El decreto de Lula, que deberá ser refrendado por el parlamento, fue publicado en el Diario Oficial este miércoles. El movimiento consiste en el desgajamiento del Ministerio de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios, a cargo del vicepresidente Geraldo Alckmin, para darle rango ministerial a los intereses un sector del empresariado.
Este enorme movimiento, que implica dirigir una porción importante del presupuesto nacional hacia este sector, está en sintonía con otras políticas que privilegian a los sectores empresariales a expensas de las mayorías populares, como la imposición de un techo a los gastos sociales para liberar fondos para iniciativas proempresarias y la limitación del derecho a las tierras ancestrales de los pueblos originarios para liberar tierras para el agronegocio.
Al frente del flamante Ministerio estará Márcio França (PSB de San Pablo), quien asumió la gobernación de San Pablo en lugar del actual vicepresidente Geraldo Alckmin cuando éste renunció para encarar su candidatura a la presidencia en 2018.
A fines de agosto, el presidente Lula hizo pública su intención de crear el nuevo ministerio. "Estoy proponiendo la creación del Ministerio de la Pequeña y Mediana Empresa, de las cooperativas y de los emprendedores individuales. Para que haya un ministerio específico para cuidar a esta gente que necesita créditos y oportunidades", dijo en el programa Conversaciones con el Presidente, transmitido semanalmente por internet.
Lula fundamentó su política diciendo hay gente que quiere tener un empleo "en blanco" pero hay gente que quiere emprender. Sin embargo, ha dejado en claro que no tiene ninguna intención de revertir la reforma laboral antiderechos impuesta por Michel Temer y profundizada por Jair Bolsonaro.
El hijo de un hacendado esclavista a Deportes
Otra movida en el marco de la reforma ministerial fue el reemplazo de la ex medallista olímpica del Voley, Ana Moser, ahora exministra de Deportes, por André de Carvalho Ribeiro, diputado federal por el centroderechista Partido Progresista que tiene entre sus hitos parlamentarios el haber votado a favor de la destitución de Dilma Rousseff.
Proveniente de la oligarquía de Maranhão, un estado de la región norte del país, "Fufuquiña" es hijo del alcalde del municipio de Alto Alegre do Pindaré, Francisco Dantas Ribeiro Filho (PMDB), conocido como "Fufuca".
En 2006, la hacienda del padre de Fufuca se vio envuelta en un escándalo de trabajo esclavo, cuando 12 trabajadores fueron liberados de la Fazenda Piçarreira. En su declaración de bienes, Fufuquiña declaró ser propietario de tres fincas, 1.500 hectáreas.
Fufuquinha entró en política con el apoyo de su padre en 2010 y se convirtió en diputado provincial por Maranhão. En 2014, fue elegido diputado federal. Su amistad con Eduardo Cunha, el ex diputado encarcelado, contribuyó a su ascenso en la Cámara.
La finca de su padre en Alto Alegre do Pindaré es conocida por albergar reuniones políticas, algunas de las cuales han terminado en enfrentamientos. El vicealcalde de la ciudad, Genival, es del PT, y también posee propiedades en la región. Las alianzas políticas entre el PT, el PMDB y el PP siguen siendo fuertes en Maranhão.
Un ministerio estratégico para la formación de la iglesia evangélica
Otro movimiento ministerial fue en Puertos y Aeropuertos, un lugar estratégico del capitalismo brasileño. Este miércoles sumirá este ministerio clave Silvio Costa Filho, un hombre del partido Republicanos, una formación ligada a la iglesia evangélica, enorme fuerza en contra de los derechos de las mujeres.
El principal líder de Republicanos, Tarcisio Freitas, hoy gobernador de San Pablo, fue un importante ministro del gobierno de Jair Bolsonaro, al frente de la cartera de Transportes, y se ha erigido en el principal continuador del bolsonarismo.
El PT, que se alía con estos nefastos personajes de partidos reaccionarios como el PP y União Brasil, demuestra que está del lado de los esclavistas del agronegocio.
Para enfrentar a esta extrema derecha, hace falta una lucha frontal contra la tercerización irrestricta, la reforma previsional y la reforma laboral, aprobadas por el gobierno golpista de Michel Temer y profundizadas por Jair Bolsonaro, y que el gobierno de Lula-Alckmin ya dijo que no va a derogar.
Sólo una lucha independiente de los gobiernos y patrones, apoyada en la fuerza de la lucha de los trabajadores junto a los negros, los pobres y todos los oprimidos, podrá poner a estos esclavistas en el basurero de la historia. |