 de septiembre, realizando concentraciones y bloqueos. Esos días la Policía detuvo a 27 activistas que en Múnich, Estado de Baviera, donde las leyes son mucho más represivas que en otros Estados, los detenidos pueden permanecer en esa condición hasta 30 días y, previa orden judicial, incluso 30 días más. Estamos hablando de potencialmente dos meses de prisión para estas personas.
En esta entrevista (realizada antes de que culminara la IAA, cuando estaban programadas las actividades de protesta contra la exposición) Lou Schmitz explica el falso discurso de la industria automovilística mundial, que se plantea como "defensora del clima" a través de los autos eléctricos, mientras continúan asegurando sus ganancias con los automóviles de combustión.
¿Qué es la alianza “No hay futuro para la IAA”?
“No Future for IAA” se fundó con motivo de la última IAA en 2021 y es una alianza local anticapitalista y antiautoritaria de Múnich. Nos centramos en el impacto de la feria en el centro de la ciudad y, por tanto, también en la privatización del espacio público. Como parte de las protestas “No Future” en 2021, se ocupó una casa con el lema “Espacio abierto para todos” con el fin de establecer un contrapunto a los Espacios Abiertos de la IAA y abrir un espacio libre de la presión del lucro y el consumo en Múnich.
¿Qué grupos forman parte de la alianza?
La alianza está formada por activistas de los movimientos autónomos Antifa (activistas anti fascistas) y por la justicia climática porque queríamos crear una conexión y un intercambio entre Antifa y los activistas climáticos.
Ustedes realizaron un "Campamento de Transición de Movilidad". ¿Qué es ese campamento?
El campamento de transición de movilidad tiene cinco carpas de contenido diferente, donde nosotros como “No Future for IAA” también estamos representados en una carpa junto con Antifa. Habrá talleres y conferencias sobre el tema del clima y temas relacionados durante todo el campamento, de martes a sábado. Entre otras cosas, también daremos una conferencia sobre la historia de la okupación (Movimiento de ocupación de viviendas deshabitadas. N. de T.)
El llamado de ustedes dice que quieren recuperar la ciudad. ¿Qué quieren expresar exactamente con eso?
Básicamente, la idea es que la ciudad debería ser moldeada por las personas que viven aquí. No debería tratarse de ganancias, sino de las necesidades de las personas. Las decisiones sobre qué se produce y cómo se produce deben tomarse de manera sensata y democrática desde las bases. Es importante decir que las demandas que tenemos no se hacen específicamente a la IAA. El espectáculo de la IAA es una expresión particular del orden económico capitalista. Mientras los intereses de lucro estén en primer lugar y las cuestiones sociales y ecológicas siempre en segundo lugar, trabajamos para que esto cambie. Especialmente en Múnich, donde hay muy poca libertad.
La IAA debe entenderse como un síntoma del sistema económico capitalista. Por supuesto, no es la causa directa del daño climático, sino más bien una expresión de lo que está mal en el discurso hegemónico sobre el cambio climático. La industria automovilística intenta promocionarse como pionera en la salvación del clima, con una imagen ecológica a través de los coches eléctricos y, al mismo tiempo, asegurar la continuidad de las ventas de coches de combustión. Esta semana la IAA tiene la centralidad para interpretar cómo deberían ser la movilidad, la ciudad y la planificación del tráfico en el futuro. Por lo tanto, la IAA y especialmente los Open Spaces (Espacios Abiertos. N de T) son un buen punto de partida para dejar claras nuestras críticas.
¿Cómo hay que cambiar la producción para no trasladar el cambio climático al transporte particular?
Ésta es una de nuestras principales críticas a la IAA, que se basa en la movilidad eléctrica pero sigue fomentando el transporte privado. En última instancia, se trata de los beneficios de las empresas automovilísticas. Aparte de eso, la movilidad eléctrica no es, por supuesto, neutral desde el punto de vista climático. Debido al enorme crecimiento de la demanda de litio y tierras raras, la población del llamado "sur global" está siendo explotada en condiciones similares a la esclavitud y los recursos hídricos se están agotando por completo. Otro problema es que nuestra ciudad no está diseñada para ofrecer infraestructura respetuosa con el clima. La gente se ve obligada a abandonar la ciudad debido a los elevados alquileres y se traslada al campo, por ejemplo, pero luego tiene que volver a la ciudad en coche, porque el autobús sólo llega a la ciudad dos veces al día. Nuestra crítica no se refiere a los conductores individuales, sino más bien a cómo están estructuradas la ciudad y la infraestructura. Ampliar el transporte público local sería un paso necesario hacia una mayor justicia climática.
Vos hablabas de la explotación del litio: la Unión Europea ha presentado propuestas de privatización del litio en Ucrania y la explotación también se lleva a cabo en Argentina como parte del triángulo del litio (denominación de tres países sudamericanos que poseen grandes reservas de ese mineral: Argentina, Chile y Bolivia). La industria automovilística está intentando pasarse al hidrógeno, por ejemplo, mediante proyectos en Namibia. Esto resulta en un cambio en la explotación de los trabajadores. ¿Cuál crees que es el papel de los trabajadores en este contexto?
Ya sea aquí, con la BMW o en otras empresas automovilísticas: nuestro objetivo es pensar críticamente sobre el sistema y no atribuir puntos o exigencias individuales a individuos. Se trata más bien del hecho de que se necesita una ruptura fundamental con este sistema económico y los llamamientos a los partidos o al Estado no conducirán a una mayor justicia climática. Es importante construir un movimiento solidario conjunto que se ocupe de una transición de movilidad real que sea ecológica y socialmente justificable. Por supuesto, es muy deseable una mayor participación de los trabajadores organizados en los movimientos ecológicos. Esto ya les está sucediendo en cierta medida a los empleados del transporte público local, pero la situación es peor para los empleados de otros sectores. Es un gran desafío.
¿Cómo sería un plan internacional para abolir el capitalismo y qué papel desempeñan los trabajadores en él?
Ésta es la verdadera pregunta central que tanto la izquierda como el movimiento por la justicia climática deben y se están planteando actualmente. En el Campamento de Cambio de Sistema que realizamos, se formaron alianzas y hubo debates estratégicos sobre la mejor manera de establecer contactos. Siempre hay diferentes puntos de vista sobre cuestiones políticas dentro de la izquierda, pero al final todos luchamos juntos por el mismo objetivo: por un futuro mejor más allá del capitalismo. Tenemos que empezar a hablar entre nosotros, para abrir un espacio de discusión que permita tolerar estas diferencias de contenido. Deberíamos unirnos y construir un movimiento que muestre solidaridad unos con otros, incluso si eso significa no estar completamente de acuerdo en algunos temas.
Con Fridays For Future llevamos cinco años viviendo uno de los mayores movimientos climáticos en Alemania. También escribe en su convocatoria que el clima sigue ardiendo e intenta con llamamientos obligar al gobierno a actuar de forma ecológica. ¿Cuál es, según tu opinión, el papel del Estado y del gobierno?
El Estado protege los intereses de las empresas automovilísticas. El Estado sólo funciona en aras del crecimiento constante y la maximización constante de las ganancias. Esta es la interdependencia entre el gobierno (que controla el Estado) y las corporaciones. Y por eso es importante entender que sólo puede haber una transición de movilidad real que sea social y ecológicamente sostenible, si va en contra de los intereses de la industria automotriz. Lo que se necesita es la expropiación de las empresas automovilísticas y decisiones democráticas de base sobre lo que realmente se necesita y se produce. En interés de todas las personas y no en interés de la maximización de beneficios y la presión constante para crecer.
Grupos como la "Última Generación" ya han sufrido una severa represión mediante la prisión preventiva, que en Baviera sólo fue posible gracias a la ley sobre deberes policiales promulgada hace unos años. ¿Qué podemos hacer ante estas represiones?
La represión que está experimentando actualmente la última generación muestra claramente una vez más que el Estado no actúa en interés de la justicia climática real, sino que el Estado protege los intereses de las empresas automotrices, alimentándolas incluso con subsidios. El Estado no tiene ningún interés en cambiar el orden existente de ninguna manera. Por eso es absolutamente necesario derrocar el orden existente y que también debemos mostrar solidaridad con grupos como la Última Generación cuando son criminalizados, incluso si criticamos su contenido, sus acciones y su estrategia. Es importante mostrar solidaridad con todas las personas que salen a las calles por la justicia climática.