Con un petitorio que suscriben referentes del movimiento feminista, las trabajadoras, que esta semana participaron de la movilización de las mujeres en la Ciudad de Buenos Aires, siguen cosechando apoyo.
Las trabajadoras rurales de Ledesma siguen cosechando apoyo. Mientras la UATRE Nacional y la empresa, que es propiedad de la familia Blaquier, buscan impedirles el derecho a votar sus propios representantes sindicales -proscribiendo su lista Celeste-, ellas exigen junto a sus compañeros, que el Ministerio de Trabajo de la Nación intervenga y garantice su derecho a participar de las elecciones del próximo 7 de octubre. Junto con esto, exigen la inmediata reincorporación de quienes fueron despedidas, como parte del intento de amedrentarlas para que no se animen a pelear por este derecho elemental.
Con un pasado oscuro, que la hizo conocida por los llamados "apagones", en los que cientos de obreros del ingenio, docentes y estudiantes fueron detenidos y desaparecidos, Ledesma es hoy una empresa líder en la producción de azúcar y papel, y con una importante participación en los mercados de frutas y jugos cítricos, alcohol, bioetanol, carne y cereales, y emplea a miles de trabajadores en la provincia de Jujuy. En el caso de las mujeres, gran parte de ellas trabajan con contratos temporarios, realizando las tareas peor pagas.
Para que se escuche bien fuerte su reclamo, esta semana las obreras jujeñas viajaron hasta la Ciudad de Buenos Aires, participaron de una nueva audiencia en la cartera laboral y, en el marco de la jornada de movilizaciones del 28 de septiembre, donde miles de mujeres volvieron a las calles, recibieron el apoyo de una enorme cantidad de referentes y organizaciones feministas.
Junto cientos de luchadoras, marcharon encabezando la movilización que partió de Plaza de Mayo al Congreso Nacional; repartieron miles de volantes contando su situación y luego realizaron un acto frente al ministerio de Trabajo, que organizó solidariamente la agrupación Pan y Rosas.
Además, con un petitorio que circula en las redes sociales y grupos de whatsapp, organizaciones de mujeres se sumaron a denunciar que detrás de estas maniobras de la UATRE y de la empresa, de oscura trayectoria durante la dictadura militar, sólo hay discriminacion. “Fueron impugnadas dos trabajadoras candidatas por no tener 2 años de afiliación contínua. Algo obvio, porque se trata de obreras a las que la empresa siempre les impuso -a diferencia de sus compañeros varones- la modalidad de contratos temporarios, sin derecho a tener ingresos todo el año. Ahora, quieren quitarles el derecho a elegir y ser elegidas”, dice el texto.
Como advierten, Ledesma es parte de este ataque. “Despidieron a 4 obreras temporarias, del sector de empaque, antes del cierre de listas para generar temor. El sindicato, por su parte, destituyó sin causa a la presidenta de la Junta Electoral que votaron las obreras, junto a sus compañeros, en el marco de una asamblea”, agregan.
El trabajo que realizan las obreras rurales es duro y sacarificado y, al ser temporario, las somete a no tener ingresos ni obra social durante 6 meses al año. Mientras se ven obligadas a ir de provincia en provincia en búsqueda de empleo, patronales como Ledesma facturan 13.000 millones de pesos al año a costa de su trabajo.
“Con sus manos, más de un millón de compañeras y compañeros cultivan, cosechan y empacan en todo el país. Para impedir esta avanzada sobre su lucha por trabajo con derechos y por contar con representación sindical, llamamos a rodearlas y rodearlos de toda la solidaridad”, dice también el texto que lleva la firma del Colectivo Ni Una Menos; de comunicadoras como Claudia Korol, del Equipo de Educación Popular Pañuelos en Rebeldía y las periodistas Estefania Santoro y Analía Brizuela, de Página 12; de las actrices Anahi Gadda, Susana Vaio y Mirta Israel; de María Laura Bretal, ex detenida desaparecida e integrante de la Colectiva Feminista Las Azucenas; de las integrantes de la Campaña Nacional por el Derecho al aborto legal, seguro y gratuito Viviana Norman y Yanina Waldhorn, de las Feministas de Abya Yala, de la agrupación Pan y Rosas, Planario de Trabajadoras e Isadora en el Frente de Izquierda.
Además, sumaron su firma las diputadas nacionales Myriam Bregman (PTS/FITU) y Romina del Plá (PO/FITU), las legisladoras Alejandrina Barry (CABA, PTS/FITU) y Laura Cano (PBA, PTS/FITU), las concejalas Betina Rivero (Palpalá, MST en el Frente de Izquierda), Natalia Hernandez (La Matanza, PTS/FITU), Erica Seitler (Moreno, PTS/FITU), Anabella Colli, (José C Paz, PTS/FITU), la legisladora electa Mercedes Trimarchi (PBA, IS/FITU), la diputada nacional (mc) Nathalia González Seligra, entre muchas otras que publicamos más abajo.
Hay que redoblar el apoyo a las obreras
Como sostuvieron este jueves, en el acto que se realizó frente al ministerio de Trabajo de la Nación, la realidad que viven y denuncian es el resultado de las condiciones laborales que “ofrecen” las grandes patronales que organizan sus negocios millonarios bajo el amparo del Estado. Ellos facturan millones, venden sus productos para el mercado interno o de exportación a precio dólar, y reciben de los gobiernos todo tipo de beneficios impositivos.
Ellas, en cambio, son en muchos casos la cabeza del hogar, y se ven obligadas a trabajar de sol a sol, con contratos temporarios y de manera precaria, bajo ritmos intensos de trabajo y a costa de salarios de miseria, cuando no es en condiciones prácticamente esclavas.
Frente a esta enorme injusticia, las y los trabajadores se han levantado en los últimos años en distintas provincias. En el caso de Jujuy, lo hicieron recuperando su sindicato y peleando por mejoras en el plan intercosecha, contra los despidos del gigante grupo Ledesma y ahora contra los intentos de proscripción de la lista que integran para cobrar más fuerza y pelear por sus derechos.
Su lucha tiene también otro sentido clave, fundamental: pelean para que no se siente un precedente tan grave y peligroso, para toda la clase obrera, como es la intervención autoritaria de un sindicato nacional sobre una seccional recuperada, para impedir que las trabajadoras y trabajadores voten libre y democráticamente a sus representantes sindicales. Frente a este escenario, que ante la posibilidad de gobiernos más de derecha preanuncia repetirse, es clave rodear de solidaridad y del más amplio apoyo a las y los obreros rurales.