Pidió disculpas, pero para volver a hacer falsas promesas y buscar alianzas con los radicales, el PRO y hasta los liberales de Milei. Sergio Massa en el debate presidencial dejó en claro que en realidad no se arrepiente de nada, ni de haberle votado leyes clave a Macri como el pago a los Fondos Buitres, tampoco de haber convalidado la deuda con el FMI y seguir su plan de ajuste. En sus distintas intervenciones explicó que de ganar las elecciones llamaría a un gobierno de unidad nacional en el que buscaría incluir hasta los partidarios de la ultraderechista La Libertad Avanza.
En el bloque de Economía, el actual ministro del área, comenzó realizando promesas por fuera de la crítica situación social que tiene a la alta inflación como una de sus principales causas. Habló de más beneficios para los empresarios, planteando que crearía una nueva moneda digital con rebajas de impuestos y también de nuevos descuentos impositivos para las “economías regionales”. Ante la interpelación de Myriam Bregman en relación al crecimiento de la pobreza y la devaluación que aplicó a pedido del FMI, intentó excusarse argumentando que “recién hace cuatro meses pudimos cambiar el acuerdo con el Fondo Monetario”. Como si del nuevo acuerdo con el Fondo no hubiese salido el nuevo salto en la inflación y el ajuste presupuestario no se siguiera profundizando.
En un arrojo de cinismo, Massa, amenazó con meter presos a los “fugadores”, pero muchos de los que se llevan los dólares al exterior son los principales adherentes a su candidatura, como Marcelo Mindlin de Pampa Energía, los Pagani de Arcor, Cristiano Ratazzi ex presidente de FIAT Argentina y los monopolios estadounidenses como American Express, General Motors o Shell.
Sobre educación, Sergio Massa afirmó que “es el mejor remedio contra la pobreza porque construye el valor más importante, el capital humano”, y agregó que es “el instrumento más importante de movilidad social ascendente”. Sin embargo, los salarios docentes no alcanzan para llegar a fin de mes, faltan colegios y cosas básicas como calefacción en las aulas. Como le recordó la candidata del Frente de Izquierda Myriam Bregman, Massa no puede garantizar que el presupuesto en educación alcance el 6% del Producto Bruto Interno (PBI). Así, lo estableció la Ley de Financiamiento Educativo, pero un informe del Observatorio de Argentinos por la Educación advirtió que entre 2006 y 2020 solo en tres oportunidades se cumplió con el gasto objetivo en educación como porcentaje del PBI establecido por ley: 2009, 2013 y 2015.
El ministro candidato en una entrevista a Crónica TV cuestionó los paros docentes y afirmó “se acabó la joda de que por cualquier cosa reclamamos, por cualquier cosa hacemos paro. Basta". Myriam Bregman le respondió a Massa “dicen que se acabo la joda, pero se van a Europa a tomar Champagne”, en referencia a las fotos que circularon por las redes sociales de Martín Insaurralde, exjefe de Gabinete de Kicillof, en un yate de lujo en Marbella, acompañado por una modelo y entre medio de regalos VIP.
El ex referente del Frente Renovador, destacó el reconocimiento internacional de la Argentina en materia de derechos humanos, pero parece haber olvidado cuando declaró hace unos años que la “Argentina tiene que cerrar la etapa de derechos humanos”. Si el reconocimiento existe es gracias a la lucha independiente de las organizaciones que hace décadas mantienen viva la pelea por la memoria, la verdad y la justicia. Massa evitó hacer alusión a la represión a pueblo jujeño llevada a cabo por su amigo Gerardo Morales y el violento desalojo en Guernica comandado por Sergio Berni, pese a las interpelaciones de Myriam Bregman al respecto.
La negación a hacerse cargo de sus políticas llegó al extremo, cuando el actual funcionario afirmó que se “viene mi gobierno que no es este gobierno”. Pero incluso esta separación irreal con la que intenta separarse de una gestión indefendible, no le impidió preguntarle a la diputada del Frente de Izquierda si “¿de verdad piensan que son lo mismo ellos (Unión por la Patria) que Milei o Bullrich?" Bregman, además de marcarle que no se esforzaron mucho en pensar la pregunta, fue tajante al responder que le cambian el nombre a la coalición pero igual quieren obligar a la izquierda votarlos, dejando de lado la pelea por el desconocimiento de la deuda externa para poner todos los recursos del país en función de solucionar la crítica situación social, con casi un 60 % de pobreza infantil.
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