La congresista estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez acusó a un juez de la Corte Suprema de ese país de haber fallado en contra de Argentina en la causa de los fondos buitre por negocios personales. Paul Singer, uno de los multimillonarios que se benefició con el fallo, habría financiado viajes de lujo y gastos descomunales del magistrado. Una verdadera estafa que vuelve a demostrar la necesidad de rechazar los pagos de la deuda externa si realmente se pretende defender la soberanía.

"Nadie debería poder comprar la Corte Suprema, pero eso es exactamente lo que está sucediendo". Con esas palabras, la congresista estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez difundió en su cuenta de Twitter un pequeño fragmento de su exposición en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos exponiendo la corrupción y los distintos vínculos que unen a miembros de la Corte Suprema de ese país con empresarios multimillonarios que se ven beneficiados por sus fallos. Pero en particular apuntó contra uno en especial: el juez Samuel Alito, encargado de fallar en contra de Argentina en la causa que favoreció a los fondos buitre en 2014 y condenó al Estado argentino por la suma de 2.400 millones de dólares.

La denuncia de Ocasio-Cortez se basa en una investigación realizada por ProPublica, una organización sin fines de lucro que se dedica al periodismo de investigación y que difundió el caso del juez Alito en el mes de junio con un detallado informe. Allí se puede leer: "A principios de julio de 2008, Samuel Alito se encontraba en la orilla de un río en un rincón remoto de Alaska. El juez de la Corte Suprema estaba de vacaciones en un lujoso albergue de pesca que cobraba más de 1.000 dólares al día, y después de pescar un salmón real casi del tamaño de su pierna, Alito posó para una fotografía. A su izquierda, un hombre estaba radiante: Paul Singer, un multimillonario de fondos de cobertura que ha pedido repetidamente a la Corte Suprema que falle a su favor en disputas comerciales de alto riesgo".

El informe, retomado por Ocasio-Cortez en su discurso, expone la relación entre el Samuel Alito y el magnate. En él se dan algunos detalles, como que para ese “viaje de pesca” el juez voló en un avión privado que habría costado más de 200.000 dólares, algo que no incluyó en sus declaraciones financieras que establece la ley. Y también se aclara que en los años siguientes "el fondo de cobertura de Singer acudió a los tribunales al menos diez veces" y se refiere a la disputa entre Singer y Argentina: "En 2014, el tribunal acordó resolver una cuestión clave en una batalla de una década entre el fondo de cobertura de Singer y la nación Argentina. Alito no se recusó del caso y votó con una mayoría de 7 a 1 a favor de Singer. Al final, el fondo de cobertura recibió 2.400 millones de dólares".

El caso es escandaloso por donde se lo mire y muestra la complicidad que existe entre el Poder Judicial y el poder económico, y como este último influye en casos tan determinantes como el de los fondos buitre. En marzo de 2016, a meses de asumir Macri la presidencia, el Congreso de la Nación terminó convalidando el pago del 100% de lo reclamado por los buitres. El macrismo, impulsor de ese proyecto entreguista, contó con un aliado fundamental para lograr su aprobación: nada más ni nada menos que Sergio Massa, por aquel entonces líder de la bancada de diputados del Frente Renovador.

Una estafa planificada para hundir al país y que debe ser rechazada

El informe, amplificado por la denuncia de Ocasio-Cortez, expone como opera el lobby de magnates multimillonarios como Singer para conseguir fallos a su medida y obtener ganancias siderales en disputas consideradas como "de alto riesgo". No por nada fueron bautizados como fondos buitre: invierten comprando títulos de deuda pública a muy bajo costo, en países que se encuentran ahogados económicamente, y luego litigan en tribunales internacionales buscando obtener el total del valor de esos bonos, quedándose con porcentajes incalculables a su favor. Un mecanismo que demuestra la estafa que representan, quedándose con fondos millonarios que se van por la ventanilla de la deuda en vez de ser invertidos en salud, educación, vivienda y trabajo para dar respuesta a las necesidades populares.

Precisamente, esa es la finalidad de este tipo de fraudes. Por un lado obtener ganancias multimillonarias pero por el otro atar a países dependientes como Argentina a una espiral interminable de deuda, condicionando sus decisiones económicas y políticas. Un mecanismo de dominación imperialista, que de esa manera se va haciendo del control de distintos recursos estratégicos nacionales ante la necesidad de los Estados de conseguir dólares para afrontar deudas impagables. Un saqueo que venimos viendo hace años en Argentina, y que es la principal causa de la enorme crisis social y económica que atraviesa el país y que castiga a la enorme mayoría de la población.

Es por eso que denuncias como esta que se conoce ahora, no hacen más que ratificar la necesidad de organizarse y pelear por la única salida realista para no terminar en este eterno callejón sin salida: desconocer la deuda que ha sido tomada para beneficiar a un puñado de ricos a costa del empobrecimiento de millones de trabajadores.

De las palabras a los hechos

Tras conocerse la denuncia, la vicepresidenta difundió el discurso de Ocasio-Cortez en sus redes sociales y señaló: "Que no te mientan más. Es así cómo se logran, en el Poder Judicial de EEUU, fallos a favor de Fondos Buitre y en contra de la Argentina, tu país". Al final de su última presidencia, Cristina Kirchner criticó en varias oportunidades el fallo a favor de los fondos buitre. Y ahora pretende volver a posicionarse con un discurso cuestionador, llegando al final del gobierno del Frente de Todos.

Sin embargo, la actitud del kirchnerismo en estos últimos cuatro años estuvo bastante lejos de plantear seriamente el rechazo a la estafa de la deuda externa. Las campañas en contra de la deuda con el FMI, los bonos emitidos a 100 años por el macrismo y las denuncias judiciales que hacían durante el macrismo terminaron en una retórica crítica y una aceptación mansa en los hechos de que no quedaba otro camino que pagar. De esa manera, el Frente de Todos terminó legitimando otro fraude descomunal, cuyas consecuencias se pueden ver en una crisis que no para de profundizarse.

Los tiempos que vienen estarán marcados por esa deuda impagable que compromete el futuro de generaciones enteras. Contra toda resignación y aceptación de ese destino como el único posible, es necesario insistir con el rechazo y la necesidad de organizarse para romper con el acuerdo. De la mano del FMI, que presiona por más devaluaciones, recortes de jubilaciones, reforma laboral y por quedarse con nuestros bienes comunes naturales, no hay salida para el país. Convocatorias como la movilización de este miércoles a la Plaza de Mayo, construidas por la izquierda en unidad con otras organizaciones sociales, dirigentes sindicales, organismos derechos humanos y quienes rechazan el ajuste son los primeros pasos para empezar a plantear otra salida.