Durante la mañana de ayer, el nombre de David Moreira volvió a hacer ruido en los Tribunales Provinciales de Rosario. El 25 de marzo del 2014, un grupo de vecinos atacó salvajemente al joven hasta dejarlo sin vida. Desde ese momento nació el pedido de justicia, el cual aún no fue saldado. Solo dos personas quedaron imputadas en la causa como autores del crimen y en noviembre del año pasado se realizó un cambio de caratula de homicidio agravado a homicidio en riña.
La familia de David durante mucho tiempo se puso a la cabeza del reclamo y de distintas manifestaciones que se llevaron a cabo a lo largo de todo este tiempo, intentando quebrar el impune accionar de la Justicia. Soportaron la estigmatización de una gran parte de la sociedad y de los medios de comunicación, el dolor de la perdida de David, el silencio de funcionarios políticos y las dificultades con las que se topaban día a día. Desde hace un tiempo se fueron a vivir a Uruguay y ayer, Lorena Torres, madre del joven asesinado, volvió a Rosario a renovar el pedido de justicia y a reunirse con el fiscal a cargo de la causa, Florentino Malaponte.
Hace pocos días, el abogado defensor de la familia, Norberto Olivares, hizo una presentación de nuevas pruebas con el objetivo de calificar la causa como homicidio agravado y sumar nuevos imputado. Ayer, en la reunión, no hubo demasiadas novedades por parte del Fiscal Malaponte: los acusados siguen gozando de la prisión domiciliaria y se continúa en la espera del juicio.
A la familia de David ayer la acompañaron algunas organizaciones sociales, de derechos humanos y políticas. Entre las figuras públicas presentes se encontraban Franco Casasola, docente, candidato a senador por el PTS en el Frente de Izquierda; Pedro Salinas, concejal electo por el Frente Ciudad Futura; Celeste Lepratti, concejala electa por el Frente Social y Popular y el Padre Salvador de la iglesia Santa Catalina de Capitán Bermúdez. Las organizaciones que acompañaron fueron la CADH, Asamblea por los Derechos de la Niñez y la Juventud, la Casa de la Memoria y cooperativa de Comunicación La Brújula. Luciana Escobar, hermano de Pichón, también fue a solidarizarse con la familia de David Moreira, al igual que un grupo de maestros que llevaban sus carteles de “dejen de matar a nuestros alumnos”. |
