Este domingo se cumple el sexto aniversario del Referéndum para la autodeterminación de Catalunya que se celebró el 1º de octubre de 2017.
Agentes antidisturbios de la Policía Nacional formando un cordón de seguridad en los alrededores del colegio Ramón Llull de Barcelona durante el referéndum del 1-O. Alberto Estévez / EFE
Durante aquella jornada, millones de catalanes mostraron su voluntad de ejercer su derecho a decidir yendo a votar masivamente en un referéndum de autodeterminación, a pesar de la represión de los cuerpos policiales del Gobierno central del PP y el cierre de 450 centros de votación por parte de los Mossos d’Esquadra.
Las escenas de la brutal intervención de la Policía Nacional y la Guardia Civil contra la población indefensa, gente mayor, mujeres y niños y niñas, defendiendo los colegios electorales, recorrieron las portadas de los diarios y las redes sociales de todo el mundo.
El saldo de la represión del Estado fue de más de mil heridos de diferente consideración en más de 50 cargas policiales repartidas por toda Catalunya, desde Barcelona hasta el pueblo más pequeño. En la capital, la cifra llegó a 340 y en otras capitales de provincia como Girona, los heridos fueron 229.
En los días posteriores la ofensiva represiva ordenada por el discurso de Felipe VI el 3-O continuó a cargo de la judicatura española, cuyo saldo fueron más de 4000 personas encausadas por participar del referéndum.
La escalada represiva del Estado y el conjunto del Régimen del 78 contra el referéndum del 1º de octubre, tuvo como objetivo eliminar de raíz el movimiento independentista y cercenar el derecho a decidir del pueblo catalán.
Pero esta ofensiva no hubiera sido posible sin la capitulación de los partidos que encabezaron el procés, ERC y Junts per Catalunya. Dos partidos de la burguesía que temen más a que la clase trabajadora y los sectores populares tomen en sus manos la lucha por resolver sus demandas democráticas y sociales, afectando los intereses y beneficios de los grandes capitalistas catalanes, a que el derecho a decidir del pueblo catalán sea encerrado una vez más bajo los candados del régimen monárquico.
La combinación de la represión, la claudicación de la dirección procesista y su subordinación a los engaños del gobierno “progresista” es en definitiva lo que ha logrado imponer un marco de desmovilización y retorno a la normalidad autonómica.
Sin embargo, las demandas democráticas que emergieron con fuerza en 2012 y tuvieron su máxima expresión en el referéndum del 1-O de 2017 siguen vigentes y anidan en las mas profundas aspiraciones del pueblo catalán.
Tanto el derecho a decidir sobre la autodeterminación nacional -apoyado por el 80%- y poner fin a la monarquía borbónica, como la cuestión de la amnistía para todas las personas presas o procesadas a raíz del referéndum del 1-O y el resto de las movilizaciones de estos años, son tareas democráticas pendientes que solo podrán conquistarse retomando el camino de la lucha de clases y la movilización social.
A continuación, reproducimos algunos de los momentos de mayor represión durante el uno de octubre de 2017 y que, a la vez, fueron proyectados durante las últimas sesiones del juicio farsa a los líderes independentistas.
- Cargas policiales desde el interior de los furgones de la Policía Nacional para dispersar manifestantes una vez requisadas las urnas de la escuela Orlandai.
-Unidades de la Guardia Civil reprimen con gases lacrimógenos a decenas de personas que defienden de forma pacífica un colegio en la localidad de Mont Roig.
-La Policía Nacional carga con dureza a decenas de personas que defienden el colegio Pau Claris de Barcelona.
-Más imágenes de la Guardia Civil y Policía Nacional cargando contra la población que defendía los colegios en diferentes municipios.
- Bonus track: imágenes de la huelga general del 3 de octubre de 2017 en Catalunya.
- Discurso de Felipe VI el 3 de octubre que radicaliza la ofensiva represiva contra el movimiento democrático catalán.