"¿Imagínense si la Gestapo hubieran sido argentinos? ¿No hubiera sido mucho mejor? En vez de en vez de matar seis millones de judíos, seguramente hubieran sido mucho menos porque hubiera habido coimas, ineficiencias de todo tipo, se hubieran quedado dormidos. Pero eran alemanes".
No es una película de ficción. No es una novela distópica como “El hombre en el castillo”. Es una declaración de uno de los principales asesores del derechista Javier Milei. Fue Martín Krause quien lo dijo, durante una exposición en la Universidad Torcuatto Di Tella. La absurda comparación buscaba reivindicar la supuesta “eficiencia alemana” en relación a la “ineficiencia” de Argentina.
Las declaraciones rápidamente generaron repudio. Organizaciones judías, sociales y políticas se pronunciaron en contra de estas palabras que tienen mucho de antisemitismo y un poco (o bastante) de reivindicación del régimen nazi.
Este tipo de declaraciones no deberían sorprender en un espacio que lleva como candidata a vicepresidenta a la negacionista explícita Victoria Villarruel. El mismo Milei llegó a poner en cuestión la cifra de 30.000 detenidos-desaparecidos. Lo hizo en Tucumán, cuando presentaba su alianza con Ricardo Bussi, hijo del genocida Antonio Bussi.
En el terreno educativo, esta derecha viene planteando un programa privatizador, que se concentra en la cuestión de los vouchers. Un mecanismo que ya mostró su fracaso en Chile y en otros países, donde profundizó la desigualdad educativa.
Esta derecha reaccionaria creció en los últimos años al calor de un ajuste que implementaron tanto Juntos por el Cambio y el Frente de Todos, hoy autobautizado Unión por la Patria. Al mismo tiempo, como parte de las roscas políticas y negociaciones, parte del peronismo alentó y colaboró a la conformación de las listas de Milei. Eso fue señalado por Sergio Berni y Juan Grabois. Y nunca fue desmentido desde ninguna figura del oficialismo.
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